En un artículo previo, a raíz del éxito del film El 47, repasábamos el insuficiente trabajo que ha hecho el cine para explicar la ciudad de Barcelona en las últimas décadas. Este déficit se entiende, en parte, por la función que otras artes y técnicas visuales asumieron desde la Transición hasta hoy. Es el caso del vídeo y la televisión, en sus diferentes expresiones más o menos institucionalizadas, así como el de la fotografía en el ámbito más artístico. Aun así, fue el diseño –en un sentido integral: como disciplina comunicativa, como gremio y como sello de identidad– lo que realmente explicó Barcelona. Otra cosa es de qué forma y con qué espíritu crítico lo hizo.
El pasado mes de diciembre se celebró Expanding the margins, un congreso internacional de investigación en diseño, organizado desde el Grupo de Investigación Mediaccions y los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC. En este artículo hablaremos de una de las temáticas que se abordaron, la relación del diseño con la salud y el bienestar, y lo haremos surfeando aspectos como el codiseño, el diseño colaborativo, la escucha activa, los estigmas y la sensibilización.
Las cartografías visuales son herramientas que trascienden la representación espacial para convertirse en prácticas reflexivas y transformadoras. Vinculadas a perspectivas feministas, invitan a reinterpretar los territorios como espacios de cuidado, resistencia y colaboración. Este artículo explora cómo estas metodologías integran elementos visuales, colectivos y críticos, cuestionando narrativas dominantes y proponiendo nuevas formas de habitar. A partir de la filosofía de Martin Heidegger, se reflexiona sobre el habitar como un acto de cuidado, construyendo comunidades más justas e inclusivas.
¿Qué pesa más, un kilo de paja o un kilo de plomo? Con esta pregunta solemos engatusar a los niños para darles una explicación sobre la diferencia entre peso y volumen. Cuando alguien responde que un kilo de paja pesa más que uno de plomo, supuestamente lo hace valorando su volumen, que, visualmente, es más elevado.
Una colega de profesión (y amiga) nos contaba que un grupo de estudiantes se le acercó al final de una clase, con mucha preocupación. Con nerviosismo le pidieron si le podían hacer una pregunta un poco personal. Querían saber por qué tenían tantos profesores y profesoras profesionales del diseño en aquel máster. Creían que eso era una señal de que la profesión no iba bien y que, al no tener trabajo, no tenían otra opción que dedicarse la docencia, como solución de supervivencia.
¿Tiene delito el diseño?, ¿existe un delito al diseñar?, ¿somos partícipes de delitos en nuestros proyectos profesionales? Hal Foster, uno de los historiadores y críticos de arte más importantes de las últimas décadas, publicó el libro Diseño y delito (2004).
Escenarios Restaura es una campaña de diseño-ficción que activa imaginarios de salud sobre cómo podría ser el área del Francolí en su paso por Tarragona. Les veus del Francolí, Zona Verge y Les obres del Diable son tres relatos transmedia que se han difundido por X (antes Twitter) e Instagram con el objetivo de generar pensamiento crítico y estimular la participación ciudadana.
Hace veinte años, estudiar diseño implicaba un periplo que conllevaba trasladarse a Barcelona o a Madrid, centros neurálgicos de la profesión. Aparte de las escuelas de diseño, allí encontrabas las bibliotecas especializadas, los quioscos donde podías comprar revistas que venían directas de Londres y los EE. UU., las exposiciones y acontecimientos donde se encontraba el bullicio del sector creativo. «Todo esto eran campos» y las cosas han cambiado. ¿Se puede diseñar lejos de la capital?
La comarca del Almanzora debe su nombre al río que la atraviesa a lo largo del valle. Prácticamente en paralelo, discurre también la antigua vía del ferrocarril que unía Lorca con Granada; el granaíno lo llamaban. Lamentablemente, ya no circula ningún tren por esos raíles desde hace casi 40 años. Pero el legado de aquella época próspera va más allá de los restos de hierro y madera de los caminos: los edificios de viajeros, los andenes, muelles de carga, depósitos de agua, casetas de guardagujas y de guardavías, cocherones, etc.
Brianna Janel una influencer estadounidense, se quedó encerrada dentro de su automóvil Tesla. El vehículo smart, proyecto favorito del empresario neoconservador de Silicon Valley Elon Musk, necesitaba actualizar su sistema operativo y decidió hacerlo mientras la tiktoker estaba en el interior. Durante la actualización del sistema, el Tesla Model 3 se cerró automáticamente sin permitir salir a su conductora. Al parecer, el automóvil le advirtió que no detuviera la actualización, pues no era bueno para los procesos que necesitaba realizar el sistema operativo del vehículo. Ella decidió quedarse dentro sin pensar, al parecer, en las posibles consecuencias.