En esta entrevista a Juan Carlos Tous, CEO y socio fundador de CAMEO y filmin, analizamos el impacto que está suponiendo la irrupción de Internet en la industria cinematográfica y especialmente en el sector de la distribución. Su impacto en el sector del home-video, la traslación del alquiler tradicional al consumo bajo demanda vía plataformas de Video on Demand (VoD) como filmin, o la apuesta por estrenos en paralelo en cines y en VoD de títulos como Carmina o revienta o distribuciones singulares como Barcelona nit d’estiu son algunas de las cuestiones abordadas.
El curso 2014-15, la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) arrancará la 4ª edición del posgrado en Distribución audiovisual: VoD y nuevos modelos de negocio, que puso en marcha conjuntamente con filmin en 2012 con el objetivo de formar alrededor de los cambios que está conllevando la irrupción de Internet en la industria del cine.
JUDITH CLARES: ¿Qué está suponiendo la irrupción de Internet en la industria cinematográfica y especialmente en la distribución de cine en España?
JUAN CARLOS TOUS: La distribución de cine en España está viviendo actualmente unos momentos muy convulsos en los que se está definiendo un nuevo mercado, como está pasando a nivel global. Los precios han subido por encima de lo que sería el incremento de la vida y la subida del tipo del IVA al 21% ha sido un último golpe demoledor. Está cambiando el perfil de los espectadores en salas mientras que vemos cómo el periodo de explotación de las obras cada vez se encuentra más canibalizado por los estrenos semanales. La propia distribución de títulos está muy sesgada por la información internacional. Hoy los éxitos internacionales pueden marcar la distribución en España en cuanto a calendario, número de copias, etc., y la digitalización de las salas ha transformando el panorama. Hemos visto desaparecer salas pequeñas por la falta de presupuesto para digitalizarse y asistimos a una transformación en toda la industria cinematográfica: desde la producción a la propia exhibición. Podemos ver también cómo Internet está modificando las ventanas de explotación y también la forma de acceso. Desde la compra hasta el disfrute de la película, el consumo, y hasta la crítica. La irrupción de Internet está modificándolo todo: exhibición, distribución, comunicación...
J.C.: ¿Cómo se está viviendo concretamente en el sector del home-video?
JC.T.: En España, en los últimos años se han perdido el 80% de los videoclubs. El alquiler era un negocio de 100 millones de euros al año y hoy es un negocio de aproximadamente 20 millones de euros anuales. Han desaparecido en los últimos 10 años casi 10.000 videoclubs. Vamos perdiendo alrededor de 1.000 videoclubs por año. Y los que quedan, los que tienen una economía saneada y cierto porvenir, se han transformado, en su mayoría, en tiendas de ocio. No solo alquilan vídeos sino que alquilan también videojuegos, venden chuches, palomitas, tienen prensa, revistas… Se han convertido en una multI-tienda.
Videoclubs especializados únicamente en cine quedan muy pocos, entre ellos podríamos encontrar aquellos que ofrecen un servicio de archivo como podría ser en Barcelona Video Instant. Ejercen una función de documentalista, de archivo físico, de esas películas que quizás podrás encontrar buceando por la red pero no con un determinado doblaje, o de una determinada edición en la que había unos extras, una entrevista… que ya no se encuentra. Este tipo de videoclubs creo que nunca dejarán de existir.
J.C.: ¿Apunta a la desaparición de la ventana del vídeo de alquiler tradicional?
J.C.T.: Creo que no va a desaparecer del todo aunque sí que va a quedar reducida. Tenemos todavía ese mismo target del que hablábamos en cine. Hay mucha gente todavía que no está dispuesta, o preparada, para ver una película on-line. Gente que todavía no tiene el hábito de ir a una página de Internet a ver una película, a la que todavía le gusta bajar al barrio y conocer a la señora del videoclub que le recomienda una película.
Por ello creo que el alquiler no acabará de desaparecer del todo. Seguirá existiendo pero de forma marginal. El videoclub seguirá existiendo aunque nunca más volveremos a tener un mercado de 10.000 videoclubs, de 100 millones, pero existirá un pequeño mercado que dará un servicio.
J.C.: ¿Consideras que el mercado de alquiler pasará a ser on-line?
J.C.T.: Sí, creo que el mercado de alquiler se ha transformando y rápidamente está pasando a ser on-line. Cambia el soporte pero se seguirá consumiendo cine en casa y más debido a la implantación de verdaderos home cinema, que acercan la experiencia a la vivida en una sala de cine.
