El pasado 18 de marzo, se publicaban los resultados de un estudio llevado a cabo por no una ni dos, sino tres universidades francesas, revelando un hecho supuestamente sorprendente: los jóvenes, acostumbrados a escribir mensajes de texto a través de herramientas sociales como WhatsApp (tiempo atrás el peligro eran los SMS), parece ser que no tienden necesariamente a escribir mal en registros formales. Para mí la relevancia otorgada a estos resultados refleja un problema más amplio: nuestra dificultad para evaluar nuevas prácticas sociales en sus propios términos.
El pasado domingo día 23 de febrero se emitió en La Sexta el falso documental Operación Palace, dirigido por el periodista Jordi Évole, que proponía que el golpe de estado que tuvo lugar el 23 de febrero de 1981 en el Congreso fue un montaje. Se presenta como una trama organizada por los políticos que tiene por objetivo garantizar la estabilidad de la reciente y débil democracia y legitimar el papel del Rey como jefe del Estado.