Otra cosa bien distinta, en cambio, es lo que estamos viendo últimamente en televisión. El ejemplo más reciente es el
anuncio de caramelos de Migueláñez, copiado directamente de un
vídeo que tuvo una gran viralidad en Youtube.
Spot Migueláñez
Vídeo viral original
En este caso, no sé si es impuesto por el propio cliente (que siempre hay aquellos que se creen muy creativos y que ya han pensado de antemano cómo debe ser el spot); o si la agencia de publicidad les ha marcado un golazo para esconder su falta de ideas. Sea cual sea la causa, el resultado no deja de ser decepcionante.
Todos los que amamos la publicidad sabemos que esta profesión es, como muchas otras, muy vocacional, y ver campañas como éstas nos duele. Sí, señores y señoras, los publicistas somos una especie fanática de nuestro trabajo; ¿quién, si no, aguantaría horarios interminables, situaciones frustrantes y un estrés que, en lugar de ser puntual, es continuado y casi indispensable para sacar lo mejor de nosotros mismos? Somos unos enfermos que todavía sentimos mariposas en el estómago cuando vemos buenas campañas y nos da cierta rabia, por qué no decirlo, no haberlas pensado nosotros antes. Es por ello que pido que no paremos de darle vueltas a las cosas, que saquemos lo mejor de nuestra cabecita y que no dejemos de amar este trabajo tan apasionante. Si no lo sentimos así, realmente es mejor que nos dediquemos a otra cosa, porque esta profesión exige mucho.
No puede ser que plagiemos de Internet y nos quedemos tan anchos. Si el vídeo tuvo éxito en su momento -cuenta con más de cuatro millones y medio de visitas-, fue por el efecto de sorpresa indispensable en toda viralidad, pero absurdo, un año más tarde, en un spot en la televisión generalista. Me gustaría pensar que, algún día, dejaremos de ponernos corazas bajo la excusa de la crisis económica y el correspondiente miedo que tienen muchos anunciantes, para volver a hacer campañas sorprendentes y de calidad.
Cuando estudiaba la carrera, la publicidad española era de las pocas industrias que se situaban entre las diez mejores del mundo. Sí, eran mediados de los noventa, y la idea extendida era que aquí, con pocos recursos (esto no ha cambiado nunca), teníamos grandes ideas. Sí, era el momento de una publicidad más conceptual, con agencias como Casadevall & Pedreño y sus campañas para Sanex o para la cola Talens con el divertido
spot de las monjas. También empezaba *S,C,P,F... con un Toni Segarra proveniente de Delvico, al frente del departamento creativo, revolucionando el panorama publicitario español con campañas para Evax, Ikea o BMW, entre otros.
Con todo esto sólo quería hacer una llamada para volver a ser valientes y defender las buenas ideas. Este país nunca ha tenido grandes presupuestos destinados a la publicidad, pero tampoco nos han faltado ideas innovadoras.
Anunciantes, no tengáis miedo y volved a creer en la publicidad. Amadla. Si lo hacéis, tal vez se os contagien las mariposas en el estómago que, una vez se sienten, no querréis dejar de sentir.
Para saber más:
Cita recomendada
MONTAÑA BLASCO, Mireia. Mariposas en el estómago. COMeIN [en línea], septiembre 2014, núm. 36. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/c.n36.1460