Y tú, ¿qué vendes?

Este próximo mes de abril se celebrará en Barcelona la segunda edición del Handmade Festival. El año pasado atrajo a más de 20.000 visitantes y contó con más 150 expositores. El sector del handmade o del Do It Yourself (DIY) está cada vez más de moda. Aquellas tareas que hace unos años parecían propias de nuestras abuelas se han convertido en algo de lo más moderno, quizás gracias al auge de la estética vintage y hipster, quizá debido a una crisis económica que nos ha hecho espabilar y ver que somos capaces de hacer cosas sin tener que gastarnos tanto dinero... Sea como sea, este fenómeno hace tiempo que dura y todo apunta a que seguirá creciendo en los próximos años.

Otro hecho que se ha dado es que muchos han visto una oportunidad de negocio en estas tareas artesanas que realizan y, ya sea forzados por la falta de trabajo o como complemento a este, se han volcado a ellas y han aprovechado la oportunidad para vender lo que hacen. Hay grandes plataformas online que lo permiten, ya no hay que ir de feria en feria por los pueblos si no se quiere. La plataforma más conocida es Etsy y cuenta con miles de seguidores en todo el mundo. Esta web, de estética muy cuidada, nos permite hacer una tienda online en pocos pasos, ofreciendo un escaparate a nivel mundial, a cambio de cobrar un pequeño porcentaje sobre las ventas. Si miramos las diferentes tiendas, sin embargo, vemos que hay grandes diferencias entre unas y otras, que se evidencian también en el número de ventas realizadas y en su valoración por parte de los compradores. Esta información es siempre visible para el internauta. Sin embargo, el posicionamiento dentro de la web es de pago, por lo que los vendedores deben apostar por publicitarse en ella o no.

Etsy

Todo sea dicho, estos artesanos, como también ocurre con muchas otras pequeñas empresas de otros sectores, son buenos en su campo, pero quizás no tienen suficiente conocimiento del mundo del marketing y la comunicación como para saber crear una marca propia y hacerse bien visibles.

Sobre el mundo del marketing del sector handmade se ha escrito muy poco. El libro más conocido, aparecido en 2010 y con una segunda edición en 2014, es The handmade marketplace de la autora Kari Chapin.

Handmade

En una entrevista en el blog CreativeLive, esta experta daba diez consejos para poner en marcha un negocio handmade que, personalmente, creo que pueden aplicarse a cualquier pequeña empresa que comienza:

1. Define la intención de negocio y pon por escrito tus metas.

Hay que tener muy presente qué se pretende crear y focalizarse en ello. Vale la pena anotar el objetivo y consultarlo con frecuencia, para no desviarte del tema.

2. Crea una lista de tareas diarias.

La organización siempre es clave para conseguir los objetivos. Como ya sabemos, este hecho es aplicable a cualquier ámbito de nuestra vida...

3. Sé consciente de tus miedos y enfréntate a ellos.

Todos tenemos nuestras limitaciones, pero conocerlas ya es un buen primer paso. Hay que tener bien claro en qué eres bueno y en qué lo eres menos y hacer todo lo posible por mejorarlo.

4. Construye una historia de la marca.

Cada vez oímos hablar más sobre el storytelling y es que las historias tienen mucho poder, ya que quedan registradas en nuestra mente de una manera mucho más potente que cualquier otra información racional.

Así pues, puedes hablar de cómo comenzó la empresa, qué te motivó, buscar una anécdota divertida o emocionante... Si eres capaces de sintetizarlo en una o dos frases, mucho mejor.

5. Ten claro cuál es tu target o público objetivo.

Hoy día, en un mundo donde la oferta supera exageradamente a la demanda, cualquier marca o negocio debe tener muy presente a su cliente, debe ser su foco principal. Hay que pensar en él constantemente, ver qué le gusta, qué valora, y aportarle un valor añadido que haga que acabe enamorándose de tu marca.

6. La importancia de la imagen.

Es necesario que las fotografías de los productos sean atractivas, inspiradoras, que muestren un determinado estilo de vida adecuado al posicionamiento. Hay que hacer buenos productos, pero, sobre todo, hay que mostrar que lo son y hacerlos deseables. Si necesitas un poco de inspiración, visita webs como Pinterest o publicaciones de lifestyle en issuu. Ya verás cómo acabará viniendo sola…

7. Haz un plan de marketing.

Una vez se tiene claro cuál es el producto, objetivo, marca y target, hay que ponerse a pensar en cómo y dónde atraer a los clientes. Ponlo todo por escrito, crea tu primer plan de marketing donde todo esté claramente definido y temporalizado.

8. Haz networking.

Hay que hacer mucho networking, pero de manera sincera. Si eres parte de una comunidad, hay que estar disponible para lo que se te pida, así como para apoyar a los demás miembros. Todo ello te será devuelto.

9. Prueba diferentes puntos de venta.

Antes de decidirte por un punto de venta, puedes probar diferentes, para ver qué resultados obtienes de cada uno. Así pues, puedes tener la plataforma online, pero no olvidar otros puntos como ferias o tiendas físicas. Si apuestas de entrada por la venta online para ahorrar costes, también puedes probar diferentes plataformas antes de decidirte por una en concreto.

10. Haz correr la voz.

Una vez tengas el producto y el plan de marketing definidos, hay que darte a conocer. Decide dónde quieres que te escuchen, dónde quieres tener cobertura y acércate a ella. Muévete, haz entrevistas, crea un blog, sé activo en las redes sociales... Todo este trabajo, aunque puede parecer cargante e incluso puede llegar a dar pereza, es básico para darte a conocer. ¡Sé proactivo!

Así pues, todos estos consejos pueden ser útiles para poner en marcha una pequeña tienda handmande pero también cualquier otra empresa, sea cual sea nuestro ámbito. ¿Por qué no? Si no estamos contentos con nuestro trabajo, no encontramos uno o queremos sacarnos un sueldo extra, todo es ponerse. Muchos ánimos y suerte a los valientes que lo probéis, pero, sobre todo, no olvidéis ser constantes en lo que hagáis.

Para saber más:

Chapin, K. (2014). The handmade marketplace. North Adams: Storey Publishing