Número 54 (abril de 2016)

Los cuentos chinos no son chinos

Dani Aranda

¿Podemos dejar de relacionar el videojuego comercial con violencia? ¿Qué datos manejamos para defender que jugar a videojuegos como Call of duty promueve la agresividad o la violencia? Casi ninguno, por no decir que ningún estudio científico que se considere serio y riguroso puede demostrar que existe una relación causal entre el juego digital y la violencia o la agresividad social.

Señores y señoras, investigadores e investigadoras (cada vez menos), educadores y educadoras, familias: no existe relación alguna entre comportamientos agresivos y videojuegos. La agresividad o la violencia no es una bacteria en estado latente que se despierta gracias a las radiaciones que emite el procesador de nuestros dispositivos digitales justo en el momento en que nuestros jóvenes encienden la consola o el ordenador.

 

 

Lo que sí que hay, a capazos, son prejuicios, ideas disparatadas y recelos que se transforman en argumentos que se sustentan únicamente sobre el desconocimiento de lo que significa jugar a videojuegos. La gente es libre de creer lo que se le antoje pero la creencia no es ciencia, la religión no es ciencia, las leyendas urbanas no son ciencia y los cuentos chinos no son chinos. Los prejuicios son mecanismos de defensa ante lo desconocido, justificaciones sin sustento ni veracidad: son ideas que refuerzan nuestros gustos y juzgan los de los demás. 

 Grafic-darandajEn el siguiente gráfico se puede constatar cómo la violencia (en verde) ha ido decreciendo desde 1998 mientras que las ventas de videojuegos (en gris) han ido aumentando. 

 

Evidentemente, no existe una relación causal entre la venta de videojuegos y la violencia pero tampoco a nadie se le ocurriría promover la venta de videojuegos con el objetivo de hacer disminuir la violencia. Todo es mucho más complicado.

  

La revista Journal of Personality and Social Psychology ha publicado un estudio que me parece interesante. En él, sus autores certifican que la agresividad relacionada con los videojuegos proviene de la incompetencia del jugador al no poder superar los retos del juego y no de la violencia que se representa en el propio juego o que ejerce el jugador a través de los personajes o acciones.

  

 

Así pues, esta agresividad puede también manifestarse no únicamente estando en contacto con videojuegos comerciales, violentos o no, sino también en contacto con videojuegos educativos o serious games. Pero lo más probable es que, en contextos educativos formales, el aburrimiento aparezca antes que la agresividad.

 

 

Seamos serios, el mayor problema que existe actualmente con el videojuego no tiene que ver con la violencia sino con su precio.

 

 

Para saber más:

 

 

Entertainment Software Association. (2015). Essential facts about the computer and video game industry.

 

Cita recomendada

ARANDA, Dani. Los cuentos chinos no son chinos. COMeIN [en línea], abril 2016, núm. 54. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/c.n54.1629

videojuegos;  investigación; 
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