«Barcelona acoge el ecosistema más importante de formación en diseño de Europa», según Jose Luis de Vicente, nuevo director del Museo del Diseño de Barcelona. Una afirmación contundente que nos lleva a un paralelismo con el mundo natural. Al igual que un ecosistema natural, el del diseño está formado por organismos vivos que se relacionan entre sí y con su medio. En este sistema los organismos, que no son totalmente homogéneos, forman una comunidad y comparten flujos de energía.
Podemos crear con objetivos muy diversos. Podemos hacerlo para expresarnos, nos podemos quedar en la superficie, resolver una problemática sencilla, incluso frívola, podemos solucionar problemas más complejos, que afecten además personas, o a aquellas que están en riesgo de exclusión, por ejemplo. Podemos crear con la intención de salvar vidas o incluso de salvar el planeta. Incluso podemos crear (para el) más allá.
Conectar conceptos, profesionales y disciplinas es, a menudo, una habilidad sutil o que pasa desapercibida ya que, a pesar de ser imprescindible en el ámbito creativo, es poco tangible o cuantificable. Aun así, hay personas que, de manera natural o porque lo han trabajado, ven enlaces que son clave en el proceso creativo. Este artículo es un homenaje a los hilos invisibles, a las conexiones y a los caminos que trazamos entre vectores, tengan la forma que tengan.
La palabra expectativa proviene etimológicamente de spectare (contemplar o ver en detalle) y el prefijo ex (hacia afuera). Se refiere a la esperanza o posibilidad de conseguir algo, y está tan integrada en nuestra mirada que, a veces, se convierte en un prejuicio, o como mínimo suele desviar nuestro foco de atención. Las expectativas se nos colocan como un filtro en la relación con las otras personas, y por supuesto también en el ámbito académico y en el profesional.
Septiembre y enero son aquellos meses en los que todo empieza de nuevo, cuando todo el mundo se propone (¡este año sí!) crear nuevos hábitos y lograr aquellos objetivos que cuando pasan quince días ya nadie recuerda. Hay un mercado que conoce bien este fenómeno, y este es el del coleccionismo. Álbumes de cromos, muñecas de porcelana, cohetes que se montan por piezas... ¿Por qué y qué coleccionamos? ¿Creatividad y coleccionismo pueden ir de la mano?
Después de dos años muy extraños, este puede ser un buen momento para cuestionarnos la vida, en general, pero también, en particular, cuestiones como de qué manera compartimos la profesión del diseño, cómo nos relacionamos con nuestros y nuestras colegas o si los festivales de diseño son un buen espacio para hacerlo. ¿Qué sentido tienen? ¿Morirán? ¿Han cambiado? ¿Cambiarán?
En el ámbito del diseño, las decisiones que tomamos cuando proyectamos un objeto, un espacio o una aplicación digital, por ejemplo, tienen un alto impacto en la sociedad, desde la sostenibilidad ambiental hasta el respeto por los derechos humanos, pasando por la accesibilidad y la atención a la diversidad, en el espectro más amplio de su significado. Por lo tanto, el hecho de ponerse en la piel del otro (to put yourself in someone’s shoes) debe formar una parte esencial del proceso de diseño.
¿Por qué nos puede interesar diseñar proyectos personales, propios, autoiniciados, autoencargos o como los queramos denominar? O, dicho de otro modo, ¿qué nos puede llevar a vestirnos de diseñador o diseñadora, de cliente y del resto de papeles del auca que hay en el proceso de diseño? Muchos estudiantes que acaban los estudios de diseño se preguntan «¿Y ahora qué hago, si tengo poca experiencia y pocos proyectos en el portafolio?». Pues bien, uno de los caminos que podemos tomar es el del autoencargo.
A menudo el activismo y la protesta van relacionados con la comunicación con pocos recursos, el Do It Yourself (DIY) y la creatividad de personas que quieren explicar cosas y se espabilan para poder hacerlo. La historia está llena de ejemplos de gráficas creadas para manifestaciones espontáneas que se formalizan y tienen una estética determinada dependiendo de las herramientas con las que se han creado.
¿Qué recomendarías a una persona que quiere estudiar diseño? ¿Qué puede hacer para aprovechar al máximo los estudios que está a punto de iniciar? Estas son preguntas recurrentes en momentos del año como los que estamos ahora, momentos de cambio donde se acaban y se empiezan cursos, grados, másters... Miramos adelante pensando qué camino o qué aventura queremos emprender, intentamos diseñar nuestro futuro y lo queremos hacer de la manera más enriquecedora y provechosa posible.