Los influencers virtuales se han convertido en una nueva presencia habitual en las redes sociales. Estos avatares generados por ordenador, a menudo de apariencia hiperrealista y estéticamente impecables, acumulan miles e incluso millones de seguidores en Instagram, TikTok o YouTube. Lejos de ser simples curiosidades digitales, empiezan a tener un papel activo en la comunicación de marcas, en la construcción de ideales de belleza y en cómo las personas interactúan en entornos digitales. Ante este fenómeno, cada vez más investigadores se preguntan qué impacto pueden tener estos personajes artificiales en la identidad, la autoestima y el bienestar psicológico de las personas.
Las redes sociales son una parte esencial del día a día de los adolescentes. En particular, TikTok e Instagram se han convertido en las plataformas más utilizadas por los jóvenes, hasta el punto de que influyen en su manera de comunicarse, expresarse y, incluso, en su identidad. Esta realidad ha generado preocupación entre educadores, familias y expertos en salud mental, puesto que a menudo se debate si el uso de estas plataformas puede tener un impacto negativo en el bienestar y la vida social de los adolescentes. Ahora bien, ¿qué piensan los propios adolescentes sobre estas redes sociales? ¿Qué efecto creen que tienen en su vida diaria?
Los adolescentes pasan actualmente buena parte de su tiempo en línea y, especialmente, destaca el uso de sus teléfonos móviles y de sus redes sociales. No resulta extraño, pues, que a menudo vemos noticias en los medios de comunicación sobre el posible impacto adverso que puede tener esta conexión constante a las redes en el bienestar de los más jóvenes: un aumento en los síntomas de depresión o ansiedad, los problemas de autoestima o las autolesiones se encuentran entre los efectos citados.