En plena era digital, la desinformación se ha convertido en uno de los grandes retos de nuestro tiempo. Las noticias falsas se propagan a una velocidad alarmante, afectan la percepción de la realidad y generan impactos sociales y políticos significativos. Este fenómeno erosiona la cohesión social y pone en peligro la integridad informativa, ambos elementos esenciales para el buen funcionamiento de la democracia. Según el Foro Económico Mundial, la desinformación es una de las principales amenazas globales a corto plazo.
La dicotomía entre lo analógico y lo digital hace tiempo que está diluida en nuestra vida cotidiana. No obstante, aún podemos encontrar debates enérgicos, desde un enfoque binario, en torno al valor material, simbólico y cultural de la naturaleza de lo uno y de lo otro; como si se pudieran separar. Lo que sigue son reflexiones y argumentos sobre el valor intrínseco de la producción digital en la cultura.
El creciente entrelazamiento entre los videojuegos y las dinámicas de apuestas es un fenómeno que ha captado la atención tanto de investigadores y legisladores como de la sociedad en general. El concepto de gamblificación –la introducción de mecánicas propias de los juegos de apuestas en contextos no relacionados con ellas– ha tomado protagonismo en un mundo en que las microtransacciones y las cajas de botín han convertido los videojuegos en un espacio híbrido entre el entretenimiento y el riesgo económico.
La capital andaluza acogió la última semana de junio el XV Congreso Español de Sociología, organizado por la Federación Española de Sociología en colaboración con el Departamento de Sociología de la Universidad Pablo de Olavide. Esta nueva edición ha estado dedicada al estudio de la sociedad digital.
La inteligencia artificial (IA) se ha instaurado en la sociedad y sobre todo en la educación evocando controversias y prejuicios, y convirtiéndose en la gran temática actual. Esta nueva realidad supone nuevas demandas y suscita dos necesidades en el proceso de implantación de la IA en la educación. Primero, que las instituciones educativas se preparen para los cambios y transformaciones que esta implantación conlleva. Y, segundo, no menos importante y seguramente una extensión del primero, que la formación del profesorado se enfoque en la adquisición y desarrollo de las competencias digitales necesarias para la utilización adecuada de la IA, ya sea para valorar sus innumerables posibilidades de aprendizaje o para repensar el modelo educativo actual.
La puesta en marcha de la aplicación TikTok Lite en Francia y España ha generado numerosos titulares. La reacción de la Unión Europea solicitando un informe de riesgos a la compañía terminó derivando en la suspensión del programa de recompensas en un tiempo récord después de su lanzamiento. Pero, detrás de la polémica generada, subyacen otras cuestiones como la reflexión sobre el valor de nuestro tiempo de conexión y participación en estos entornos sociales.
Son muchas las visiones críticas sobre el capitalismo digital que se están elaborando en los últimos años desde diferentes disciplinas y saberes, advertencias que hay que tener en cuenta y que hay que poner en diálogo. En medio de la infoxicación de las redes, ¿nos estaremos convirtiendo en siervos y siervas zombificados de un nuevo régimen?
El informe Desigualdad digital y vejez: la brecha digital que todavía hay que cerrar analiza los datos más relevantes y actualizados sobre digitalización y gente mayor, y propone doce recomendaciones para reducir la brecha sociodigital en Cataluña. El estudio, coescrito por Mireia Fernández-Ardèvol, Sara Suárez Gonzalo e Isabel Sáenz Hernández, se puede consultar entero en la web del Consejo Asesor del Parlamento sobre Ciencia y Tecnología (CAPCIT) del Parlamento de Cataluña.
Brianna Janel una influencer estadounidense, se quedó encerrada dentro de su automóvil Tesla. El vehículo smart, proyecto favorito del empresario neoconservador de Silicon Valley Elon Musk, necesitaba actualizar su sistema operativo y decidió hacerlo mientras la tiktoker estaba en el interior. Durante la actualización del sistema, el Tesla Model 3 se cerró automáticamente sin permitir salir a su conductora. Al parecer, el automóvil le advirtió que no detuviera la actualización, pues no era bueno para los procesos que necesitaba realizar el sistema operativo del vehículo. Ella decidió quedarse dentro sin pensar, al parecer, en las posibles consecuencias.
Se ha hablado mucho de cómo los sistemas de inteligencia artificial (IA) refuerzan los estereotipos y la discriminación, principalmente por los sesgos de género, raza u origen de los datos que usan y que se refuerzan con sistemas de aprendizaje automático. Un caso notorio fue motivo de debate en Amazon; el gigante tecnológico decidió dejar de usar su sistema de inteligencia artificial para la selección de personal pues descartaba a las mujeres, solo porque la mayoría de los informáticos hasta el momento habían sido hombres, lo cual ha influido en la forma en la que se usa la inteligencia artificial para la selección de personal en todo el mundo. Pero, ¿qué podemos decir del edadismo de la IA?