Número 62 (enero de 2017)

Lectura y bolsillo

Candela Ollé

Las declaraciones del ministro de Economía, Luis de Guindos, a inicios de diciembre (2016) diciendo que rebajará el IVA de la prensa y libros digitales no es la primera vez que sale en los titulares de los medios de comunicación. La bajada del IVA será del 21% actual al 4% pero aún no se ha anunciado la fecha de implementación. La noticia pone de actualidad el mercado del libro digital y, de rebote, la lectura, que serán los ejes del artículo que empiezas a leer. 

Nos remontamos al año 2012 tras la polémica creada por el anuncio de la bajada del IVA del 21% al 10% sólo para el sector de la compra-venta de obras de arte. Justo días antes de la Feria ARCO, el ministro español de Hacienda, Cristóbal Montoro, anunció que el Gobierno estaba terminando la bajada general del IVA cultural. Posteriormente la vicepresidenta del gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, corroboró la rebaja del 21 al 10% de IVA para el sector cultural -artes escénicas, música, espectáculos y cine-, prevista, según dijo en rueda de prensa, ese mismo año. La rebaja no se cumplió.
 
Cuatro años más tarde vuelve a ocupar los titulares de los diarios el mismo asunto: el gobierno rebajará el IVA de la prensa y libros digitales equiparando los mismos impuestos a los libros y publicaciones en papel. En esta ocasión ha sido el ministro de Economía, Luis de Guindos, quien ha comunicado la decisión y afirmó que la rebaja se hará de una sola vez y no de manera gradual. La medida se ha dado a conocer después que Bruselas permitiera a los estados miembros reducir el IVA de estos servicios. La Comisión de Asuntos Económicos de la Unión Europea quiere simplificar las normas para promover el comercio electrónico, y supone una victoria para la Asociación de Editores de Diarios Españoles (AEDE) y la Federación de Gremios de Editores (FGEE), que hacía tiempo que batallaban por esta rebaja. “La modificación de los tipos de IVA aplicados a los distintos sectores culturales ha tenido un enorme efecto sobre un sector especialmente maltratado por las reducciones del gasto público y su mayor elasticidad-renta de la demanda. Y todo ello en un sector fundamental para el desarrollo humano de cualquier sociedad y por estar en la raíz de la cadena de valor de una economía competitiva gracias a su aporte en creatividad y singularidad”, afirmaba Lluís Bonet, profesor titular de la UB y experto en gestión, política y economía de la cultura. (Bonet, 2014)
 
El libro electrónico supone un 5,1% de la recaudación del mercado editorial español, según la Federación de Gremios de Editores, aunque otras fuentes sitúan los ingresos entre el 10 y el 15% del total, pero todavía son cifras muy pequeñas en comparación con Estados Unidos, a pesar de que en el otro lado del océano han tenido un ralentí del crecimiento. Aspectos como la comodidad, la portabilidad, la posibilidad de enriquecer el texto, hacer anotaciones y comentarios son valorados positivamente, pero tienen como contrapartida la pérdida del control comercial de la obra y la facilidad de hacer copia. Detalles que justifican, en parte, las pequeñas cifras del sector y la no consolidación, de momento, del libro digital. Sin embargo, las necesidades y la realidad que rodean los lectores y los libros se modifica de manera imparable, y, por tanto, la industria editorial se ve obligada a evolucionar.
 
¿En qué estado de salud se encuentra el libro digital? ¿Qué hay detrás del negocio editorial en digital? ¿Los datos de facturación del sector están estancados? ¿Cuál es la amenaza actual de la piratería?
 
Según la encuesta anual a las editoriales españolas para saber hasta dónde llega la apuesta de éstas por el formato digital, algunos de los datos interesantes que el informe recoge son que el 39% de las editoriales publica libros enriquecidos, y los enlaces, las animaciones, los recursos multimedia y las aplicaciones son los medios más actualizados. Los canales de distribución más extendidos son las plataformas digitales (84,2%), seguidos de la venta directa a los portales web de las respectivas editoriales. Los editores consideran como la principal motivación para entrar en el mercado del libro digital el hecho de que permite llegar a otros públicos diferentes al del impreso y ven la implementación de las medidas legales como la clave que podría dinamizar el mercado del libro digital en el España y poner freno a la descarga ilegal de contenidos (el mecanismo más mencionado para frenar la descarga no legal es el Digital Rights Management (DRM).
 
¿Es realmente el precio de los libros (digitales) un obstáculo para el consumo o hay un problema más allá que recae en los hábitos de lectura?
 
Las primeras campañas de promoción de la lectura a los niños ya tienen 20 años de existencia y han surgido numerosos proyectos para potenciarla, desde los "Nascuts per llegir" hasta la mochila viajera, que es una de las muchas iniciativas que tienen colegios y/o bibliotecas para potenciar la lectura entre los más pequeños. Leer y comprender bien supone ventajas infinitas, pero la lectura también significa aprender a escuchar a los niños, ayudarles a desarrollar la curiosidad, que aprendan a hacer preguntas, estimularlos a la lectoescritura, ser flexibles con la relación con el libro (empezar por el final, mirar dibujos, saltarse trozos, dejarlo si no gusta) motivar a leer pero no obligar, predicar con el ejemplo, escoger libros en función de la edad y gustos, hacer del libro un objeto del día a día, aprender a ser críticos, saber diferenciar realidad de fantasía, compartir la lectura, disfrutar de las ilustraciones, leer cuentos y otros géneros literarios, realizar actividades que sean una continuidad a la lectura, animarles a escribir, escribir cartas entre amigos, e-mails, potenciar los espacios públicos de lectura como las bibliotecas, por ejemplo, regalar libros, diferenciar entre los deberes y la lectura por placer y, sobre todo, trabajar el hábito de la lectura.
 
Para saber más:
 
 

 

Cita recomendada

OLLÉ. Candela. Lectura y bolsillo. COMeIN [en línea], enero 2017, núm. 62. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/c.n62.1701

cultura digital;  biblioteconomía; 
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