Existe una tendencia creciente a usar técnicas de desinformación en redes sociales para fomentar el descrédito tanto de mujeres con actividad pública como del movimiento feminista. Estas presiones, que se producen de forma paralela al incremento de la violencia online, están provocando el alejamiento de las mujeres de la esfera pública e impiden el avance en la lucha por los derechos y la igualdad. Es imperativa la profundización en su estudio y la toma de medidas específicas para paliar sus efectos en nuestras democracias.
Hace unas semanas publicamos un artículo en el que remarcábamos la importancia de la comunicación de proximidad para entender la realidad que nos rodea en tiempos de crisis y participar en nuestras sociedades. En este, ahondamos en los retos que el periodismo de proximidad tiene que afrontar para sobrevivir, como la gran dependencia de la publicidad y la legislación vigente.
Los gráficos del desarrollo de la pandemia han tomado una relevancia esencial. Desde el inicial “aplanemos la curva” hasta el momento actual de desescalamiento, rara vez la expresión visual de los datos se había convertido en lo más importante para entender cómo se supera una crisis. Sólo durante el mes de marzo, el acceso a la comunicación de proximidad se ha incrementado un 158% según Comscore, pero la información visual desagregada no está siendo uno de sus focos por falta de recursos. Los medios de proximidad son elementos clave para el sostenimiento de nuestra democracia y el derecho a la información. Ahora más que nunca, necesitarán el apoyo de la ciudadanía a la que sirven.