En octubre de 2019, publiqué un artículo sobre DORA (Declaration on Research Assessment, la declaración de San Francisco sobre la evaluación de la investigación) en el que hablaba de las implicaciones que tenía la firma de esta declaración por parte de la UOC. Muy sintéticamente, DORA critica las limitaciones del factor de impacto y, de un modo más general, denuncia una evaluación de la ciencia basada en ideas de excelencia exclusivistas, bibliométricas y mecanizadas.
El 1 de junio de 2022, en el edificio de la Fundación Telefónica, en Madrid, se celebró el seminario «Loot Boxes: Nuevos retos de la industria del videojuego», organizado por el Ministerio de Consumo del Gobierno español. El acto transcendió a los medios de comunicación por un anuncio realizado por el ministro de Consumo, Alberto Garzón: la preparación de una ley en España, «pionera a Europa» (sic), para regular las loot boxes, o cajas de botín en castellano, en los videojuegos.
En los últimos años, desde instituciones como la Unión Europea (2018), se viene desarrollando la noción de digital youth work como el ámbito de trabajo socioeducativo con la población joven orientado a promover su inclusión social mediante las tecnologías digitales. Para su adaptación y aplicación al contexto español, se propone que la educación social es el campo más propicio. Sin embargo, para desarrollar una «educación social digital» es necesario previamente entender cuál es el nivel actual de competencias digitales de las educadoras sociales.
«La duración de 800 vidas encadenadas puede abarcar más de 5.000 años. Pero de estas 800 personas, 650 pasaron sus vidas en cuevas o en sitios peores; solo las últimas 70 han crecido teniendo algún medio realmente efectivo para comunicarse con los demás, solo las últimas 6 han podido ver alguna palabra impresa o tenido los recursos para medir el frío o el calor, solo las últimas 4 ha podido medir el tiempo con cierta precisión; solo las 2 últimas han usado un motor eléctrico; y la inmensa mayoría de los elementos que componen nuestro mundo material fue desarrollada en el intervalo correspondiente a la última de las 800 personas» (Buchanan, 2010).
Lo #Fake, la desinformación y el algoritmo forman parte ya del engranaje: en el mercado (de la verificación), en el comercio (de bots y algoritmos) y en la compraventa (de seguidores y likes).
La sospecha sobre el carácter nocivo (casi patológico) del consumo de videojuegos, a menudo, viene motivada por consideraciones irracionales o emotivas que van ligadas al miedo a lo desconocido. La brecha existente entre la cultura audiovisual y digital de los adolescentes y la de los adultos explica, en buena parte, la actitud de reserva y desconfianza que tienen algunos de estos ante unas herramientas de entretenimiento que no controlan.
Gran parte, por no decir la totalidad, de las políticas universitarias y de las diferentes agencias de calidad utilizan insistentemente el factor de impacto para evaluar la calidad de los investigadores y las investigadoras, así como de los grupos de investigación, para medir su productividad y/o para conceder las diferentes acreditaciones, aumentos de categoría o financiación.
El biopoder, ese término acuñado por Foucault, define el control que se ejerce desde los gobiernos y las instituciones políticas sobre la vida y en concreto sobre los cuerpos. Es desde los espacios de poder desde donde se ejerce la mutilación social del cuerpo. ¿Cómo y por qué agredimos nuestros cuerpos?
Es en la frontera donde se muestra nuestra apertura física, social y política al mundo. Cuando la gestión se endurece, militariza y privatiza acaba teniendo un impacto cognitivo en el seno de la sociedad: la militarización progresiva de este punto de encuentro que son las fronteras, nos acaba enseñando que el otro, el que viene de fuera, es una persona extraña ante la cual no queda más opción que defenderse. Esto nos retrotrae al modelo de fortaleza medieval, donde había que defenderse de los bárbaros, para lo cual se levantaba una muralla, y todo lo indeseado para el sistema interno quedaba fuera de ella. En este contexto hablar de Europa Fortaleza no sólo es pertinente, sino también necesario y urgente: ¿queremos vivir amurallados?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) acaba de publicar la última edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades (ICD-11). El objetivo es básicamente clasificar y codificar enfermedades, sus síntomas y causas.