En un artículo titulado «El clima de la historia: cuatro tesis», el historiador bengalí Dipesh Chakrabarty nos hace una provocadora invitación: dejemos por un momento en suspenso la lógica inmediatista desde la que solemos pensarnos en un mundo altamente tecnológico e hiperconectado.
Hace unos pocos días de la publicación del nuevo trabajo de la cantante Rosalía, Saoko, y ello ha generado un aluvión de análisis y reacciones de todo tipo en torno a la producción musical, la estética de la cantante o el videoclip. Es en este último en el que me centraré a propósito de uno de los comentarios que ha recibido, relacionado con el imaginario que el clip evoca.
El metaverso ha sido bautizado como el nuevo capítulo de internet, un mundo virtual en el que las personas se conectan mediante gafas 3D y más adelante con otros dispositivos de realidad virtual y realidad aumentada más avanzados y ligeros. ¿Cómo serán los eventos en el metaverso? ¿Cómo se diseñarán los espacios y las actividades en este nuevo mundo virtual?
¿Por qué nos puede interesar diseñar proyectos personales, propios, autoiniciados, autoencargos o como los queramos denominar? O, dicho de otro modo, ¿qué nos puede llevar a vestirnos de diseñador o diseñadora, de cliente y del resto de papeles del auca que hay en el proceso de diseño? Muchos estudiantes que acaban los estudios de diseño se preguntan «¿Y ahora qué hago, si tengo poca experiencia y pocos proyectos en el portafolio?». Pues bien, uno de los caminos que podemos tomar es el del autoencargo.
En una época en la que las marcas conviven con un escrutinio público constante, es más importante que nunca actuar desde una perspectiva ética, responsable y consciente socialmente hablando, en pro del bien común. Si bien ya se ha ido asimilando la importancia de aplicar los principios de sostenibilidad, sobre todo desde el punto de vista medioambiental, hay todavía aspectos básicos e imprescindibles que a menudo quedan en el olvido, como el compromiso con la diversidad funcional de las personas. ¿Tienen en cuenta las marcas los criterios básicos que seguir a nivel de accesibilidad e inclusividad?.
Lo sector publicitario está experimentando una de las transformaciones más grandes de toda su historia. El auge de la publicidad digital, todavía más acentuado por la pandemia, ha supuesto la incorporación de nuevos perfiles profesionales en las agencias de comunicación.
La recuperación de los trabajos de la académica y activista bell hooks pone en valor un legado que clama por un feminismo interseccional en un momento de cambios generacionales y debates en el activismo global.
¿Deben ir de la mano la cultura y la educación en las calles de nuestros barrios? ¿Deben las instituciones culturales tener un compromiso firme con el entorno que habitan? ¿Deben implicarse las escuelas en los cambios y conflictos del paradigma digital? Estas solo son tres preguntas de una docena de ellas que podríamos formular relacionadas con los retos de la realidad contemporánea ligados a la educación, la ciudad y la cultura.
Las fiestas navideñas suelen ser uno de los principales escaparates de grandes estrenos cinematográficos de atractivo comercial. En este sentido, 2021 no ha sido una excepción. Pero, como bien sabemos, ha resultado ser un año (otro) complicado también para el cine, que vive sumido en una situación de incertidumbre sin precedentes. En este artículo para COMeIN me acerco, sin juicio o voluntad valorativa, a tres estrategias muy distintas, tres películas muy diferentes, que sin embargo tienen en común su voluntad de regresar explícitamente a un mundo cinematográfico con raíces que se remontan a décadas atrás: Spider-Man: No Way Home, Matrix Resurrections y West Side Story.
Una simple búsqueda en Google evidencia lo que es fácil de intuir. El número de resultados que obtiene el buscador combinando las palabras «mujer» y «emprendimiento», o simplemente «emprendedoras», es notablemente inferior a lo que la palabra «emprendedores» o cualquier combinación en masculino te devuelve. 12.000.000 de resultados frente a 123.000.000. Quizás sea un tanto tramposo porque está claro que el masculino se utiliza todavía como genérico, pero no deja de ser llamativo y pone de manifiesto que sigue siendo necesario dar visibilidad al emprendimiento femenino.