Desde que abrí mi Instagram profesional (@unaprofesorademurcia) he consumido mucho contenido educativo que no solo me ha ayudado en mis clases, sino que también me ha inspirado a la hora de crear mi propio contenido. Este artículo nace del interés en conocer qué hay detrás de las personas que, como yo, sienten la necesidad de compartir la profesión docente.
Sobre influencers hemos hablado ampliamente en esta revista. De su gran pegada entre la población joven, de la diferencia entre influencia y audiencia, las influencers y las causas sociales o las o los academic influencers en el ámbito científico, algo muy relacionado con el contenido de este artículo. Asimismo, hemos tratado el otro tema de este texto: las motivaciones del profesorado.
En este artículo trataremos el ámbito de las influencers en el ámbito de la educación, las eduinfluencers, con el objetivo de entender un poco mejor la motivación y el día a día de las creadoras de contenido educativo. Así, siete profesoras de diferentes etapas educativas han respondido a cinco preguntas sobre el tema. Son Gabriela Delord (gabrieladelord), profesora de la Universidad de Sevilla; Ana Esther (anaestherteacher), profesora de secundaria; Celia Salgado (lateacher_celia), profesora de primaria y de adultos; Noelia Valle (lapizarradenoe), profesora de la Universidad Francisco de Vitoria; Alba Moya (fp_inlove), profesora de formación profesional; Elisenda Abad (amotivatedteacher), profesora de secundaria y bachillerato, y Josune Rodríguez-Negro (@lamagiadelaef), maestra de educación física y profesora en la Universidad del País Vasco.
En esta primera entrega, os traemos dos de esas cinco preguntas:
¿Qué te inspiró a empezar a hacer contenido educativo y cuál fue el mayor reto al principio?
La mayoría de las entrevistadas señala la voluntad, y también la necesidad, de compartir buenas prácticas docentes para ayudar a las colegas como la principal inspiración para abrir sus cuentas:
«Fundamentalmente, la necesidad de los docentes, que en muchas ocasiones se sentían perdidos sobre todo al principio de su camino docente. Y también porque yo estuve en la misma situación hace muchos años y sentía que podía ayudarles» (anaestherteacher).
En algunos casos, estas buenas prácticas docentes son de un ámbito muy específico, como es la FP o la universidad, etapas educativas en las que podemos encontrar mucho menos contenido en redes sociales en comparación con primaria, secundaria o bachillerato. También hallamos el deseo de transmitir la educación desde diversas perspectivas, como la feminista en el caso de Elisenda Abad (amotivatedteacher). En este sentido, la comunicación efectiva es fundamental, algo muy relacionado con el tipo de lenguaje:
«Empecé a publicar artículos científicos relacionados con el ámbito educativo, pero me di cuenta de que no llegaban a los docentes, así que pensé que las redes sociales eran un buen lugar para poder difundirlos» (@lamagiadelaef).
Para muchas de ellas, Instagram también es una manera de mostrar sus clases a alumnado y familias. De hecho, algunas de estas cuentas están dirigidas al alumnado, como es el caso de Noelia Valle (lapizarradenoe):
«Empecé a grabar vídeos para que mis estudiantes estudiasen parte de los contenidos teóricos en casa [...]. Además, grababa vídeos con contenidos complicados que solían ser motivos de tutorías de forma recurrente».
El caso de Celia Salgado (lateacher_celia), es un poco diferente en tanto que su motivación principal fue la de usar Instagram como currículum y porfolio:
«Cuando me abrí mi red social (y antes), trabajaba en una academia. Mi trabajo era inestable laboralmente hablando y, por aquel entonces, una de mis mejores amigas se había estado formando en el mundo de las redes sociales y el marketing digital porque iba a abrir su negocio. Ella me decía que una red social era el CV del siglo XXI e insistió tanto que me la abrí».
El aspecto técnico se señala como el mayor reto, ya que ninguna de las profesoras entrevistadas tenía formación en audiovisuales. También la duración y el formato de esos vídeos para conseguir contenidos amenos:
«La mayor dificultad con los primeros vídeos fue que mis estudiantes los viesen, porque eran largos y un tostón… pero en cuanto pasé a la lightboard se acabó ese problema» (lapizarradenoe).
