En medio de un panorama cultural incierto en relación al futuro del cine, una cosa sí parece clara: el cine -o por lo menos un cierto tipo de cine- ha vuelto como experiencia social y compartida, encontrando un camino alternativo al de la despersonalización de las multisalas o las opciones estrictamente 'espectacularizantes' como el 3D. Así han surgido iniciativas de éxito, como cines con programación especializada orientada a la creación de una base de público entusiasta, servicios de proyección en salas bajo demanda y la revitalización del cine al aire libre o en espacios singulares. A ello se suma una tendencia emergente que va un paso más allá: el cine como evento inmersivo en directo, como Secret Cinema en Londres o Cine Imersão en Sao Paulo, los cuales han recreado escenarios y momentos históricos de películas como Back To The Future o The Empire Strikes Back para ser vividas por el público.