Número 18 (enero de 2013)

Más madera, es la guerra

Alexandre López-Borrull

Utilizo la famosa frase de los hermanos Marx, para el debate generado en el artículo del compañero Dani Aranda, donde era crítico con el actual sistema de comunicación científica. Querría aportar algunas reflexiones más, no nuevas, sino complementarias, a este debate:

Steven Bachrach, en un artículo del año 2001 llamado “Journal crisis: redirecting the blame”, hacía énfasis en esta explosión documental pero reflexionaba sobre si los científicos no tenían parte de culpa. Es decir, somos más científicos y somos mejores científicos, ¿pero no estamos colaborando a hinchar el número de artículos publicados de forma artificial? Es una reflexión que aparece en varios ámbitos al observar todas las gráficas exponenciales de artículos publicados en los últimos años. Por lo tanto, una cierta autocrítica habremos también de hacer los científicos.

 

Publicamos más, sí. Pero, ¿por qué motivo? Es bastante conocida la presión de los científicos, el publish or perish. Hay que decir, no obstante, que en los últimos años esta presión ha crecido tanto en cantidad, más artículos, como en calidad, más artículos buenos, de forma que se tiende al publish in impact factor journals or perish.

 

El Journal Citation Reports (JCR), la base de datos que recoge entre otros datos el factor de impacto de las revistas, también está creciendo en número de revistas. Esto no es sólo indicativo de que las revistas están estructurando de forma adecuada su calidad (mejorando consejos editoriales y científicos, el proceso de revisión, la periodicidad y otras), sino también de que estamos yendo hacia un estado en el cual lo importante, como sucede ya en alguna de las ciencias puras, no es si la revista es ISI, sino en qué cuartil está, es decir, si dentro de las revistas con factor de impacto se sitúa entre el 25% de las mejores revistas.

 

El aumento de producción de artículos científicos de calidad en Ciencias Sociales en los últimos años posiblemente todavía no ha encontrado un nicho de revistas adecuado, en parte porque muchas tienen las limitaciones de que también hay edición en papel (y esto marca el número de artículos y la cantidad de palabras) y en parte porque no se han creado suficientes revistas, o bien porque hay un embudo de filtro de unas cuantas revistas a las cuales se dirigen los autores en primer lugar. Para resolver esto, las Ciencias Sociales sólo tienen tres opciones: publicar menos, agrupar resultados y no optimizar datos obtenidos; o bien aumentar el número de revistas reconocidas, por ejemplo, incorporando muchas más revistas al JCR; o bien –la opción que entiendo mejor– crear de forma urgente y prioritaria una o varios megajournals en cada una de las diversas disciplinas científicas. Hablamos de aquella mezcla de revista/depósito digital donde se publican cada año miles de artículos.

 

Ciertamente, la primera opción es difícil mientras continúe la presión evaluadora y de calidad/cantidad que los organismos de calidad incorporan en su dinámica actual. La segunda ya se produce pero no puede hacerse a ritmo infinito, pues al final se puede desvirtuar todavía más la propia idea del factor de impacto. Por tanto, la tercera opción es la que tiene más sentido, viendo el éxito que iniciativas como PLoS están teniendo en algunas disciplinas científicas. Alguna iniciativa como Sage en Ciencias Sociales pretenden llenar este espacio, pero posiblemente todavía tienen que aparecer las que lo consigan. ¿Nos ponemosa ello?

 

Para saber más:


Aranda, D. “¿ISI lo quemamos todo?”. COMeIN, 2012, núm. 17, diciembre. 

 

Bachrach, S. “The Journal crisis: redirecting the blame”. J. Chem. Inf. Comput Sci., 2001, vol. 41, p. 264-268.


JCR


López-Borrull, A. “MegaJournals, o el fin de las fronteras documentales” . COMeIN, 2012, núm. 13, julio.

 

SAGE Open  

 

Cita recomendada

LÓPEZ-BORRULL, Alexandre. Más madera, es la guerra. COMeIN [en línea], enero 2013, núm. 18. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/c.n18.1306

gestión del conocimiento; 
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