Número 76 (abril de 2018)

'Eppur si muove': 10 cosas que pasan en la comunicación científica

Alexandre López-Borrull

A menudo parece que algunos de los pilares de la comunicación científica (como las revistas científicas, la revisión por expertos, los artículos y la evaluación de la calidad) son monolíticos y estancos, que no han evolucionado desde la aparición de las primeras revistas científicas, hace ya más de trescientos cincuenta años. Pero esto no es verdaderamente así. Desde la aparición de internet, viejas y nuevas profecías han anunciado el fin de las revistas y los monopolios editoriales. Muchos vaticinios no se han cumplido y otros acontecimientos que sí han ido teniendo lugar reconfiguran, poco a poco, un sector, un mercado, que está en constante evolución sin prever aún, según mi punto de vista, el punto final, el de llegada. Os planteo diez novedades de los últimos doce meses que pienso que pueden marcar algunas de las tendencias. Como en toda elección, de nuevo, los criterios de selectividad son propios, y no hay un orden de prioridad:

 

 

1. Sci-Hub resiste. A pesar del cierre de los diversos dominios con los que trabaja, Sci-Hub continúa funcionando y resistiendo. De forma similar al 1-O catalán, los investigadores deben ir cambiando de nombres de dominio (últimamente http://sci-hub.tw/) o bien cargar directamente las direcciones IP dado que los principales suministradores de nombres de dominio han ido cerrando a medida que las resoluciones judiciales han ido teniendo lugar. Mientras los problemas legales se acumulan, hace poco aparecía Sci-Bay, que pretendía ser una mezcla de Sci-Hub y un mirror de Google Scholar, evidentemente sin relación con Google. Aunque tuve poco tiempo para probarlo, en el momento de cerrar este artículo he podido comprobar que ya no está activa (con una nota que dice «Too much attention is a bad thing, Sci-Bay decides to stop service for a while. Sorry.»). Conviene recordar que, como profesionales de la información, entre usuarios y poseedores de derechos de autor, no lo defendemos, pero sí defendemos que evidencia una problema no resuelto, que encuentra alternativas de solución fuera del sistema. 
 

2. La química vuelve a tener un repositorio temático, ChemRxiv. Decimos que vuelve a tener porque hace muchos años existió el Chemistry Preprint Server que se creó en el año 2000 y que en 2004 fue comprado por Elsevier y finalmente cerrado. Este nuevo repositorio nace de la mano de la American Chemical Society, en el que se puede considerar un movimiento relevante de uno de los actores más reticentes al acceso abierto. Se puede interpretar como una adaptación a las diferentes políticas estatales, así como un posicionamiento respecto a los repositorios de datos. Ya ha conseguido que algunas de las revistas más relevantes acepten la publicación previa del preprint a ChemRxiv. En el sentido competitivo, en agosto del 2017 Elsevier anunciaba la creación de un espacio dentro del SSRNA (el repositorio de ciencias sociales que adquirió) dedicado también a la química con el nombre de Chemistry Research Network (ChemRN). Apasionante.
 

3. Scientific Reports ha superado a PLOS ONE como la megajournal que publica más artículos científicos. Este cambio se produjo durante el 2017 y las implicaciones para PLOS ONE, sobre todo, pueden ser relevantes. El paradigma de un nuevo modelo de revista, un nuevo modelo de negocio y también de revisión (centrada en la validez metodológica y no en la "citabilitat") ha encontrado un competidor mayor. Scientific Reports, del grupo Nature, publicó más de 25.000 artículos en 2017. Más allá de cuál es la revista que más publica, el debate últimamente se encuentra en considerar si estarían logrando su nicho y, si en lugar de convertirse en el único tipo de revista, pueden convivir revistas mucho más selectivas con el número de artículos y su impacto en la comunidad científica.
 
4. Dimensiones, un nuevo actor para nuevos tiempos? Se trata de un nuevo producto de Digital Science, empresa que ya tiene otros innovadores como Figshare (repositorio de datasets) y altmetrics (para el cálculo de métricas alternativas). Lo cierto es que aprovechando capacidades diferentes, dispone de un producto que puede tener recorrido porque tiene una versión gratuita y otras de pago. Desde mi punto de vista, aparte de una visualización moderna, las herramientas de dimensiones badge son muy intuitivas, como la posibilidad de saber la posición relativa en citas respecto a artículos similares del área cientí-fica, lo que ayuda a contextualizar el artículo. Orduña-Malea y Delgado López-Cozar han hecho una buena revisión.
 

 

 
5. Europa avanza hacia una plataforma para la ciencia abierta. Finalmente, después de varias visiones, parece que Europa por fin pone la directa y se encamina hacia la creación de una plataforma que permita publicar en la línea de la ciencia abierta. El nuevo proyec-to, provisionalmente llamado Open Research Europe, nombre similar a otras iniciativas que se están generando, como las plataformas de Wellcome o bien la de la Fundación Bill & Melinda Gates, Gates Open Research. No se trata de un nuevo repositorio sino que la nueva plataforma deberá permitir alojar los contenidos generados en los Horizon 2020, como el open peer review (pre y post publicación) y la generación de nuevas métricas. Por ello se propone una nueva herramienta por encima de OpenAIRE o ZENODO. La idea es relevante para llegar a 2020 con el pleno acceso abierto. El paso siguiente, en-tiendo, podría ser la consideración que se convierta en una nueva megajournal, siempre y cuando la calidad de la validación, el peer review, sea claro. Europa aprieta el acelerador y pone dinero para la oferta pública.
 
