Número 14 (agosto-septiembre de 2012)

De las aulas con paredes a los 'Massive Open Online Courses'

Paula Traver Vallés

Hubo un tiempo en que para aprender acudíamos a clases, aquellos espacios con paredes, sillas, mesas y pizarras donde un profesor nos enseñaba la lección del día mientras los alumnos escuchábamos y hacíamos en casa las actividades que se nos encomendaban. Raras veces preguntábamos ni debatíamos temas, porque eso quedaba un poco extraño o parecía que uno era demasiado listo o demasiado torpe, a no ser que el profesor se dirigiera a nosotros directamente, en cuyo caso no teníamos otro remedio.

También hubo un tiempo en que formarse en biblioteconomía y documentación no era tan fácil, pues hasta las décadas de los 80 y 90 del siglo pasado no pudimos ver como se implantaban las primeras titulaciones en las universidades, y los que tenían la suerte de acudir a una de ellas iban a sus clases, con sus paredes y todo lo demás, a obtener un título que algún día les abriera las puertas al mundo profesional de la gestión de la información. Y ya entonces empezamos a ver que algunas universidades nos acercaban a este mundo en sus clases sin paredes. Es el caso de la UOC, que implantó en 1999 la licenciatura en Documentación en sus aulas virtuales, mediante aquel proceso que entonces era tan nuevo denominado e-learning, que iba más allá de la educación a distancia tradicional, y que permitía compaginar nuestros estudios con otras obligaciones a la vez que disfrutábamos de conectarnos a las clases y aprender en un nuevo entorno.

 

Y a parte de este aprendizaje formal, que nos servía para aprender de manera estructurada y que certificaba que, efectivamente, sabíamos lo que había que saber, existían otras maneras de aprender cosas de manera informal como, por ejemplo, leyendo un libro, conversando con compañeros en encuentros profesionales o estando al día de los últimos artículos publicados en una revista especializada. Actualmente, no es que no sigamos haciendo lo mismo, que lo hacemos, es sólo que el modo de aprender informalmente se ha ampliado hasta límites insospechados. Gracias a la aparición de Internet, se facilita la manera de acceder a la información y con la web 2.0 cualquiera puede difundir su conocimiento, por lo que aprendemos de cualquiera que merezca nuestra atención. Ya sea a través de blogs, redes sociales o wikis, se nos abre un gran ventanal de posibilidades para estar informados, y para continuar aprendiendo.

 

Así, los interesados en el conocimiento y en la tecnología, acabamos, de manera consciente o inconsciente, involucrados en un proceso de aprendizaje 2.0 o educación 2.0, en el que los estudiantes (o personas interesadas en seguir formándose) se responsabilizan de su propio aprendizaje y se conectan a Internet para relacionarse con otras personas, para aprender conversando, aprender mientras enseñamos, hablar a la vez que escuchamos, fomentando el pensamiento crítico y creativo para construir nuestro propio conocimiento a la vez que mejoramos nuestras habilidades en nuevas tecnologías y nuevas herramientas.

 

Una de estas nuevas experiencias de aprendizaje son los Massive Open Online Courses (MOOC). Un MOOC es un curso donde los participantes y los materiales están dispersos y son distribuidos en web. La participación es libre, su coste es gratuito, o muy reducido, y las clases se articulan alrededor de un tema que centra la conversación aunque, según las reflexiones que van surgiendo en el propio debate, se puede ir reorientando el discurso de la clase. Los estudiantes tienen acceso a los materiales utilizados y pueden utilizar distintos canales de comunicación para colaborar de manera conjunta, con el objetivo último de aprender los unos de los otros.

 

Un ejemplo de MOOC es la plataforma educativa WizIQ, que está a medio camino entre la red social y la videoconferencia, y utiliza materiales de apoyo multimedia para favorecer el proceso educativo. Conocer esta plataforma nos inspiró, a María García-Puente y a mí, a crear SocialBiblio, un proyecto de aprendizaje colaborativo con filosofía 2.0 en el que utilizamos WizIQ para promover la formación en gestión de la información. Desde principios del año 2012, nos reunimos todos los miércoles a las diez de la noche para escuchar a un profesor experto en algún tema relacionado con la biblioteconomía y documentación. La idea fue formar una comunidad de práctica en la que la figura del experto va cambiando, de manera que cada vez aprendemos de una persona diferente. Todos podemos ser expertos en algo, y todos podemos aprender algo nuevo, así que cada vez podemos tener un rol distinto. Y tú, ¿qué quieres ser hoy: el alumno o el profesor?

 

 

Cita recomendada

TRAVER VALLÉS, Paula. De las aulas con paredes a los 'Massive Open Online Courses'. COMeIN [en línea], agosto-septiembre 2012, núm. 14. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/c.n14.1261

biblioteconomía;  comunicación y educación;  documentación;  gestión de la información;  medios sociales; 
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