¡Hola, ChatGPT! Soy el presidente de la Real Federación Española de Fútbol. Acabamos de ganar el Mundial con la selección femenina. En la entrega de premios, besé a una jugadora en la boca sin su consentimiento. Millones de personas han visto el momento a través de las cámaras y estoy recibiendo un montón de críticas. ¿Puedes ayudarme a gestionar la situación?
El lenguaje verbal supone un pequeño porcentaje (menos del 10 %) del contexto comunicativo. El lenguaje inclusivo, aunque no es ninguna novedad y tiene décadas de recorrido, es una de las prácticas más extendidas en instituciones, empresas, etc., para visibilizar a las mujeres y a otros colectivos. ¿Qué podemos hacer, pues, para que la comunicación, en sentido global (verbal y no verbal), sea más igualitaria?
Si bien, aparentemente, hemos avanzado bastante en materia de perspectiva de género a la hora de redactar las noticias y los titulares, sobre todo en aquellos relacionados con la violencia de género, parece que todavía nos queda camino por recorrer en otros temas que puedan parecer menos sensibles o delicados. En este artículo se comparan los titulares de tres noticias muy distintas, pero que tienen un denominador común: las tres están protagonizadas por mujeres que, además, son famosas y poderosas.
Durante la primera semana de marzo tuvimos la suerte de poder compartir tiempo e ideas con dos grandes figuras expertas en movimientos sociales y activismo digital: los profesores Emiliano Treré (Universidad de Cardiff) y Guiomar Rovira (Universidad de Girona). Aceptaron el reto de mantener una conversación, que resultaría apasionante, sobre justicia de datos, activismo en la era de los datos, algoritmos y la importancia de las pequeñas acciones para el cambio social, incluso ante causas aparentemente perdidas. Este es un pequeño adelanto que espero sirva a modo de inmersión en una cuestión fundamental en los complejos tiempos que vivimos.
El racismo no es una cuestión ajena y lejana a nuestra realidad. Barcelona, a pesar de ser reconocida como espacio de confluencia de identidades diversas, tiene también una historia y un presente que condicionan la forma en la que percibimos y tratamos a las personas según el color de la piel o el origen étnico o nacional.
Existe un consenso generalizado en que las mujeres tenemos un problema de confianza en nosotras mismas y, desde los medios de comunicación, la publicidad y los manuales de autoayuda, se van lanzando mensajes de autoestima e imágenes de mujeres empoderadas para solucionarlo.
Si el mundo rural resulta invisible para el conjunto de la sociedad, más aún lo son las mujeres rurales. Ellas sufren una triple discriminación al ejercer –en muchos de los casos– una actividad económica (la agraria) sometida a grandes incertidumbres, en un entorno muy masculinizado y en un medio (el rural) con poco apoyo social para las tareas familiares y la conciliación. De esta situación viene dando cuenta la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (Fademur), que lleva 18 años luchando por la igualdad y el progreso de las mujeres que viven y trabajan en el medio rural.
El papel activo de la cultura tecnológica en la sociedad actual es indiscutible y constituye un fenómeno de estudio analizado desde todas las esferas actuales del saber. En las prácticas del arte, los impulsos creativos y la intimidad tecnológica producen crisis notables en la manipulación de códigos. Como respuesta activa, se está produciendo un interesante encuentro crítico y creativo entre prácticas artísticas, género y software libre. El marco conceptual de estas nuevas comunidades invisibles se orienta al cultivo de la socialización del conocimiento y el trabajo colaborativo.
Los pasados 19, 20 y 21 de octubre se celebró en Granada la XLVII Reunión de Estudios Regionales, que se enmarca en la International Conference on Regional Science. La sostenibilidad, los cambios demográficos y la desigualdad social de los territorios fueron los temas más recurrentes durante las jornadas. Pero lo más gratificante fue comprobar que, como solución a muchos de los problemas planteados, aparecían estrategias relacionadas con lo colaborativo.
Es un hecho que las mujeres siempre hemos sido juzgadas por nuestra talla física (que no intelectual). Curiosamente, talla y talento comienzan ambas por la misma letra, aunque representan dos estereotipos opuestos. La nueva ola de creativas busca justamente lo contrario, ser valoradas por su extraordinario talento XXI. Una talla enorme para unas profesionales que diariamente demuestran estar altamente cualificadas para liderar un sector muy competitivo y dinámico.