Bip bip. Son las 9 de la noche de un jueves y recibo un correo electrónico en la cuenta del trabajo. ¿Quién será a estas horas? "Hola, Txell. Te escribimos del restaurante X de Manresa. Nos ha gustado mucho tu libro Working happy y quisiéramos invitarte a una cena-tertulia un día de cada día. En nuestro restaurante hacemos eventos cada mes y creemos que sería un reclamo muy chulo".
Muero de amor. No solo porque se hayan leído mi libro -que también- sino porque un restaurante tenga el chip marketiniano tan bien puesto: son originales por la idea de montar cenas-tertulia precisamente los días en que la clientela flojea y empáticos por escribir el correo en un tono tan similar al mío, adaptándose a su audiencia (los correos que empiezan con un "Sra. Costa" y me hablan de usted demuestran que no me han espiado previamente por las redes o en la web, porque yo soy más fresca que una lechuga).
Y es que la gastronomía, la enología, la hostelería y el turismo tienen mucho campo por recorrer si implementan correctamente estrategias de marketing, con objetivos claros y medibles, e indicadores de seguimiento. Porque hoy en día no se trata de lanzar una promoción y cruzar los dedos a ver qué pasa, sino que todas las acciones de comunicación y marketing se pueden medir. Una muestra de toda la información que deberías tener y que te hará invencible a la hora de comunicar: ¿cuántas reservas te han venido a través de la página web? ¿Y de las redes? ¿Piden lo mismo y se gastan lo mismo los usuarios que te han conocido online?
No hay vuelta atrás. No podemos hacer acciones de marketing puntualmente. Debe ser una constante de nuestro negocio para diferenciarnos de la competencia y fidelizar a los clientes, la sobreoferta del mercado lo requiere. Por lo tanto, debe estar en el ADN de la empresa desde el principio.
Y no se trata de “tener un Facebook”. O de hacer descuentos. Debemos tener diferentes canales según los tipos de clientes y todos deben ir al unísono, como los diferentes instrumentos de una orquesta.
Tampoco es cuestión de gastar millonadas. Ni de trabajar horas extras. Hay herramientas, como los CRM, que nos permiten hacer una gestión de clientes personalizada de forma automática para que, cuando un cliente te haga una reserva en tu restaurante, puedas guardarle su mesa favorita y servirle el aperitivo que siempre bebe, incluso antes de que te lo pida (qué puntazo, ¿eh?).
Piensa que el cliente está más informado que nunca, así que hazle sentir importante, que viva una auténtica experiencia: dedica un pequeño espacio en el restaurante donde la gente pueda comprar tus productos y llevárselos a casa; además de hacerles pasar un buen momento, cuando estén en casa seguirán recordando tu marca y así será más fácil que te recomienden, ya sea a sus conocidos o a través de webs como Tripadvisor.
¡Ah! Y como siempre defiendo: working happy. Sé feliz trabajando. Que los objetivos personales y profesionales vayan de la mano. Así que intenta generar pasivos, es decir, productos o servicios que no requieran tu presencialidad para seguir ingresando dinero. ¿Te has planteado vender espacios de publicidad en tu web o vender productos de cocina a cambio de una comisión? ¿Y hacer un libro de recetas?
Quizás tienes un restaurante o una bodega y hay que ordenar todas las acciones de promoción que estáis haciendo ahora para optimizarlas y ganar más dinero. O quizás eres un profesional del mundo de la comunicación y te quieres especializar en este ámbito. Sea como sea, estás en el lugar indicado. Porque todo esto y mucho más es lo que vamos a trabajar en el Posgrado de comunicación alimentaria de la UOC: práctico, cómodo, flexible... porque sabemos que tienes poco tiempo y mucho que ganar.
¿Quieres más consejos de comunicación y marketing gastronómico? Como verás en este vídeo, la mayoría implican cero inversión y mucho rendimiento.
Recuerda: ¡nos "vemos" en el aula del posgrado!
Cita recomendada
COSTA, Txell. Comunicación gastronómica o la solución para no oír hablar de crisis. COMeIN [en línea], julio-agosto 2015, núm. 46. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/c.n46.1549
Consultora del Posgrado de Comunicación alimentaria
@txellcosta