Los medios tradicionales de comunicación no hacen más que enseñar sus vergüenzas en público. La comunicación tradicional ya no sabe ni puede entretener informando sin caer en la contradicción o en la indignación de parte de la población. Con el objetivo de perpetuar un modelo de negocio caduco, la prensa, la radio y la televisión juegan a las medias verdades, censurando discursos incómodos y organizando eventos imposibles.
Hace algún tiempo los teléfonos tenían disco, los mapas eran grandes hojas de papel que se doblaban, la música se reproducía en cintas y vinilos, y los disquetes eran nuestros dispositivos para almacenar datos. Como una gran fábrica de nostalgia, los artefactos tecnológicos se tornan obsoletos cada vez más rápido y, en este proceso de cambio, cambian también nuestras formas de pensar, de relacionarnos y de aprender.
¿Es un grupo de personas restringido capaz de localizar, filtrar y dar respuesta a todas las necesidades de información dentro de una organización? Tradicionalmente los departamentos de vigilancia o de inteligencia se ocupaban de suministrar información para toda la organización pero, en la actualidad, las organizaciones, buscando la diferenciación, se sitúan cada vez más en los umbrales de su propio ámbito de conocimiento, y conceptos como hibridación o interdisciplinariedad hacen más complicado dar respuesta a las necesidades de información desde un único departamento.
Gestión de la reputación online, éste el título que Javier Leiva-Aguilera ha elegido para el libro que presentó en la librería Alibri el pasado 13 de abril, con bastante acierto, a mi entender. Dejando a un lado si Leiva debería haber utilizado el término reputación o identidad, considero que estas son las palabras que mejor describen el auténtico sentido de lo que otros denominan community management.
Los ásperos debates alrededor de Internet y los derechos de autor, a menudo carentes de matices, dejan en segundo plano diversas prácticas creativas de gran interés e impacto social, como es el caso de la actividad de los denominados subtituladores amateurs de series de televisión. Coincidiendo con la despedida de la popular serie House, una de los principales exponentes de la nueva edad de oro de las series norteamericanas, quiero dedicar este artículo a dicho fenómeno.
Siempre había querido pergeñar (y publicar) un titular sensacionalista, pero no había tenido ocasión hasta hoy. Es una pequeña licencia, un regalo que me concedo para celebrar el primer aniversario de COMeIN. Aquí hablaremos de delfines masacrados, de los derechos del colectivo homosexual y de la mansión de Clooney, aunque sólo para evidenciar que el oportunismo, bien entendido, es esencial en las relaciones públicas.
Si trabajas en el sector de la comunicación corporativa, llega un día en el que debes enfrentarte a una cruel realidad: buena parte de tu familia y de tus amigos no saben a qué te dedicas. ¿Cómo explicar que ejerces de relaciones públicas y no morir en el intento?
El pasado mes de abril, durante la celebración del foro Global INET, que este año se ha celebrado en Ginebra (Suiza), el fundador de la Wikipedia Jimmy Wales anunció la muerte del cine. Wales sostiene que la próxima revolución de la Red tendrá que ver con el vídeo.
En cualquier proceso de aprendizaje se almacenan infinidad de recursos de referencia que conviene gestionar adecuadamente. Y si añadimos que estos recursos los queremos compartir con otros aprendices con el objetivo de construir una red de conocimiento de base, entonces conviene incorporar en nuestra rutina de consulta y almacenamiento bibliográfico los marcadores sociales, herramientas en línea que permiten almacenar, clasificar, comentar y compartir información de una manera sencilla y efectiva.
Hollande ganó por 7 a 3 (escribo esto a las pocas horas de haber terminado el debate y unos días antes de que los franceses voten a su nuevo presidente). Hollande ganó y convenció, y Sarkozy se comportó como el perrito pequinés que solo hace que ladrar a todos los que pasan a su lado.