Número 34 (junio de 2014)

Desequilibrios bibliotecarios

Candela Ollé
La Biblioteca de Catalunya hace cien años que abrió las puertas como servicio público a toda la población. Posteriormente, las bibliotecas populares se empezaron a construir por todo el territorio catalán, como sucursales, a fin de educar a la población, hacerla más culta y ser a la vez una fuente de información a los estudiosos y profesionales. El sistema bibliotecario creado entonces constituye los cimientos del sistema actual. ¿Cuál es la situación de la red de bibliotecas municipales? ¿Cómo se pueden disminuir los desequilibrios bibliotecarios en el territorio?

 

Durante el bienio 1914-1915 se establecieron las bases del proyecto bibliotecario en Cataluña. Prat de la Riba fundó la Biblioteca de Catalunya el año 1907, y este año se celebra el centenario del carácter de servicio cultural público que le otorgó la Mancomunitat. Para el centenario @Mancomunitat100 se ha elaborado el cómic El inicio del mañana, en la red se puede ver el documental Soñar con un país, construir un sueño y, además, la web creada para la ocasión, que recoge la agenda y las crónicas de todos los actos celebrados y futuros.
 
Uno de los actos fue la mesa redonda "Las bibliotecas, ¿un proyecto de éxito? Una mirada 100 años después", moderada por la directora de la Biblioteca Pública de Tarragona, Dolors Saumell, que contó con las intervenciones del historiador Borja de Riquer y Antoni Dalmau, escritor y ex presidente de la Diputación de Barcelona. Dalmau afirmó –cuando ya había terminado la intervención preparada– que era un proyecto de éxito extraordinario, pero tenía un problema como es la falta de articulación de un modelo territorial definitivo. Según Dalmau, "todavía hay un desequilibrio entre Barcelona y las otras provincias".
 
Creo que la mayoría estaremos de acuerdo en corroborar el "éxito extraordinario" y quizás discreparéis en el desequilibrio y la falta de "articulación" de un modelo descentralizado. Estas declaraciones me sirven para corroborar una realidad que hace años que vivo en primera persona como usuaria de dos bibliotecas con situaciones y realidades bien diferentes: por un lado, de la biblioteca Carles Cardó (Valls) y, por otro, de la biblioteca Vapor Vell (Barcelona) –y debo confesar: me indigna y me preocupa. Evidentemente no conozco con detalle la realidad de toda Cataluña, pero sí considero que puede ser significativo dar un vistazo al mapa, donde ya se percibe un desequilibrio entre el litoral y las poblaciones de interior; por lo tanto, añadiría a las declaraciones de Dalmau que las diferencias territoriales van más allá de las provincias.
 
La Red de Bibliotecas Municipales de la Diputación de Barcelona (XBM) no tiene nada que ver con la de las otras tres provincias –mejor dicho cuatro, ya que a nivel bibliotecario a menudo se diferencia las Tierras del Ebro (TEE) como quinta provincia. Damos algunas cifras para situar al lector, extraídas del Balance 2013 (Sistema de lectura pública de Cataluña). La XBM está integrada por 216 bibliotecas municipales y 9 bibliobuses. De los 311 municipios de la demarcación, 238 tienen servicio bibliotecario de la XBM. La ciudad de Barcelona tiene 39 bibliotecas públicas, gestionadas por el Consorcio de Bibliotecas de Barcelona y dan servicio a cerca de 5 millones y medio de habitantes (5.432.553, datos 2013), lo que supone una cobertura del 97,83% del total de población de la demarcación de Barcelona. De este conjunto de población, casi 2 millones y medio disponen de carné de biblioteca. En cuanto a las otras provincias, las cifras de población a la que se da servicio son las siguientes: en Girona 622.547, Lérida 332.404, Tarragona 494.567 y Tierras del Ebro 137.510.
 
El balance ofrece datos totales y desglosados de los recursos de personal, que se mantienen casi inamovibles en los últimos años; los equipamientos bibliotecarios; los fondos; el número de préstamos que ha sufrido un descenso muy notable del 2012 al 2013 (un millón de préstamos menos); las actividades organizadas y el acceso a internet. En líneas generales, la provincia de Girona se sitúa en segunda posición, y con bastante distancia entre Tarragona y las TEE, que son las peores situadas en casi la totalidad de los anteriores ítems analizados.
 
¿Cuáles son los motivos? Según Dalmau en los años ochenta, cuando se recuperaron las competencias en cultura por parte de las administraciones autonómicas y locales, había coordinación entre las diputaciones y, por lo tanto, él considera que no son motivos políticos ya que CiU y PSC compartían gobierno en las cuatro diputaciones, pero sí que "se ignoraban entre ellas". En contra respuesta Assumpta Bailac, en el turno de preguntas, indicó que la manera como las diputaciones recibieron las competencias del Estado determinó el futuro y comentó el espíritu centralizador que inspiraba la política del primer consejero de Cultura, Max Cahner. 
 
Y me pregunto, ¿desde entonces el resto de consejeros han seguido la misma tendencia? ¿O quizás se trata de un reparto desigual de los recursos económicos? Ahora recuerdo el artículo de Carme Reverté (2012) “Biblioteques de les Terres de l’Ebre. Iniciatives en temps de crisi” (Bibliotecas de las Tierras del Ebro. Iniciativas en tiempos de crisis) en la Revista Ítem del  COBDC que explica ideas de bajo coste para superar los obstáculos en tiempos difíciles. El Servicio de Bibliotecas de la Generalitat está trabajando seriamente, con empuje, para crear nuevas instalaciones como la biblioteca Carles Cardó, inaugurada el pasado Sant Jordi –después de tener durante más de tres años las instalaciones terminadas y equipadas pero sin hacer efectivo el traslado.  
 
Buscar los causantes no es fácil, pero al fin y al cabo los usuarios queremos disfrutar de unos equipamientos preparados para las necesidades del momento, y a los profesionales del sector, como trabajadores de un servicio público, les gusta dar cobertura y llegar a toda la población, ofrecer un servicio de calidad y tener la capacidad de adaptarse a las nuevas realidades.

 

Cita recomendada

OLLÉ, Candela. Desequilibrios bibliotecarios. COMeIN [en línea], junio 2014, núm. 34. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/c.n34.1445

biblioteconomía; 
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