Las nuevas tecnologías no solo ofrecen un control inédito sobre nuestras vidas, sino que condicionan las conductas. La nueva fiebre contemporánea por las narrativas apocalípticas se diferencia de una tradición que es tan antigua como lo son la literatura, el cine y la radio por un hecho escalofriante: las formas apocalípticas actuales se producen en la esfera de lo real o, incluso, la superan mediante tecnologías como los videojuegos o la inteligencia artificial.
Hace pocos días, Michael J. Miraflor, experto en comunicación y branding, mostraba su malestar sobre la tecnificación de la industria publicitaria con este tuit: «Advertising used to be about big ideas, creating desire, and building aspirational worlds. Now it’s mostly about optimization, efficiency, and arbitrage. A lot of the industry is closer to finance than it is to creative at this point, but we’re loathe to admit it».
Dave Eggers retoma el universo de El Círculo (Random House, 2013) para presentar la segunda novela de su saga de ciencia ficción: El Todo (Random House, 2021). Ambos bestsellers se basan en el paradigma de las grandes tecnológicas de Silicon Valley. La primera es la historia de la vida dentro de la red social y el buscador más grande del mundo: El Círculo. En la segunda, El Círculo se ha fusionado con la mayor compañía de comercio electrónico mundial, creando la empresa más rica y el mayor monopolio nunca visto en el mundo: El Todo. Sobran las asociaciones obvias con las grandes tecnológicas.
A raíz del progreso de las sofisticadas tecnologías de control digital, hoy más que nunca resurge el referente de 1984, la distopía literaria orwelliana convertida en mitología del siglo XX. En esta obra, se ilustraba sutilmente cómo funcionaban las dictaduras del primer tercio del siglo pasado. Menos se habla de una nueva experiencia cercana a Un mundo feliz, la distopía de Huxley con la que se inauguraba la crítica cultural en el capitalismo industrial de los años veinte y treinta.
Hace casi 100 años, el economista John Maynard Keynes afirmaba que el sistema capitalista no tendería al pleno empleo, ni al equilibrio de los factores productivos, sino hacia un equilibrio que solo de manera accidental coincidiría con el pleno empleo. Según sus predicciones, la sociedad actual ya habría avanzado tanto que los países más desarrollados se podrían permitir el lujo de realizar jornadas laborales de 15 horas semanales. La realidad actual, sin embargo, es muy diferente.
El rol disruptivo y transformativo de la inteligencia artificial (IA) es uno de los temas de actualidad por excelencia, como queda claro a través de los numerosos e interesantísimos artículos sobre el tema aparecidos en COMeIN. Los imaginarios de la inteligencia artificial nos acompañan desde hace mucho tiempo en la literatura, el cine, la televisión, el cómic o los videojuegos, pero cuando entran en nuestra vida cotidiana… la cosa cambia. En este artículo, me acerco a la cotidianeidad de la IA en un campo que me apasiona, la música.
El Reuters Institute for the Study of Journalism indica que la inteligencia artificial (IA) será una de las tendencias de este 2023. En paralelo, a lo largo de los últimos meses se ha producido una explosión de herramientas de IA, también por parte de la ciudadanía, y como periodistas este hecho nos obliga a profundizar en ello para entender y aprovechar sus potencialidades. En este escenario, entrevistamos a Patricia Ventura, doctora en Medios, Comunicación y Cultura por la Universidad Autónoma de Barcelona, así como consultora y especialista en ética e inteligencia artificial.
Hace unas semanas asistimos a una visita guiada a una exposición titulada Los colores del mundo en el Cosmocaixa, en Barcelona. Lo hicimos con un grupo de estudiantes de la asignatura Taller de color, del grado de Diseño y Creación Digitales, una asignatura que aborda las diferentes dimensiones del color como fenómeno físico, químico, social y cultural, de manera que al entender todo esto los estudiantes puedan elegir y manejar el color de una manera consciente y efectiva en la medida de lo posible.
El consumo de contenidos digitales e inadecuados ha sido noticia, recientemente, por las consecuencias negativas que puede tener en los menores. Este consumo ha ido incrementándose, en los últimos años, por la facilidad de acceder a él en nuestra vida diaria. A pesar de la existencia de una regulación específica para proteger a los niños en el consumo de contenidos audiovisuales, en medios tanto tradicionales como digitales, todavía existen riesgos y desafíos que se deben abordar para garantizar su seguridad y bienestar.
La inteligencia artificial (IA) se está abriendo paso en la comunicación corporativa y promete revolucionar la forma en que las empresas interactúan con sus clientes, empleados, accionistas y demás públicos. Sin embargo, este potencial impacto de la IA plantea importantes desafíos éticos y de privacidad, así como preguntas sobre la relación entre la tecnología y la comunicación humana.