Número 131 (abril 2023)

Érase una vez un juego en Hollywood

Jordi Sánchez-Navarro

Editorial UOC acaba de publicar, en su colección Filmografías esenciales, el volumen Cine dentro del cine. 50 películas sobre el séptimo arte, de Pablo Echart. En el libro, el autor, profesor de escritura y análisis de guion cinematográfico de la Universidad de Navarra, presenta una antología esencial del metacine, un género –o mejor, un subgénero– del cine que se centra en el proceso de creación de una película y en los personajes involucrados en ella, tales como directores, productores, actores y guionistas.

Echart explica en su libro las formas en que estas películas brindan a los espectadores una visión privilegiada de los aspectos internos del cine, mostrando los conflictos de egos, relaciones de poder, imprevistos y limitaciones humanas que ocurren durante la filmación de una película. Además, las películas de ese subgénero a menudo presentan las estrategias que se utilizan para crear la ilusión cinematográfica y, en ocasiones, borran la línea entre realidad y ficción. El metacine también puede ser una expresión de amor al cine, es decir, un ejercicio de cinefilia, al rendir homenaje a las grandes obras del medio y al legado cinematográfico. Precisamente porque ofrecen múltiples miradas a aspectos diversos del fenómeno que es la creación de una obra cinematográfica, estas películas tienen, a mi juicio, un gran potencial para la enseñanza de algunos aspectos relacionados con el medio. Son, en definitiva, un interesante instrumento para alfabetizar al público acerca de la complejidad de la creación cinematográfica. Dicho esto, no conviene en ningún caso despreciar su valor como puro entretenimiento para todos aquellos espectadores con una mínima estima por el cine.

 

Todo esto viene a colación del reciente estreno de la miniserie La oferta (The Offer), disponible en la última plataforma de streaming llegada a nuestro país: SkyShowtime. La serie, creada por Michael Tolkin y desarrollada por él mismo, junto con la guionista y productora Nikki Toscano, pone en imágenes la gestación, la producción y el estreno de El Padrino, la revolucionaria película de gánsteres que Francis Ford Coppola dirigió para Paramount Pictures entre finales de 1971 y principios de 1972.

 

Tolkin ya había tratado las interioridades de Hollywood como novelista en 1988 con The Player (El jugador), que tuvo adaptación cinematográfica como El juego de Hollywood (The Player, Robert Altman, 1992). Con un tono narrativo similar en cierto modo al gran clásico de las películas sobre la llamada meca del cine –El crepúsculo de los dioses (Sunset Boulevard, Billy Wilder, 1950)–, El juego de Hollywood comienza como una historia de cine negro. Su protagonista, Griffin Mill (interpretado por Tim Robbins), es un antihéroe clásico, un ejecutivo de estudio que mata accidentalmente a un hombre que cree que lo está amenazando de muerte, solo para descubrir muy poco después que se ha equivocado de persona y que su acosador sigue campando a sus anchas. Cuando el espectador está convencido de que ha captado el tono de la historia, la película de Altman (y la novela de Tolkin) cambia de dirección y se convierte en un ácido comentario sobre la política corporativa de Hollywood, luego en una comedia absurda, más adelante en un thriller más o menos elegante y, finalmente, en una especie de cuento posmoderno metalingüístico con un retorcido final feliz. En última instancia, la obra de Altman ha pasado a la historia como una sátira de Hollywood, una película sobre la creación de películas, cuyo significado se construye no solo por medio de lo que cuenta, sino también a través de su forma. Véase, por ejemplo, el largo plano secuencia con el que da comienzo, que alude directamente a célebres tomas similares, como el plano de inicio de Sed de mal (Touch of Evil, Orson Welles, 1950), o la gran cantidad de cameos de estrellas de Hollywood interpretándose a sí mismas que aparecen en la película.