El alquiler, en término de derechos, queda situado en la ventana del home-video. Ahora el home-video, en vez de tener un soporte analógico como fue el VHS en los inicios o digital como el DVD, o más recientemente de alta definición con el Blu-Ray, pasa a ser on-line y siempre bajo demanda (VoD), a través de tu PC, tableta, TV conectada o en tu smartphone. Sigues pudiendo elegir “el cuándo” disfrutar una película pero Internet añade el “donde quieras”.
Por otro lado, el mercado de venta directa seguirá existiendo, no decrecerá tanto como el videoclub, pero se reducirá considerablemente. Habrá una pérdida de puntos de venta, de metros cuadrados y lineales de exposición y pasará a convertirse en un producto de venta por impulso a precio económico o en un buen objeto de colección o de regalo.
J.C.: ¿La entrada de la ventana de consumo on demand (VoD) ha venido a modificar la cronología entre ventanas de explotación del film?
JC.T.: Lo que ha pasado en el mercado de alquiler es que se han acortado completamente las ventanas y hoy prácticamente son inexistentes en algunas compañías. En las compañías independientes todavía seguimos ofreciendo de 3 semanas a 1 mes de ventana. Incluso algunos pueden llegar hasta los 2 meses Hablamos de alquiler antes de la venta, una vez cerrada la exhibición en cine o conviviendo porque ya han pasado los 4 meses que exige el lobby de exhibidores. Las grandes multinacionales, sin embargo, están apostando cada vez más por estrenos day-and-date.
J.C.: Vistos los cambios que se están viviendo en el sector, ¿tiene sentido que siga fijándose un tiempo de explotación específico para cada ventana?
JC.T.: Las ventanas existirán siempre pero no tiene por qué saberse cuándo ni cómo. Es decir, cada película, igual que tiene un plan de marketing, debería tener su propio plan de exhibición y de distribución. Deberían ser los distribuidores, junto a los productores y atendiendo al público, quienes decidieran los plazos de explotación para cada uno de los diferentes periodos de comercialización.
Tiene sentido que las ventanas las establezca el propio público y la propia película, de tal manera que si en una película se observa una respuesta del público inesperada en las salas, debería quedarse en el cine el tiempo que hiciera falta para atender la demanda, ya que ¡está llenando las salas! Ahora bien, si una película no funciona en cine, porque te has equivocado con la comunicación, porque el target al que te dirigías no va a salas de cine (...) y a la segunda semana ves cómo los propios exhibidores limitan su vida en cine, el distribuidor debería poder entonces abrir la ventana de Internet y lanzarla en DVD. No olvidemos que Internet nos presenta una facilidad de reacción inmediata. Podemos tardar entre 4 y 5 semanas en distribuir un DVD, pero en Internet subir una película a un portal es inmediato.
J.C.: En este sentido, filmin empezó a apostar por estrenar en paralelo en cine y VoD, como sería el caso de Tiro en la cabeza o Carmina o revienta, entre otras.
J.C.T.: Sí, son experimentos, pruebas que se hacen porque estamos en un momento del mercado en que Internet viene a modificarlo todo, a complementarlo todo o a mejorarlo. No lo sabemos. Tendremos que esperar para ver dónde situamos Internet. Mi teoría personal es que no se va a poner en ningún sitio en concreto sino que Internet va a estar en todas las ventanas. Y, dependiendo de la película, la ventana VoD se abrirá antes, en paralelo o después del estreno en cines.
Queda claro que no existe un único modelo. Poco a poco el productor es quien, junto al distribuidor, traza la que considera mejor estrategia para su película. Así hemos visto ejemplos como Gente en sitios, donde el cine contó con 3 semanas exclusivas y el vídeo e Internet salieron en paralelo, o distribuciones singulares como la de Barcelona nit d’estiu que tuvo ventanas reducidas a semanas con diversos pases públicos previos al estreno comercial en cines.
También siguen haciéndose pruebas en Estados Unidos en las que utilizan el VoD como canal promocional antes de estrenar la película en cine. Logran generar comentarios, críticas y mucho buzz marketing en la red, y a partir de ahí se decide la estrategia de distribución en cine.
Queda claro que Internet ni canibaliza ni es una amenaza. Se demuestra que aporta valor y representa una magnífica oportunidad.
Para saber más:
Sobre el posgrado en Distribución audiovisual: VoD y nuevos modelos de negocio. UOC-filmin, podéis contactar con Judith Clares (jclares@uoc.edu) directora académica del programa.
También podéis visitar el blog del posgrado.
Cita recomendada
CLARES GAVILÁN, Judith. Juan Carlos Tous: "Internet ni canibaliza ni es una amenaza". COMeIN [en línea], junio 2014, núm. 34. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/c.n34.1442
Judith Clares Gavilán
Profesora de Comunicación de la UOC