Por otro lado, la mayoría también señalan la falta de tiempo para trasladar las ideas en contenidos y combinarlo con su vida personal. Por último, está la representación del yo delante de la cámara:
«Lo que más me costó fue encontrar mi tono y la forma en la que quería comunicar. De hecho, no mostré mi cara en la cuenta hasta dos o tres años después» (@lamagiadelaef).
¿Cómo eliges los temas de tus contenidos y cómo te aseguras de que la información sea correcta?
La mayoría de las entrevistadas señalan que los contenidos que comparten están relacionados con el día a día de su docencia. Sean casos de éxito o no:
«Cuento tanto lo que me funciona como lo que no» (anaestherteacher).
Otras como Elisenda Abad (amotivatedteacher) comparten igualmente un contenido más relacionado con su día a día como docente:
«En mi caso personal, el contenido no es premeditado».
El otro criterio más mencionado es compartir el contenido que pueda gustar a la audiencia:
«La elección de los temas es fácil: me gusta subir lo que a mí como consumidora me gustaría ver. También, todas las cosas que, como teacher, me gustaría aprender y encontrar» (lateacher_celia).
En este sentido, la interacción con el contenido es algo muy valioso, como señala Alba Moya:
«Me gusta mostrar estas propuestas porque generan mucho interés entre otros docentes, quienes a menudo me brindan feedback muy valioso [...]. Esta interacción es enriquecedora y contribuye a crear una red de intercambio de buenas prácticas» (fp_inlove).
En el caso de las profesoras universitarias, señalan la necesidad de traducir el lenguaje académico:
«Siempre uso libros y artículos recientes para asegurarme de que el contenido es correcto. Y luego busco la forma de explicarlo de la manera más didáctica» (lapizarradenoe).
De hecho, para Gabriela Delord hay una relación entre el tipo de contenidos que comparte y el número de seguidores:
«Son contenidos que vienen de mis lecturas, de congresos, de otros artículos científicos, de mi libro. Así que no hay duda de que son publicaciones fiables; por eso que no he crecido más, porque son publicaciones densas. El público de las redes sociales prefiere publicaciones con informaciones cortas y rasas» (gabrieladelord).
Finalmente, todas ellas mencionan la citación de fuentes científicas, libros o papers, para contrastar la información que comparten en el caso de que sean contenidos más teóricos. En algunos casos, esto se emplea para que el estudiantado aprenda:
«Suelo destacar a profesionales y referentes que me gustaría que mis estudiantes sigan, de manera que puedan ver cómo el contenido que trabajamos en el aula también tiene relevancia en las redes y en el mundo profesional» (fp_inlove).
En la segunda entrega de este artículo, abordaremos las tres cuestiones restantes planteadas a las siete eduinfluencers entrevistadas.
Para saber más:
LÓPEZ-BORRULL, Alexandre. «¿Has pensado quiénes son tus 'influencers' en Twitter?» COMeIN [en línea], febrero 2018, núm. 74. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/c.n74.1807
MASSAGUER, Lluc. «¿Qué impulsa a profesionales del diseño a ser docentes?». COMeIN [en línea], noviembre 2024, núm. 148. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/c.n148.2473
MONTAÑA BLASCO, Mireia. «Influencers y mucho más». COMeIN [en línea], noviembre 2016, núm. 60. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/c.n60.1670
OLLÉ, Candela. «Reflejados en los ‘influencers’». COMeIN [en línea], septiembre 2024, núm. 146. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/c.n146.2455
SAN CORNELIO, Gemma. «Causas sociales y medios ‘mainstream’». COMeIN [en línea], mayo 2021, núm. 110. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/c.n110.2136
Citación recomendada
COSTA GÁLVEZ, Lola. «Comunicar la buena educación: las ‘eduinfluencers’ (I)». COMeIN [en línea], diciembre 2024, no. 149. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/c.n149.2480
