La cultura ha sufrido de formas muy distintas, dolorosas, y no siempre visibles, el parón global de este confinamiento. La música, por supuesto, también: lanzamientos discográficos, salas de conciertos y de baile, giras, estudios o festivales son lo más llamativo; también sectores fácilmente olvidados como las orquestas, y multitud de oficios más allá de los músicos, por ejemplo los equipos técnicos, siempre en la sombra. A la vez, la música se ha convertido para muchas personas en compañero indispensable en el confinamiento, porque quizás es la forma de expresión que más impregna nuestra biografía. Muestras hay muchísimas; aquí compartiré algunas, fruto de mi experiencia estas semanas.
Eurovisión es un evento televisivo que, guste más o guste menos, resulta fascinante precisamente por ser contradictorio y multifacético: a la vez profundamente representativo de los tiempos que vivimos y en muchos aspectos una reliquia del pasado. En este artículo hago un apunte sobre el Festival de Eurovisión 2022 desde un punto de vista algo distinto a la inundación mediática que le suele rodear, porque el evento lo permite como pocos. Lo haré desde la perspectiva de los datos y las apuestas, que forman una parte poco visible pero fundamental de los eventos globales competitivos.
El pasado 9 de septiembre, durante el evento especial de Apple en Cupertino, California, para presentar el iPhone 6, asistimos a un momento inesperado y de consecuencias también inesperadas. Sobre el escenario, Tim Cook (CEO de Apple) y Bono (‘CEO’ de la legendaria banda de rock U2, que ofreció una breve actuación), iniciaron un diálogo distendido durante el cual el cantante invitó a Cook a enviar su nuevos disco, Songs of Innocence, en aquel mismo momento, automáticamente y de forma gratuita a los centenares de millones de usuarios de iTunes. Y así se hizo. Un momento histórico que parecía destinado a cambiar el rumbo de la industria musical. Pero quizás no como esperaban.
Los próximos días 26 y 27 de junio, en el Disseny Hub de Barcelona, tiene lugar la primera edición doméstica del Learn Do Share, una iniciativa nacida en los EE. UU. de la mano de Lance Weiler y actualmente presente en más de diez ciudades y tres continentes. La UOC, a través de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación, somos partners académicos de este acontecimiento -gratuito previa inscripción- y a través de este artículo intentaré explicaros por qué, simplemente, no os lo podéis perder.
¿Qué tiene que ver uno de los iconos populares más perdurables en nuestro imaginario colectivo con uno de los principales campos emergentes de innovación tecnológica actuales? ¿Y todo ello con la creación colectiva? La respuesta no es exactamente elemental, pero al menos intentaré proporcionaros algunas pistas.
En medio de un panorama cultural incierto en relación al futuro del cine, una cosa sí parece clara: el cine -o por lo menos un cierto tipo de cine- ha vuelto como experiencia social y compartida, encontrando un camino alternativo al de la despersonalización de las multisalas o las opciones estrictamente 'espectacularizantes' como el 3D. Así han surgido iniciativas de éxito, como cines con programación especializada orientada a la creación de una base de público entusiasta, servicios de proyección en salas bajo demanda y la revitalización del cine al aire libre o en espacios singulares. A ello se suma una tendencia emergente que va un paso más allá: el cine como evento inmersivo en directo, como Secret Cinema en Londres o Cine Imersão en Sao Paulo, los cuales han recreado escenarios y momentos históricos de películas como Back To The Future o The Empire Strikes Back para ser vividas por el público.
De entre los infinitos atractivos que ofrece un festival como Sitges para los amantes del cine, fantástico (o no), encontramos también charlas profesionales como las organizadas por el Film Hub. En este artículo comparto de forma breve una síntesis de la sesión titulada “¿Cuánto vale una película?”, que se convirtió en una interesantísima masterclass sobre cómo se compran, se venden y se estrenan hoy en día las películas.