Los servicios de inteligencia han guardado durante años dosieres con información, a veces "sensible" a veces "privilegiada", sobre objetivos de seguimiento de alto interés para la gobernabilidad de los países que llevan a cabo esta práctica como mecanismo de seguridad. Si nos alejamos de este escenario, cercano al pensamiento de la Guerra Fría, la globalización de la actividad económica y la movilización social a través de los medios de comunicación y de las redes sociales, han llevado a las empresas, instituciones y agentes sectoriales a adoptar este tipo de práctica con el objetivo de estar informados constantemente de los acontecimientos relevantes del entorno estratégico de cualquier organización.