Número 93 (noviembre 2019)

Documentales de cine para aprender

Jordi Sánchez-Navarro

La 52 edición del Sitges - Festival Internacional de Cine Fantástico de Catalunya, que se acaba de celebrar hace apenas un mes, ha sido, como cada año, un muestrario de las principales tendencias del género. Caracterizado por ofrecer las formas expresivas más arriesgadas y las mutaciones más sorprendentes de la ficción contemporánea, el festival proporciona también, en cada edición, aportaciones destacadas del campo del documental.

 

El documental es, en sí mismo, un territorio en redefinición permanente. Sus múltiples caras son tantas como facetas tiene la naturaleza, la historia, la sociedad y la cultura, y muchas de ellas caben en un festival dedicado a lo fantástico. Todo aquello que, desde el discurso de la no ficción se acerca, incluso tangencialmente, a lo extraño y singular, a lo oscuro o lo bizarre, tiene cabida en un festival de género. Pero hay un tipo de documental que encuentra especial acomodo en un evento tan orientado al gran público como es el festival de Sitges y que lo convierte, precisamente, en una muestra que cumple perfectamente con una de las funciones esenciales de un proyecto de esas características. Esa función es la formativa, la de fomentar la capacidad de su programación para instruir al público y crear nuevos espectadores. Y el tipo de producción a la que me refiero es el documental sobre el propio hecho cinematográfico.

 

El documental sobre cine es un género en sí mismo que en las tres últimas décadas ha dado piezas tan memorables como, por citar algunas, Hearts of Darkness: A Filmmaker's Apocalypse (Eleanor Coppola, Fax Bahr y George Hickenlooper, 1991) y Días peligrosos: Creando Blade Runner (Charles de Lauzirika, 2007)  –enciclopédicas y pormenorizadas crónicas del rodaje de películas míticas, Apocalypse Now y Blade Runner respectivamente –; Never Sleep Again: The Elm Street Legacy (Daniel Farrands y Andrew Kasch, 2010) y Electric Boogaloo: The Wild, Untold Story of Cannon Films (Mark Hartley, 2014) –exploraciones sobre el impacto de una saga (Pesadilla en Elm Street) o de una productora (Cannon Films)–, o Lost in La Mancha (Keith Fulton y Louis Pepe, 2002) y Jodorowsky's Dune (Frank Pavich, 2013) –ditirámbicas especulaciones sobre películas no filmadas (aunque en el caso de la primera, Terry Gilliam sí que llegó, con el tiempo, a realizar su Quijote)–. A estas hay que sumarles series documentales como Un viaje personal con Martin Scorsese a través del cine americano (Martin Scorsese y Michael Henry Wilson, 1995) o La historia del cine: Una odisea (Mark Cousins, 2011), que se han convertido en referentes ineludibles al hablar de alta divulgación sobre el fenómeno del cine y su historia. El panorama de reflexión en clave audiovisual sobre el propio fenómeno del audiovisual es vasto y riquísimo en tonos, enfoques y densidades teóricas. Y cada año se suman nuevas producciones, que proporcionan más y mejores herramientas a los profesionales de la formación sobre cine, sea cual sea el nivel educativo en el que trabajan.

 

