Número 43 (abril de 2015)

Darwin no hubiera entendido Facebook

Sandra Sanz Martos

Hace unas semanas asistí a una conferencia del profesor Maximino San Miguel, director del Institut de Física Interdisciplinar i Sistemes Complexos (IFISC) de Palma de Mallorca, titulada “Sistemas complejos, fenómenos sociales y Big Data”. Y aunque debo confesar que algunas de las ideas que expuso se escaparon a mi limitadísimo conocimiento, una de ellas me impactó especialmente, tanto que he considerado oportuno dedicarle estas líneas. “Darwin no entendía la cooperación”, afirmó el Dr. San Miguel al principio de su presentación. Y es cierto, en el contexto de la teoría de la selección natural no hay cabida. Casi una década hablando de cooperación y de colaboración y no había reparado en esa idea.

La mayoría de los que trabajamos sobre estos conceptos los fundamentamos basándonos en las teorías de Kropotkin y su libro El apoyo mutuo. Y es cierto que el argumento biológico que defiende el papel del altruismo en los orígenes de la cooperación se remonta al descubrimiento darwiniano de los mecanismos evolutivos. Cincuenta años antes, Charles Darwin, con la teoría de la selección natural, defendía todo lo contrario. Que es la especie que mejor se adapta al entorno y la más fuerte la que sobrevive. Pero Kropotkin consideraba que si la selección natural es la fuerza que esculpe la especie a lo largo de millones de años, entonces la disposición genética hacia la cooperación habría tenido que engendrarse en todas las especies hace tiempo. Filósofo, geógrafo, aventurero y anarquista, Peter Kropotkin defendió la importancia de la cooperación cuando se debatió por primera vez la teoría evolutiva. La incontestable observación de Kropotkin de que la cooperación surge en todos los ámbitos de la biología desencadenó, en los años cincuenta y sesenta del siglo XX, una revolución en la teoría evolutiva. Kropotkin cita en su libro numerosos ejemplos referentes a distintos tipos de animales, especialmente insectos. También pone como ejemplo los gremios temporales de la Edad Media, grupos “puntuales”, resultado de la unión de individuos con mentalidades similares que compartían un espacio y un objetivo comunes. Con esta idea sostenía que los humanos estaban predispuestos a ayudarse sin coacción autoritaria (lo que fundamentaba sus pensamientos anarquistas). 

 

Un siglo después de las propuestas de Kropotkin, las redes sociales han traído muchas cosas buenas –a pesar de los detractores. En ellas las personas se conectan, comparten y colaboran entre sí. Y si hay un entorno que destaca por su competitividad es el de la empresa. El pasado mes de enero Facebook lanzó Facebook at work. Siguiendo la estela de Yammer (Microsoft), Slack o incluso LinkedIn, la red social más importante del mundo pretende penetrar en un ambiente laboral donde todavía impera el secretismo, la opacidad y la competividad entre los distintos departamentos de una organización.  

 

“Hemos creado este proyecto porque creemos que podemos ofrecer que los empleados colaboren entre sí” (ABC, 29/01/2015). Más allá de lo insólito y asombroso que le hubiera parecido a Darwin cualquier cuestión relacionada con las nuevas tecnologías, no es difícil intuir que el fenómeno de la colaboración entre los trabajadores también le hubiera producido desconcierto. Y mucho más, si propicia el trabajo colaborativo entre los que ostentan cargos de responsabilidad en la empresa: “Además, Facebook lanzará una aplicación para móviles que permitirá a empleados, gerentes y directores estar en contacto y coordinar distintas tareas, así como compartir enlaces y hacer comentarios, tanto si son de carácter profesional como lúdico.” (ABC, 29/01/2015)

 

La intuición apunta a que las empresas acaben utilizando Facebook At Work haciendo confluir, como resultado de una evolución natural (en términos darwinianos), el uso personal –muy extendido– y el profesional.

 

 Para saber más:

 

Suárez Guerrero, Cristóbal (2010). Cooperación como condición social de aprendizaje. Editorial UOC.

 

Kropotkin, Piotr (1920). Mutual Aid. A factor of Evolution (El apoyo mutuo. Un factor de la evolución. Mostotes: Ediciones Madre Tierra, 1989)

 

Cita recomendada

SANZ MARTOS, Sandra. Darwin no hubiera entendido Facebook. COMeIN [en línea], abril 2015, núm. 43. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/c.n43.1527

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