La ciencia ficción audiovisual vive una era particularmente destacada gracias al éxito reciente de películas como Dune Parte 2 o de apuestas decididas de series de televisión como Para toda la humanidad, Constelación, Silo, Fundación o El problema de los tres cuerpos. Esto sin contar con otras producciones que se sitúan en sus límites (dependiendo de qué entendamos por ciencia ficción). Y por supuesto, otros campos tan fértiles como la literatura o los juegos.
El reciente estreno de Drácula, coproducida por la BBC y Netflix, ha levantado fuerte expectación, además de no poca polémica por las libertades tomadas respecto al original literario y a las estructuras narrativas y temporales tradicionales. No es de extrañar, pues detrás de él se encuentran Mark Gatiss y Steven Moffat, quienes ya transgredieron con Sherlock.
La crisis sanitaria, social y comunicativa global que conocemos como la crisis del coronavirus tiene escasos precedentes. Y evoluciona de tal manera que lo que escriba a día de hoy puede haber dado un giro significativo en cualquier momento. Como en las buenas historias. Y esta es la aproximación que quiero darle en este artículo de COMeIN: centrarme en algunas manifestaciones de la crisis en las redes sociales, en forma de historias, ficcionadas o no.