Número 111 (junio de 2021)

Diez años citando a Kropotkin

Sandra Sanz Martos

Para los que escribimos sobre comunidades de práctica o aprendizaje, trabajo colaborativo y, en general, todo aquello que conlleve algo de intercambio de experiencias, información y conocimiento, citar al geógrafo y naturalista Piotr Kropotkin (1902) es obligado. Porque, al fin y al cabo, lo que mueve a la cooperación y la solidaridad es un principio innato en el hombre basado en la ayuda mutua.

Coincidiendo con el décimo aniversario de esta querida revista que acoge con resignación y cariño mis precarias reflexiones y tímidos desvaríos, ha llegado a mis redes sociales (que me conocen bien) un par de entrevistas al científico y ensayista francés, Pablo Servigne. El titular de la primera de ellas: «La única manera de sobrevivir a este siglo será la ayuda mutua». Por supuesto, Kropotkin, siempre Kropotkin.

 

Kropotkin (1842-1921) fue geógrafo y naturalista, aparte de pensador político ruso. Gran defensor de una sociedad comunista descentralizada y basada en asociaciones voluntarias de comunidades autónomas y empresas dirigidas por trabajadores. En su faceta de naturalista, planteó la importancia de la cooperación como factor clave en la evolución. Su trabajo más famoso, La ayuda mutua (1902), escrito a partir de sus experiencias en las expediciones científicas durante su estancia en Siberia entre 1862 y 1867, critica las ideas del darwinismo social que basaban la selección natural en la lucha entre individuos. Kropotkin, para refutar la lucha por la vida como eje central en la evolución, observa que las especies en esa parte de Asia septentrional, lejos de ostentar una lucha encarnizada por sobrevivir, mostraban una conducta altruista que él definiría como «apoyo mutuo». De tal forma, el altruismo entre las especies fue para él lo que proporcionará a las mismas el éxito en la lucha por la existencia.

 

Desde aquel artículo, «Compartir para salir de la crisis» (Sanz-Martos, 2011), hasta el artículo «La 'biblioteca' de las cosas» (Sanz-Martos, 2021), pasando por «La comunidad del balcón» (Sanz-Martos, 2020), el señor Kropotkin siempre ha estado ahí. Recordándonos que no hay crisis imposible de superar, ni la del 2008 ni la de la COVID-19, mientras sigamos siendo fieles a nuestra condición humana.

 

La crisis financiera de 2008 trajo la eclosión de la sharing economy y del cohousing. La pandemia está consolidando estos fenómenos cooperativos de la mano de la sostenibilidad. La contrarreloj de la lucha por evitar o como mínimo retrasar el temido cambio climático condiciona todo a cualquier escala.

 

No sabemos cómo será la vida humana tras la desaparición de los casquetes polares, el agotamiento de las materias primas energéticas, la escasez de agua dulce, de alimentos, de suelo fértil y de aire limpio por culpa de la contaminación, la multiplicación de epidemias y de fenómenos meteorológicos extremos, las migraciones masivas… Quizá el marco cultural dominante (el neoliberalismo) nos induce a pensar que será una competición a muerte al estilo Mad Max. Sin embargo, la historia natural y la ciencia nos indican lo contrario: la ley del más fuerte suele quedar suspendida en períodos de crisis para dar paso al apoyo mutuo, tal y como señaló Piotr Kropotkin, para asegurar la supervivencia de la especie, comenta Pablo Servigne en la entrevista concedida a La Marea.

 

Según el autor de Colapsología, entrevistado en El País el pasado 3 de mayo, en 2030 el mundo habrá cambiado totalmente: «Mi sensación es que antes de ese año se producirá un hundimiento social», e incluye en él el preocupante rebrote del fascismo en varios puntos del planeta. Pero «en las peores crisis siempre ha vuelto a surgir una solidaridad. La naturaleza humana no es la maldad. El problema es que nos rigen instituciones antisociales que pregonan la agresión y desmantelan los cuidados», añade. Y concluye así: «La única manera de sobrevivir a este siglo será la ayuda mutua. Es más, los que no ayuden a los demás serán los primeros en morir».

 

No es el momento de discursos apocalípticos… Todos acusamos la fatiga pandémica y estamos ávidos de esperanza y buenas noticias. Sea lo que sea que nos depare el futuro, estamos preparados. La condición humana siempre saldrá al rescate de la especie. Así lo hemos demostrado en las graves situaciones recientes que, desgraciadamente, se han producido desde que nació esta revista.

 

Una década recurriendo a Kropotkin para salir de las crisis. Evidenciando que las soluciones están basadas en el apoyo mutuo. No queda margen para la preocupación ni mucho menos para el miedo sabiendo que quizá, de aquí a diez años, tengamos que volver a citarlo.

 

Para saber más:

KROPOTKIN, Piotr (1902). Mutual Aid: A factor of evolution. Londres: Editorial Heinemann. [Versión española reciente: El apoyo mutuo. Un factor de evolución. Logroño: Editorial Pepitas de calabaza, 2016.]

 

Cita recomendada

SANZ, Sandra. «Diez años citando a Kropotkin». COMeIN [en línea], junio 2021, no. 111. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/c.n111.2141

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