La amenaza de huelga de los guionistas norteamericanos podría ser una oportunidad para que los discursos y análisis que se hacen desde los medios de comunicación y la academia salgan del marco establecido por el marketing industrial de las plataformas.
Existe un consenso generalizado en que las mujeres tenemos un problema de confianza en nosotras mismas y, desde los medios de comunicación, la publicidad y los manuales de autoayuda, se van lanzando mensajes de autoestima e imágenes de mujeres empoderadas para solucionarlo.
Es probable que en los centros donde se estudia y se enseña periodismo se tenga que explicar a las estudiantes el escándalo que destapó The Guardian sobre la empresa de consultoría Cambridge Analytica y su papel en el resultado del Brexit o en la victoria de Donald Trump de 2016. No hace muchos días, un colega profesor de periodismo en una universidad pública de Madrid me explicaba que un grupo de sus estudiantes de cuarto curso lo interrumpió para preguntarle «qué era eso del Ferrerasgate». A pesar de su actualidad y gravedad, ambos casos parecen condenados al olvido, engullidos por la enésima crisis de Twitter.
Ahora que viene el buen tiempo y algunas empezamos nuestro particular período de estivación, propongo realizar un recorrido sobre algunos cambios que se han producido en los discursos, las representaciones y los imaginarios culturales del turismo en el cambio de siglo en un contexto de crisis económica y climática, con la industria turística en el centro de los debates sobre el modelo español construido en el desarrollismo y consolidado durante la transición.
Cuando Neus Ballús recogió el Premio Gaudí 2022 a la mejor película dijo que «las mujeres no sólo hemos llegado al cine para hacer óperas primas: hemos venido para quedarnos». Esta frase sintetiza un proceso de más de veinte años en los que hemos vivido un cambio generacional en el cine español que ha ido de la mano de la incorporación, visibilización y reconocimiento de las mujeres en el sector cinematográfico.
La recuperación de los trabajos de la académica y activista bell hooks pone en valor un legado que clama por un feminismo interseccional en un momento de cambios generacionales y debates en el activismo global.
El título –un tanto clickbait– del artículo es una excusa para hablar de una figura fundamental de la crítica cultural y los estudios culturales y ponerla en relación con los estudios de comunicación y su compromiso (o no) con la educación mediática.
El auge del ensayo audiovisual, una práctica que permite reflexionar sobre la imagen desde la propia imagen, empieza a tener un impacto y una relevancia en las investigaciones sobre el audiovisual en el contexto digital muy estimulantes. Su heterogeneidad, libertad y voluntad de experimentación lo convierten en un formato alternativo al anquilosamiento de las descripciones y los análisis propios del paper y la crítica académica.
El formato podcast ha permitido la proliferación de voces y temas muy diversos, pero, en el contexto de esta revista y de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC, me parece interesante reflexionar sobre los que han sido creados por mujeres periodistas con vocación crítica y feminista.
La impugnación que hizo el 15M a la connivencia de las élites políticas, económicas y mediáticas de la Transición ha supuesto una revisión de los relatos e iconos de los 90, una década de esplendor que se va deconstruyendo desde diversos ámbitos y puntos de vista para intentar explicar nuestro presente y pensar alternativas futuras.