La localidad navarra de Tudela ha sido la sede, por segundo año consecutivo, del certamen “Lo que Viene”, una cita organizada por la Asociación de Informadores Cinematográficos de España (AICE) que reúne a la industria y prensa especializada en cine y series para adelantar algunos de los estrenos más destacados en el segundo semestre del año.
Comparto con agrado cómo la colección «Dircom» de Editorial UOC acaba de ser premiada con el sello de Calidad en Edición Académica (CEA-APQ), reconocimiento a la visión de nuestra universidad que pone el foco en una de las realidades clave de la comunicación. Soy de los que cree que cualquier entidad o comunidad es sensible a enriquecer sus dinámicas de información como si se tratara de un laboratorio de expresión, donde ensayar, innovar y reinventarse esté a la orden del día de los grupos. Humildad y autoconocimiento de las organizaciones para diseñar y desarrollar mejor cualquier plan de comunicación que pueda hacer brillar sus valores de marca.
Nuestro cine es insospechado. Arrancó el año con la noticia que Alejandro Amenábar rodará esta primavera un film sobre la Guerra Civil y su memoria histórica, aquí y en castellano, algo que no hacía desde Mar Adentro (2004). Vuelve, por tanto, uno de los dos temas clásicos que se suponen al cine español: el conflicto entre las dos Españas. El otro es la comedia, no solo madrileña.
“El diálogo real no es hablar con gente que piensa lo mismo que tú. Las redes sociales no enseñan a dialogar porque es tan fácil evitar la controversia… Mucha gente las usa no para unir, no para ampliar sus horizontes, sino al contrario, para encerrarse en lo que llamo zonas de confort, donde el único sonido que oyen es el eco de su voz, donde lo único que ven son los reflejos de su propia cara”, declaraba el sociólogo Zygmunt Bauman a comienzos de este año profundizando sobre las nuevas dinámicas de relaciones digitales.
Película a película, escena a escena, hubo un tiempo donde el cine nos invitaba a vivir mil aventuras, en las que nos identificábamos con el bueno, con los héroes. Con las heroínas no, algo mucho más difícil porque casi nunca el séptimo arte ha permitido que estas existieran. Pero un buen día la cosa cambió.