El humor es una estrategia poderosa en publicidad capaz de minimizar la percepción de la violencia (Blackford et al., 2011), ayudar a romper las resistencias, mejorar la asociación positiva de la marca (Strick et al., 2012), hacer risibles los tabúes (Oudade, 2012), aumentar la notoriedad, memorabilidad e intención de compra (Cifuentes; Sánchez, 2006) y establecer vínculos emocionales y transferencia de afecto a la marca (Cline; Kellaris, 2007; Bassat, 2008). A pesar de ello, la publicidad televisiva en España (2012-2015) no ha empleado especialmente el humor. Con todo, poco a poco se observa que las marcas apuestan por esta estrategia para establecer conexiones emocionales con los millennials, la generación del desencanto, a través de memes, repeticiones y el humor incongruente.