Número 19 (febrero de 2013)

¿Una nueva esfera pública?

Raquel Herrera

Entre el 12 de noviembre y el 4 de diciembre del año pasado, el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona ofreció una serie de presentaciones sobre las relaciones entre ciudadanía, Internet y democracia. El abanico internacional de invitados se concentró en cuestionar ideas generalizadas sobre la relación entre participación democrática y tecnologías digitales.

La esfera pública no se constituirá binaria, analógica y digital, de la noche a la mañana, y no lo hará sin considerar las bases del activismo y la acción política tradicionales, así como de medios digitales alternativos a los predominantes. Estas podrían ser las conclusiones generales a extraer de las intervenciones en el ciclo Ciudadanía, Internet y democracia, ofrecido de manera presencial, en streaming y a través del hashtag #netdemocracy. Las entrevistas realizadas a los ponentes también se pueden consultar en el apartado de vídeos (entornos virtuales) del CCCB Lab. Un ciclo protagonizado en cuatro de las cinco sesiones por especialistas del ámbito anglosajón (James Curran, Geert Lovink, Nicholas Mirzoeff y Evgeny Morozov) y focalizado en el desarrollo de perspectivas contrahegemónicas respecto a la tecnofilia y el ciberoptimismo que parecen haber saturado los discursos sobre democracia y tecnología de los últimos años.

 

Curran y Morozov coincidieron sobre todo en la consideración de Internet como altavoz del activismo que necesariamente ha de desarrollase en la calle. Mientras Curran criticó que los medios digitales amplifican las opiniones de quienes ya tienen poder (de quienes tienen acceso y conocimiento tecnológico por su posición socioeconómica), Morozov, que també fue invitado al Círculo de Bellas Artes de Madrid para hablar de ciberrealismo, insistió en la crítica al solucionismo de Silicon Valley, donde a cambio de recibir tecnología se corre el riesgo de fortalecer a los gobiernos totalitarios y dejar las libertades individuales y colectivas en manos de algoritmos.

 

Por su parte, Lovink y Mirzoeff se concentraron en comentar alternativas tecnológicas. El primero, a las redes enfocadas en la explotación de datos personales, que considera pueden contrarrestarse con un listado de redes alternativas sin ánimo de lucro. El segundo, al modelo económico de endeudamiento que asedia actualmente a EEUU (y buena parte de Europa) mediante proyectos digitales de condonación de la deuda. Mirzoeff obvió el comentario histórico, quizás necesario, sobre cómo muchos países del hemisferio sur han sufrido esta presión recaudadora desde que se iniciaron sus procesos de descolonización, y aún la viven.

 

Además, tuvo lugar un debate con el último ganador del premio World Press Photo, Samuel Aranda,  y dos especialistas en los países árabes como Mayte Carrasco y Leila Nachawati. En el debate se insistió en la necesidad de no confundir las diversas idiosincrasias y gobiernos árabes en relación a movimientos revolucionarios coincidentes, en los riesgos de apropiación de la tecnología por parte de los gobiernos dictatoriales más allá del activismo rompedor y en el papel –muy importante– de los activistas como informadores subjetivos sumados a los periodistas profesionales. También se hicieron algunas críticas a los usos y costumbres occidentales (gafas de sol como forma occidental de niqab; denuncia de las injerencias extranjeras pero defensa de gobiernos árabes con valores universalistas) que podían recodar al tipo de simplificaciones y contradicciones denunciadas en el propio debate respecto al tratamiento mediático de la Primavera Árabe.

 

En cualquier caso, algunos de entre los muchos temas sugeridos por esta polifonía de intervenciones pueden ser el análisis de los fenómenos de desintermediación al tiempo que aumenta la presencia de intermediarios digitales como los que identifica Morozov, la comprensión que alcanzan los partidos políticos de estas formas de activismo que parecen distanciarse de ellos y, en definitiva, la creación de terceras vías en el desarrollo de la relación entre Internet y democracia que no se articulen obligatoriamente en términos de partidarios y opositores a los medios y herramientas generadas.

 

Cita recomendada

HERRERA, Raquel. ¿Una nueva esfera pública? COMeIN [en línea], febrero 2013, núm. 19. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/c.n19.1313

comunicación política;  medios sociales;  periodismo;  políticas comunicativas; 
Comparte