Número 157 (septiembre de 2025)

Diseñar festivales musicales más seguros: el papel de los protocolos frente a la violencia sexual y el odio

Carlos Moreno Clemente, Anna Almécija Casanova

En los últimos años, la necesidad de garantizar que los festivales y los eventos musicales sean espacios seguros ha dejado de ser un debate aislado para convertirse en una demanda colectiva. Organizadores, administraciones y el propio público reclaman medidas concretas frente a la violencia sexual y las conductas de odio y discriminación.

Pero no solo desde la organización se han dado pasos adelante: también las fuerzas de seguridad han comenzado a adoptar un papel más activo y comprometido en la creación de estos entornos seguros. Un ejemplo significativo es el de la Policía Metropolitana de Londres, que ha implementado unidades especializadas en eventos musicales con el objetivo de erradicar la violencia contra las asistentes. Su estrategia combina esta presencia policial reforzada, zonas de atención para personas en riesgo, herramientas de denuncia por móvil y campañas dirigidas a los jóvenes para implicarlos activamente en la detección y rechazo del acoso. Gracias a estos factores, se ha conseguido detener a agresores sexuales en conciertos y festivales, a partir de un trabajo conjunto entre cuerpos policiales, promotores y testigos que alertan a través de canales de denuncia habilitados.

 

Frente al acoso y el odio, acción conjunta y coherente

 

El informe Safety, Sexual Harassment and Assault at Australian Music Festivals, de la UNSW y la University of Melbourne, ya planteaba una serie de recomendaciones prácticas que mostraban la necesidad de una acción conjunta, involucrando a organizadores, policía y servicios sanitarios. Entre las medidas más destacadas que se identificaban en el informe estaban: la formación a equipos, la señalización de espacios seguros, las campañas de sensibilización, una correcta iluminación y protocolos claros de actuación frente al acoso y las agresiones. Sin embargo, el desafío no radica únicamente en identificar e incorporar buenas prácticas: está en convertirlas en un estándar de la industria.

 

Entre las iniciativas recientes más relevantes, destacan las propuestas impulsadas por la Asociación de Festivales de Música junto con la Asociación MIM (Mujeres en la Industria de la Música), quienes han elaborado herramientas y modelos de protocolo para un nuevo enfoque sobre la seguridad en este tipo de eventos. Estas organizaciones han apostado por una mirada integral que no se limita a la reacción ante una agresión, sino que articula la prevención desde la fase de diseño del evento. Su propuesta defiende que los festivales deben ser espacios de libertad, pero también de responsabilidad compartida. De ahí que los protocolos se planteen no como un mero documento, sino como una herramienta viva que atraviesa todas las fases del evento: desde la contratación de personal hasta la experiencia del asistente.

 

También desde el sector público, algunas administraciones locales y autonómicas han diseñado sus protocolos de actuación para ser implantados de forma general en los entornos de ocio o para ciertas fiestas multitudinarias como San Fermín o los Carnavales de Tenerife.

 

Protocolos contra la violencia en festivales musicales: prevención, atención y acción

 

Un protocolo efectivo frente a la violencia sexual y las conductas de odio y discriminación no puede improvisarse. Debe construirse con rigor, sensibilidad y conocimiento del contexto. A continuación, se resumen los elementos clave que todo protocolo debería contemplar:

 

  1. Análisis de riesgos y adaptación al evento

     

    Cada festival es único. Por tanto, el protocolo debe construirse a partir de un análisis previo de riesgos según el tipo de público, localización, horarios, accesos o historial de incidentes, entre otros.

  2.  

  3. Definición de responsables

     

    Es fundamental que el protocolo identifique claramente quién coordina su aplicación: responsables operativos, personal de atención, seguridad o coordinación con cuerpos policiales.

  4.  

  5. Formación especializada

     

    Todo el personal –desde el de control de accesos hasta el de producción, así como el personal de seguridad– debe recibir formación específica en detección, actuación y acompañamiento ante casos de acoso, discriminación o violencia.

  6.  

  7. Punto de atención visible y seguro

     

    Debe habilitarse un espacio claramente señalizado al que cualquier persona pueda acudir en caso de necesitar información, sentirse agredida, incómoda o insegura. Este punto debe estar atendido por profesionales formados.

  8.  

  9. Campañas de comunicación

     

    El protocolo solo será útil si se comunica de forma efectiva: señalización, redes sociales, megafonía o apps deben informar sobre su existencia, qué cubre y cómo se activa.

  10.  

  11. Vías de denuncia accesibles

     

    La persona afectada debe poder notificar un incidente de forma presencial o digital, con respeto a su intimidad y a sus decisiones, sin revictimización y con seguimiento del caso.

  12.  

  13. Evaluación y mejora

     

    Una vez finalizado el evento, es necesario revisar el funcionamiento del protocolo, recoger datos, detectar puntos críticos y mejorar la respuesta en futuras ediciones.

 

Este enfoque de prevención y acción concreta es el que permite pasar de la intención al impacto real. Y es también lo que reclaman cada vez más asistentes: no solo disfrutar, sino poder hacerlo sintiéndose protegidos.

 

Prevenir para disfrutar con libertad

 

Los festivales musicales no son solo celebraciones culturales; también pueden convertirse en referentes de convivencia, respeto y bienestar. Para lograrlo, la prevención debe ir más allá de la teoría y traducirse en acciones visibles y coherentes. Implementar un protocolo no es solo tener un documento: es formar equipos, comunicar bien, responder con agilidad y evaluar con honestidad. Cuando se aplica de verdad, un protocolo convierte el festival en un espacio más justo e igualitario, donde todas las personas se sienten libres y seguras y donde la música convive con una cultura de respeto que puede inspirar a otros ámbitos sociales.

 

El objetivo no es solo evitar incidentes, sino construir festivales en los que todas las personas, sin importar su identidad, género, origen o condición, puedan vivir la música desde la libertad, el respeto y la confianza.

 

Imagen de portada:

Foto de Pexels / Wendy Wei.

 

Citación recomendada

MORENO, Carlos; ALMÉCIJA CASANOVA, Anna. «Diseñar festivales musicales más seguros: el papel de los protocolos frente a la violencia sexual y el odio». COMeIN [en línea], septiembre 2025, no. 157. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/c.n157.2564

eventos;  género;  música;  entretenimiento;  ética de la comunicación;  lifestyle