Volviendo al Sitges - Festival Internacional de Cine Fantástico de Catalunya, en esta última edición se han podido ver producciones tan valiosas como Making Waves: The Art of Cinematic Sound (2019), una auténtica clase magistral de nivel poco común en el documental sobre cine. En esta pieza podemos ver, por ejemplo, a Walter Murch explicando las claves del diseño de sonido de Apocalypse Now y a Gary Rydstrom dando detalles sobre la portentosa secuencia del desembarco en Normandía de Salvar al soldado Ryan, dos títulos revolucionarios en el ámbito del diseño de sonido. Además, el documental cuenta con entrevistas con George Lucas, Steven Spielberg, Barbra Streisand, Robert Redford o David Lynch, creadores que no se prodigan en este tipo de producciones. Otro de los documentales del festival centrados en aspectos técnicos del cine, en este caso los efectos especiales, es Phil Tippett: Mad Dreams and Monsters (2019), una película de Gilles Penso y Alexandre Poncet, dedicada a una de las personalidades ocultas más interesantes de la historia del cine: el animador Phil Tippett, un verdadero revolucionario de su disciplina que marcó con sus innovaciones técnicas el fantástico de los años ochenta. Alcanzando la excelencia en la técnica de la stop motion e inventando un desarrollo evolucionado llamado go motion antes de dedicarse ya por completo a la animación por ordenador, Tippett diseñó y desarrolló efectos especiales y criaturas para títulos tan emblemáticos como El Imperio contraataca (1980), El retorno del Jedi (1983), Robocop (1987), Jurassic Park (1993) o Starship Troopers (1997). El documental de Penso y Poncet arroja luz sobre la personalidad y el método de trabajo de Tippett, pero sobre todo sirve para dar el protagonismo que merece a una figura esencial en la obra del animador y, por tanto, en la historia de los efectos especiales del cine de Hollywood: Jules Roman, esposa de Tippett y cómplice imprescindible de sus mayores logros.

 

 

 

Horror Noire: A History of Black Horror (Xavier Neal-Burgin, 2019) es otro de los documentales proyectados en el festival. Mediante entrevistas a estrellas y cineastas y académicos afroamericanos, la película plantea una exploración de tono académico de la relación de la comunidad negra estadounidense con Hollywood, a través de su conexión con el género de terror. Aunque desde el punto de vista formal es poco novedoso, Horror Noire explota muy bien el potencial de su premisa. La amplitud y variedad de entrevistas va creando a lo largo del metraje la imagen de una comunidad comprometida con la valorización de lo afroamericano en el cine. En la mirada caleidoscópica del documental, los actores y directores hablan sobre temas y estereotipos narrativos y los críticos y académicos hablan sobre sus películas y actores favoritos y lo que ha significado para ellos ver a artistas negros en pantalla. Otro documental histórico y ensayístico de la selección del festival fue Sesión salvaje (Paco Limón y Julio César Sánchez, 2019), un recorrido por el cine de géneros populares realizado en España desde los últimos años de la dictadura de Franco y hasta que se consolidan los efectos de la llamada ley Miró de 1983. Mediante entrevistas a directores y actores emblemáticos de la época y a cineastas españoles actuales que de algún modo se sienten herederos de ese cine, los directores trazan una panorámica libre, creativa y algo caótica, como era el cine que celebra el documental.

 

 

 

Acabamos este repaso a los documentales sobre cine del pasado Sitges - Festival Internacional de Cine Fantástico de Catalunya con dos aproximaciones novedosas a grandes clásicos del cine, dirigidas ambas por el cineasta suizo Alexandre O. Philippe. La primera es Memory: The Origins of Alien (2019), en la que el director emprende el difícil reto de proporcionar nuevas interpretaciones al clásico de Ridley Scott, sin duda una de las películas más interpretadas de la historia y que en este documental se revela inagotable. La segunda es Leap of Faith: William Friedkin on The Exorcist (2019), un documental que, a la manera de las legendarias entrevistas de François Truffaut a Alfred Hitchcock, recoge seis jornadas de conversación entre Friedkin y Phillippe, en las que el veterano cineasta estadounidense rememora muchas claves estéticas de su obra maestra El exorcista (1973).

 

 

Estos seis documentales son solo una parte de la gran producción del género en 2019. Su destino natural son canales temáticos de cine y circuitos altamente especializados. Su uso como recurso de aprendizaje no es fácil, dado que la cadena de derechos de exhibición no suele contemplar esa posibilidad, pero dada su potencia conviene no flaquear en el empeño de integrarlos en la docencia sobre la estética, el lenguaje, la historia o la cultura del cine.

 

Cita recomendada:

SÁNCHEZ-NAVARRO, Jordi. Documentales de cine para aprender.COMeIN [en línea], noviembre 2019, no. 93. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/c.n93.1978

cine;  eventos;  comunicación y educación; 
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