Las cifras nos lo recuerdan frecuentemente: el vinilo no solo no ha desaparecido, sino que su consumo está en una línea claramente ascendente a escala mundial. Aunque lo parezca, este fenómeno no es en absoluto cosa de fans de cierta edad que han vivido la era de los vinilos. Lo que me lleva a escribir este artículo es la curiosidad de saber por qué hay un porcentaje importante de adolescentes y jóvenes que se sienten atraídos por los discos en vinilo e incluso los coleccionan. Pongámonos a girar y bajemos la aguja.
En un vídeo de 2016 de la plataforma Stories, especializada en documentales cortos, y titulado Are teenagers keeping vinyl records alive? (‘¿Están los adolescentes manteniendo los discos de vinilo con vida?’) se nos muestra el caso de Adia «Red» Douglas, una joven de 16 años que regenta la tienda de discos RPM Records en Brentwood, California. Adia, siguiendo el ejemplo de su padre, empezó su propia colección de vinilos a la edad de… ¡10 años! Adia muestra orgullosa imágenes de su tienda y, claro, las portadas de sus discos favoritos, desde discos de indie rock editados en plena era del streaming (Oracular spectacular, de MGMT, de 2007 o Warpaint, de 2014) hasta clásicos de la época dorada de los formatos físicos (Déjà vu, de Crosby, Stills, Nash & Young, de 1970). Cuando le preguntamos por los motivos, lo tiene claro: cuando pone un vinilo le suena mejor, más vivo, y le da un rollo totalmente diferente que al escuchar música digital.
En el vídeo, Jason Douglas, padre de Adia e influencia decisiva en la afición de su hija, apunta a la tangibilidad de los discos, al papel del Record Store Day, que ha hecho que el coleccionismo sea atractivo para nuevas generaciones (¡algunos clientes de Adia tienen 13 años!). Jason da una pista que parece explicar de forma más general el fenómeno del regreso de ciertos formatos físicos en la era de las plataformas de streaming: «Hemos sacrificado la calidad del sonido por la conveniencia» (el tema de los debates sobre la calidad es muy compleja y no entraré en eso, pero me gustaría, quizá en otro artículo).
El reportaje incluye datos de 2015 bastante significativos: Musicwatch indicó que más de la mitad de los compradores y las compradoras de vinilo tienen menos de 25 años, y en ese mismo año, las ventas de vinilo aumentaron un 32% hasta los 416 millones de dólares, el nivel más alto desde 1988 (momento en que el ahora menospreciado CD todavía tenía una posición de mercado ascendente). Si nos acercamos un poco más a la actualidad, Statista confirma la tendencia al alza imparable de la venta de vinilos, como muestra el gráfico evolutivo circunscrito a los Estados Unidos: en 2020, las ventas escalaron hasta los 27,5 millones de unidades, lo que supone un incremento del 46% respecto al año anterior (según el gráfico, en 2015 estaríamos sobre los 12 millones, para que nos hagamos una idea en relación con los datos de Musicwatch).
Pero es cierto que las explicaciones que suelen dar los medios de comunicación tienden a ser insuficientes y muy centradas en una idea muy superficial de la nostalgia y que nada tiene que decir del resurgimiento entre nuevos públicos. En resumidas cuentas, hacía que me preguntara todavía con más fuerzas por qué el vinilo atrae una nueva generación, así que he formulado la pregunta a algunos y algunas fans del vinilo adolescentes y jóvenes, sin ninguna pretensión estadística. A pesar de que forman parte de grupos de edad un poco diferentes, en un caso, 13 años, y, en otro, 25 años, sus respuestas coinciden con más de un aspecto entre sí y con Adia, y me han sorprendido en algunos aspectos. Aquí va una muestra de esta entrada en el campo totalmente introductoria.
En todos los casos se trata de gente joven que consume mucha música digital, A (24 años) comenta «en mi día a día consumo muchas horas de música digital y escucho artistas diferentes. Me gusta hacer playlists, mezclar canciones, géneros y artistas de todo tipo, picoteo, pero no presto mucha atención a lo que escucho; presto atención, pero la tengo más de fondo, de hilo musical». En cambio, «cuando escucho un vinilo estoy mucho más concentrada en lo que escucho, en las letras, el sonido, lo que me transmiten, conecto más. También me encanta estrenar un vinilo, toda la parte estética, la parte física del formato, las fotos, las portadas, si llevan las letras…, forma parte del merchandising, hace que me sienta más cerca de los y las artistas». Por su parte, M (13 años) y G (13 años), lo expresan de esta manera fresca y espontánea:
«La música se escucha diferente que cuando te pones los cascos...
