Guillermo de Oliveira era realizador de publicidad y cortometrajes, viajero y cinéfilo amante de las localizaciones más emblemáticas de la historia del cine. En la actualidad ha dirigido su primer largometraje documental, ha contribuido a desenterrar un cementerio y ha sido nominado a los Goya. Esto último, gracias a Desenterrando Sad Hill, un filme que empezó a grabar en 2015 cuando conoció a un grupo de fans de El bueno, el feo y el malo (Sergio Leone, 1966) dispuestos a devolver a la vida el mítico cementerio de la escena final de la película medio siglo después del rodaje.
Foto: Alexandra Martorell
Sandra Martorell (SM): Desenterrando Sad Hill era en origen un vídeo para redes que después se iba a convertir en cortometraje, que acabó siendo un largo y sigue dando la sensación de que se nos va de las manos…
Guillermo de Oliveira (GdO): Siempre había hecho cortometrajes y estaba muy cómodo en esa narrativa de unos 10 minutos. Hacer un largometraje me parecían palabras mayores, los largos los hacen los directores de cine y yo no era eso. En ese momento manejar una narrativa de 85 o 90 minutos me imponía muchísimo, no me sentía capacitado, no solo por el componente dramático del guion o de ser capaz de mantener la atención del espectador, sino por todo lo que implica tanto en lo referente a producción como a cuestiones técnicas. Así que estuve mucho tiempo haciendo un corto.
SM: Un corto que se alargó más de lo previsto, tanto en tiempo de producción y rodaje como en metraje.
GdO: Desde que empiezo a rodar hasta que entrego la primera copia de la película a un festival de cine pasan dos años. Y durante un año de esos dos estaba haciendo un corto; un corto que tenía entrevistas con Clint Eastwood con Ennio Morricone, James Hetfield… pero yo seguí con los pies en el suelo. Fue después del 50 aniversario cuando vi las dimensiones de todo aquello y le di una vuelta.
SM: ¿Cuál era el punto de partida, la cuestión a resolver?
GdO: Trabajaba en base a una pregunta: ¿por qué alguien se hace 1200 km en coche con una pala en el maletero para ir a cavar a un cementerio en Burgos? Eran los fans de la película que un día descubrieron que allí se rodó aquella escena de El bueno, el feo y el malo, y querían devolverla a la vida. Ese entusiasmo fue lo que a mí me llevó a seguir volviendo al cementerio cada semana, aquella idea tan original y tan hermosa de los fans.
SM: Es un documental bastante popular en cuanto que si has visto la película te engancha, pero si no la has visto puedes seguirlo igualmente y sin duda te va a apetecer verla.
GdO: Sí, era un poco la idea, que no necesariamente tuvieras que haber visto El bueno, el feo y el malo para poder ver Desenterrando Sad Hill. Y creo que en ese sentido lo conseguimos.
SM: Una cosa que nos fascina de Desenterrando Sad Hill, más allá de la pasión de los fans por el proyecto, son los testimonios de grandes como Clint Eastwood. ¿Cómo llegas hasta ellos?
GdO: No tenía nada que perder. Más allá de los fans quería gente vinculada directamente con la película que contribuyera también a arrojar luz a la pregunta que comentaba antes, y entonces los primeros nombres que tienes en la cabeza son los de las personas que participaron en el rodaje y que están vivas 50 años después: Clint Eastwood, Morricone, técnicos como Salvati… ¿qué les parecía que esto estuviera sucediendo sobre una película que en otra situación estaría ya olvidada?
SM: Seguramente alguno es más fácil, pero con Eastwood o Morricone la cosa sería más complicada.
GdO: Están muy protegidos. Pero al final lo conseguí con los mismos medios que lo haría cualquier otra persona de a pie, al final nosotros somos una productora pequeña, sin contactos en Hollywood ni nada por el estilo. Google: Clint Eastwood contact information.
Y allí ya encuentras una dirección postal, un número de teléfono, un correo electrónico… y empiezas a atacar. Intentas romper barreras.
SM: Solo quedó una barrera que parece que fue infranqueable: Tarantino.
GdO: En los otros casos lo difícil no es tanto convencer a la persona en sí sino a los que le rodean que son los que le harán llegar el mensaje. Después si tu historia es buena, lo normal es que te digan que sí. Pero en el caso de Tarantino es todo más complicado en cuanto que es un tipo bastante aislado, sin redes sociales, sin asistente personal. Le pusimos mucho empeño, estuvimos dos años en ello, incluso en una ocasión que estuvimos en Los Ángeles fuimos a la que supuestamente era su casa (después descubrimos que ya no lo era) y le dejamos una carta con unas fotografías en el cine que tiene allí, el New Beverly Cinema.
SM: Independientemente de eso, llegasteis muy lejos, algo que difícilmente hubiera sido posible de la misma forma en otra época.
GdO: Sin duda; el mundo digital ha sido fundamental en esta historia, no solo para poder acceder a las estrellas sino también para que el fenómeno tuviera lugar. Hace 20 años no podían conocerse entre ellos tantos fans de El bueno, el feo y el malo ni hacer convocatorias masivas para que se unieran a la locura de ir los fines de semana a cavar de forma altruista y desenterrar el cementerio.
SM: Algo que ha tenido gran repercusión en los medios.
GdO: Sí, venía gente de todas partes, lo cual a mí me animó a seguir grabando; al mismo tiempo, nosotros seguíamos haciendo entrevistas a famosos, lo que era gasolina para el propio fenómeno. Cuando la gente veía que habíamos entrevistado a Morricone se motivaba aún más. Salió en medios como la BBC, Le Monde, The Guardian, y cada vez había más gente implicada. Las anécdotas, como el material, no se acaban nunca. Hemos hecho un largo pero podría haber sido una serie.
SM: Todo llega. Seguro.
Cita recomendada: MARTORELL, Sandra. 'Desenterrando Sad Hill' con Guillermo de Oliveira. COMeIN [en línea], marzo 2019, no. 86. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/c.n86.1919.
Sandra Martorell
Profesora de Comunicación de la UOC
@MartorellSandra
Números anteriores