De todos es sabido que la tesis anunciada por Chris Anderson en el libro The Long Tail no ha sido solo un revulsivo para los grandes negocios intermediadores de la distribución de contenidos. Han aparecido nuevos agentes en la cadena de valor de la potente industria del vídeo: el VoD (video on demand), con Netflix a la cabeza, o los MCN (multichannel network), con YouTube como principal exponente, son algunos de los casos que, probablemente, están siendo más comentados y estudiados. Pero esta nueva manera de concebir la industria ha favorecido a los productores (aunque algunos no lo vean así) como nueva forma de extender y dar a conocer los productos audiovisuales.