Te pones en la situación de hace unos años, no te sientes en 2021…,
que el 2021 es una mierda…,
sino tiempo atrás… Es como volver al pasado, la música se escucha diferente, la vives más…,
y es más bonito, más interesante...
Te relaja, te quedas mirando cómo se mueve y el ruidito que hace el vinilo cuando baja la aguja…
Es todo muy estético…»
M y G coinciden con Adia en valorar la calidad distinta del sonido, y todas estas personas están de acuerdo en decir que las pone en una situación diferente que cuando escuchamos música digital. También destacan la dimensión tangible, que las lleva a prestar automáticamente más atención, o el placer físico del movimiento del disco o incluso todo el ritual de bajar la aguja. M y G destacan, además, el placer eminentemente retro de sentirse transportadas a un momento anterior, probablemente también influenciadas por la estética de los vinilos y los tocadiscos en películas y series de televisión (¿es nostalgia cuando tienes 13 años?). También se plantea la dimensión estética, como cuando A remarca la conexión entre la portada, las fundas interiores y todo el arte gráfico como elemento de merchandising y de conexión con el o la artista. De todas formas, quizá lo que es más sorprendente de todo es cómo el vinilo constituye una experiencia de escucha diferenciada. Más allá de lo estrictamente físico, tangible o retro, el consumo de vinilo hace que una generación que ha crecido con la posibilidad de picotear, con la disponibilidad (aparentemente) total, con la filosofía de playlist, con el salto compulsivo de un tema al siguiente, descubrir ahora el placer de la limitación. Como indica de manera muy elocuente A: «Me gusta la experiencia de que termine una cara y tener que cambiarla, o volverla a poner, el no poder tirar hacia atrás una canción; conecto más». Entonces, ya no se trata, como decía el Sr. Douglas, de revertir aquel intercambio de calidad por conveniencia, sino de redescubrir, en contra de lo que puede parecer intuitivo en la manera en que entendemos nuestros tiempos, el placer de, libremente, no tener que hacer, sino simplemente dejarse entrar, dejarse llevar, darse tiempo, recuperar la capacidad de atención a pesar de las limitaciones, a pesar de las imperfecciones. No es poca cosa para un objeto de consumo, el disco de larga duración, que empezó a entrar en los hogares ya hace casi cien años. Y por si todavía no estáis convencidos o convencidas, cuando queráis hablamos del revival del casete.
Para saber más:
Are teenagers keeping vinyl records alive? [vídeo]. https://www.youtube.com/watch?v=XJv7r89NdMU
Musicwatch - «Music Acquisition». https://www.musicwatchinc.com/research-studies/music-acquisition/
«Las ventas de vinilos superan a las del CD por primera vez desde los años ochenta». https://www.eldiario.es/cultura/ventas-vinilos-superan-cd-primera-vez-anos-ochenta_1_6224914.html
«¿Por qué han vuelto los discos de vinilo?». https://www.elcorreo.com/tecnologia/gadgets/vuelto-discos-vinilo-20190722124059-nt.html
«Why do teenagers still buy vinyl records?». https://amp.redbull.com/be-nl/why-do-teenagers-still-by-vinyl-records
«The eight tribes of vinyl collector». https://www.bbc.com/news/magazine-26990263
Banda sonora:
MGMT - Oracular spectacular (2007).
Crosby, Stills, Nash & Young - Dejà vu (1970).
Warpaint - Warpaint (2014).
Julia Holter - In the same room (2017, el vinilo doble que he estado escuchando mientras escribía el artículo y que más de una vez ha hecho que me levantara).
Cita recomendada
ROIG, Antoni. «Jóvenes fans del vinilo: breves notas sobre el ‘revival’ del coleccionismo de música en formato físico». COMeIN [en línia], junio 2021, no. 111. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/c.n111.2144