 

Más metacine en ‘La oferta’

 

Es interesante que, años después del éxito de su novela y de la adaptación, Michael Tolkin emprenda una operación similar en La oferta, con la salvedad de que, en lugar de una sátira a la cultura empresarial de la antaño conocida como «fábrica de sueños», la serie pretende ser testimonio de una realidad histórica: el proceso de gestación de una de las películas más legendarias jamás realizadas. Entre los conocedores de la historia del cine son bien conocidos los entresijos del desarrollo y el impacto cultural de El padrino. Si se convirtió en una de las películas más míticas de todos los tiempos, es porque en buena parte su éxito fue la espoleta que provocó la explosión de un nuevo Hollywood y, en consecuencia, la consolidación de tendencias en la producción, distribución y exhibición que marcarían el medio y su industria en todo el final del siglo XX. Pero es que, además, los obstáculos y conflictos de su producción convierten su historia en una lección de cine que es, al mismo tiempo, un relato emocionante sobre la perseverancia y la creatividad humana.

 

La oferta está basada en las vivencias del productor Albert S. Ruddy durante la producción de la película, que, como es bien sabido, es una adaptación de la novela de Mario Puzo sobre una familia mafiosa italoamericana, sus rivalidades internas y sus cruentas luchas con otros miembros de la mafia. La serie nos cuenta que la producción se enfrentó a grandes desafíos desde el principio, comenzando por el hecho de que la novela de Puzo enfureció a los italoamericanos en general y a los miembros de las familias mafiosas en particular. De hecho, La oferta explica, siempre desde el punto de vista parcial de Ruddy, que la mafia obstaculizó la producción de El padrino de todas las maneras posibles: amenazando al propio productor y al entonces jefe de la Paramount, el legendario ejecutivo Robert Evans, amedrentando a los actores y, en general, creando un clima hostil hacia la película y su equipo. La situación solo se resolvió cuando Ruddy negoció en persona con el capo de una de las cinco familias de la mafia de Nueva York, Joseph Colombo, quien, además de llevar a cabo las actividades que se suponían a cualquier integrante de la Cosa Nostra, había fundado y lideraba la Liga Italo-Americana por los derechos civiles. Después de los acuerdos a los que llegaron Ruddy y Colombo, la mafia autorizó y cooperó en el rodaje. La producción de El padrino se vio sometida a dificultades adicionales, debido a la propia dinámica empresarial de Paramount en la época en que formaba parte del conglomerado Gulf+Western, y en concreto a las tensiones internas en la corporación y al impacto de la personalidad genial y volátil de Robert Evans –responsable directo de películas tan esenciales para la consolidación del Nuevo Hollywood como La semilla del diablo (1968), Love Story (1970), Chinatown (1974) o Marathon Man (1976)–, que se opuso en todo momento a la contratación del entonces desconocido Al Pacino para el papel de Michael Corleone.

 

Con una producción tan conflictiva, es comprensible que alguien con el currículo de Tolkin se interesara por llevar a la pantalla esa historia. Los papeles principales de ese relato de conflictos, negociaciones, resolución de problemas y creatividad que es La oferta están a cargo de Miles Teller como el productor Albert S. Ruddy, Dan Fogler como el director Francis Ford Coppola, Matthew Goode como Robert Evans, Juno Temple como la asistente de Ruddy, Bettye McCartt, y Giovanni Ribisi como el capo mafioso Joe Colombo. La oferta no busca que nadie la confunda con un remake de El Padrino, afortunadamente, sino que quiere explorar (y glorificar) las enormes dificultades logísticas y el incontable talento necesario para llevar a cabo la tarea de crear una película memorable. Por eso, volviendo al punto de partida de este artículo, si la tomamos con la debida prudencia, la serie puede servirnos como una valiosa lección de cine.

 

Para saber más:

LEBO, Harlan (2005). The Godfather Legacy: The Untold Story of The Making of The Classic Godfather Trilogy Featuring Never-Before-Published Production Stills. Simon and Schuster.

PUZO, Mario (2013). The Making of the Godfather. Hachette.

REGUERA, Iván (2022). El hombre que podía hacer milagros. Barcelona: Roca Editorial.

SEAL, Mark (2021). Leave the Gun, Take the Cannoli: The Epic Story of the Making of The Godfather. Gallery Books.

 

Citación recomendada

SÁNCHEZ-NAVARRO, Jordi. «Érase una vez un juego en Hollywood». COMeIN [en línea], abril 2023, no. 131. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/c.n131.2328

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