Con este llamamiento, el pasado mes de julio, los estudiantes del Grado en Comunicación de la UOC recibieron una encuesta que pretendía captar su opinión sobre el feedback que dan los consultores y consultoras después de cada prueba de evaluación continua (PEC). En una de las preguntas se pedía concretamente qué nota pondrían, en general, a esta tarea docente. Dado que lo más importante no es el mero indicador, sino todo el aprendizaje que se extrae del proceso, desafiaremos el criterio periodístico y la nota la daremos -siguiendo la lógica docente- al final de este artículo.
Vivimos en un transformismo permanente, en el que la política se disfraza de deporte y, al mismo tiempo, se apropia de sus eslóganes más publicitarios (a menudo vacíos de significado, como: proyecto ilusionante, esperanzador, estimulante, vencedor, etc.). Por ejemplo, en el Breu manual de bones pràctiques de l'independentista elaborado por La Fábrica (grupo de activistas independentistas liderados por el sociólogo Salvador Cardús), se aconseja utilizar el poder de la sonrisa: "Una sonrisa puede hacer tanto como muchos argumentos, unos ojos que brillan pueden convencer mejor que una serie de cifras" a la hora de "ensanchar la base social del independentismo".
Este año la rápida eliminación de la selección española en el Mundial de Brasil contrasta con la euforia despertada por sus triunfos en las pasadas Eurocopas de fútbol de 2008 y 2012, como también en el Mundial de Sudáfrica de 2010. En aquellos momentos se hablaba de la victoria incontestable del mejor equipo. No obstante, el presente ha cambiado la percepción de la realidad. Si bien la hazaña futbolística puso sobre la mesa la relación directa entre el deporte y la aparición de un neonacionalismo español (atractivo para algunos sectores catalanes), hoy en día la escena política es radicalmente opuesta.