6. Publons, una herramienta para poner en valor el proceso de revisión de los científicos. Publons comienza a emerger como una plataforma muy interesante para la gestión de revisores de artículos científicos. Es conocido como cuesta poder encontrar revisores para las revistas. Hay que recordar el trabajo altruista que hacen en la mayor parte de publicaciones, así que a menudo hay que tejer y crear una red de contactos lo suficientemente grande para poder revisar contenidos de múltiples temáticas. Publons fue creada como una herramienta para visibilizar el trabajo de los revisores, creando tantas revisiones como las que ha hecho un determinado científico. La idea, muy innovadora, es que a menu-do, como el proceso es ciego, se hace difícil saber si la gente ha hecho muchas o pocas revisiones. Últimamente ha sido adquirida por Clarivate Analytics (la empresa de Web of Science), así que se considera una buena plataforma que tendrá recorrido y puede servir para ofrecer servicio a múltiples revistas a la vez que da visibilidad y crédito al trabajo de los científicos. Repiso y Robinson-Garcia han hecho un buen análisis en un artículo en el Anuario ThinkEPI. 
 
 
7. Las monografías en acceso abierto, más descargadas, más mencionadas en los medios sociales y más citadas. Ernest Abadal en el Blok de BiD hacía una reseña de un informe de Springer Nature sobre las ventajas de la publicación en abierto de monografías. Es un tema relevante dado que normalmente hacemos mucho énfasis en el acceso abierto a artículos científicos y hablamos menos de uno de los vehículos de difusión y creación de conocimiento como son las monografías, en algunas disciplinas de forma más notoria. Nuevos datos para confirmar que el aumento de visibilidad es notable, que así se percibe y los datos lo demuestran: por ejemplo, hasta cinco veces más de descargas en abierto (quince veces en el primer mes), y en cifras similares en todas las áreas científicas.
 
8. ResearchGate, ¿de pseudorepositorio ilegal a verdadero medio social? Esta red social académica tiene unos importantes retos de futuro. Después de convertirse, de facto, en un repositorio donde los científicos vertían sus artículos sin tener en cuenta los derechos de autor, anunció que retiraba 1,7 millones de artículos después de que la Coalition for Responsible Sharing, integrada por Wiley, Elsevier y la American Chemical Society, presentara una demanda multimillionaria. Retirados estos artículos, continuará demostrando su validez como herramienta para conectar científicos, más allá de la creación de un indi-cador, el RG Score, que a pesar de que le ha ayudado a diferenciarse de Academia.edu, debe demostrar a muchos científicos su valor añadido. La herramienta de proyectos para poder hacer publicaciones progresivas y el estado de la investigación puede ser un primer paso. Habrá que ver el uso que los científicos hacen.
 
 
9. ¿ScholarlyHub, un nuevo medio social para científicos? Mientras ResearchGate y Academia se afanan en dar buenas noticias a sus inversores, se ha presentado un nuevo proyecto, ScholarlyHub, que pretende convertirse en un medio social sin ánimo de lucro. Habrá que ir siguiendo cómo evoluciona en varios aspectos: si el sin ánimo de lucro es sostenible en base al pago de los científicos, que como ciudadanos que son cada vez regalan más sus datos a cambio de servicios gratuitos; si sin contenidos ilegales las nuevas plataformas y medios sociales tienen sentido, de hecho, el nombre recuerda mucho Sci-Hub; y avanzar en valores añadidos que permitan finalmente ofrecer intercambio de conocimiento entre científicos para alcanzar retos de la ciencia en abierto. En este artículo, los promotores hacen una buena descripción y en esta entrevista plantean sus retos.
 
 
10. ¿Quién es más sistémico, los consorcios universitarios o bien las editoriales? Francia versus Springer Nature. El consorcio de centros universitarios Couperin está reproduciendo el enfrentamiento que tuvieron las instituciones alemanas con Elsevier a la hora de negociar el acceso a las revistas científicas que gestionan. Los argumentos son los de siempre. ¿Por qué siguen subiendo las licencias a los grandes paquetes de revistas cuando cada vez hay más revistas en abierto, o bien muchos artículos están en abierto gracias a las APC (Article Processing Charges) que las universidades también pagan vía proyectos u otros departamentos para tenerlos en abierto, tal como los financiadores cada vez más los obligan? Cornudos y apaleados, dirían algunos. Lo más relevante es que, como en toda negociación, las editoriales confían en la presión de los investigadores a los consorcios para que no se esté un tiempo sin acceso. Aunque no hay acuerdo, Springer Nature no ha cerrado el grifo de acceso a los artículos. Como una partida de cartas en abierto y en línea, habrá que ver quién termina teniendo más fuerza, quién se considera que puede presionar más a quién.
 
Posiblemente, los cambios son muy lentos. Posiblemente, algunos de los cambios van en la línea de acumulación de fuerzas entre las grandes editoriales y productoras de bases de datos que van adquiriendo innovaciones realizadas por otros emprendedores. Sí, son vectores económicos a menudo no demasiado diferentes de otros sectores, como el tecnológico o los medios sociales. Los oligopolios se refuerzan, también posiblemente para afrontar los tiempos futuros, para adaptarse al nuevo paradigma de la ciencia abierta, pero también para competir entre ellos para los nuevos valores añadidos que pueden dar.
 
Desde la Declaración de Budapest (2002), los críticos del sistema de comunicación científica se mueven, como en otros ámbitos, entre la reforma y la ruptura. Posiblemente los cambios y las mejoras son muy lentos, pero aún podemos seguir diciendo que eppur si muove (y, sin embargo, se mueve).

 

Cita recomendada

LÓPEZ-BORRULL, Alexandre. 'Eppur si muove': 10 cosas que pasan en la comunicación científica. COMeIN [en línea], abril 2018, núm. 76. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/c.n76.1830

comunicación científica;  investigación;  medios sociales; 
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