«Barcelona acoge el ecosistema más importante de formación en diseño de Europa», según Jose Luis de Vicente, nuevo director del Museo del Diseño de Barcelona. Una afirmación contundente que nos lleva a un paralelismo con el mundo natural. Al igual que un ecosistema natural, el del diseño está formado por organismos vivos que se relacionan entre sí y con su medio. En este sistema los organismos, que no son totalmente homogéneos, forman una comunidad y comparten flujos de energía.
La afirmación que abre este artículo se ponía sobre la mesa en un encuentro de EDIVI, Red de Centros de Enseñanza Superior de Diseño para la Innovación Social y la Sostenibilidad (de la que la UOC forma parte), bajo la dirección del Museo. En esta red, como en los ecosistemas naturales, se comparten flujos de energía en forma de colaboración entre centros de enseñanza. Se crea vida mediante proyectos que fomenten la educación en diseño para la innovación social y la sostenibilidad mediante el trabajo conjunto con las comunidades ciudadanas y actores involucrados en distintas problemáticas de cada caso. Organismos, pues, que se relacionan entre sí para construir un medio habitable de la mejor manera posible. Aquí, el diseño desempeña un papel muy importante.
Y si seguimos con la metáfora natural, ya hace años que hay superpoblación (la especie humana ha superado la medida sostenible en su entorno particular) en la ciudad de Barcelona en cuanto a graduados en diseño, que puede suponer una saturación. Solo en la Ciudad Condal hay más de 10 centros de formación en Diseño (Ministerio de Economía, Industria y Competitividad, 2018). Se trata, por lo tanto, de un posible overbooking de potenciales profesionales del diseño localizados en una única población.
Mapa del diseño en España
Fuente: Ministerio de Economía, Industria y Competitividad (2018). ‘España Diseña. ED25. 25 ediciones de los Premios Nacionales de Diseño’. Madrid
Se deberían estudiar las tasas de paro en el sector, los niveles de precariedad o la emigración de estos graduados y graduadas de centros de formación en diseño en Barcelona para poder afirmar si la saturación tiene consecuencias negativas o no para este ecosistema. Este tema daría para una tesis doctoral.
Lo que es seguro es que esta alta concentración de centros de formación en diseño en la Ciudad Condal ha llevado, durante muchos años, a una competitividad (a menudo intensa) entre centros. Esta se podía ver años atrás (y hablo en pasado porque el objetivo de este artículo es visibilizar, en las próximas líneas, cómo se relacionan los organismos de este sistema para crear vida, no para destruirla), cuando los diferentes centros se mantenían informados sobre el número de matrículas, los precios o las infraestructuras del resto, o cuando se visitaban, de incógnito, sesiones informativas de otros centros para captar información, etc. No sé si estas prácticas siguen existiendo (seguramente sí), pero lo que es seguro es que han aumentado las propuestas de construcción colectiva que ayudan a conectar organismos y potenciar la energía entre ellos.
No solo competencia. Nuevos espacios para la colaboración
Tenemos, pues, muchos espacios de competición, pero cada vez encontramos más momentos para remar juntos, para colaborar entre centros, tanto entre el profesorado como, también, entre los estudiantes, y crear proyectos conjuntos.
El curso pasado se celebró la Jornada Crea, procesos creativos en la enseñanza superior, en la UOC, en el que se reunieron docentes de diferentes centros en los campos del diseño, las artes, el audiovisual y el multimedia. Dialogaron sobre aspectos relevantes de la docencia en diseño: la materialidad y traducción medial en línea; la documentación del proceso de trabajo y aprendizaje, y la evaluación cualitativa y el feedback. Dejar de lado la competitividad para compartir conocimientos y experiencias desde la visión de diferentes centros universitarios fue del todo enriquecedor.
‘Processos creatius en l’ensenyament superior’
Fuente: UOC
Al inicio, hemos hablado de EDIVI. Se trata de una red en la que la colaboración entre centros es el hilo conductor de su actividad. Tanto docentes como estudiantes de distintos centros, con el apoyo del Museo del Diseño de Barcelona, comparten proyectos y conocimientos que ayudan a enriquecer su actividad.
De hecho, el Museo del Diseño de Barcelona actúa como aglutinador, dinamizador y punto de encuentro de los diferentes organismos del ecosistema, promoviendo el trabajo conjunto y de creación.
El primer ejemplo de este punto de encuentro es Diseño para la inclusión, un proyecto de aprendizaje y cocreación entre estudiantes y colectivos en diferentes situaciones de vulnerabilidad, en un retorno bidireccional.
‘Disseny per a la Inclusió’
Fuente: Ojalá Projects / Museu del Disseny de Barcelona
Por otro lado, encontramos Oh!pera, un proyecto en el cual la alianza entre instituciones y escuelas se traduce en la creación y el estreno de cuatro óperas de pequeño formato que se representan en diferentes espacios del Liceo de Barcelona.
‘Cap. 1 - El retorn d’Òh!pera’
Fuente: Disseny Hub Barcelona
Para acabar, y un ejemplo más reciente, está el trabajo realizado en la exposición ¡Aquí estamos! Las mujeres en el diseño, 1900-hoy, que se inaugura el 17 de octubre de este 2023. Un grupo de estudiantes de diferentes centros superiores de diseño de Barcelona fueron convocados por el Archivo del Museo para trabajar en una parte de la investigación de diseñadoras pioneras en el ámbito del diseño de los años sesenta, setenta y ochenta en el contexto catalán.
Estos son solo algunos de los ejemplos de espacios en los que estudiantes de distintos centros de formación en diseño trabajan para avanzar conjuntamente en la vida del ecosistema y su entorno, compartiendo energía y creando comunidad.
Cuidemos este ecosistema que crea redes entre organismos, los impulsa a crecer y a crear vida.
Citación recomendada
MASSAGUER, Lluc. «Barcelona, ecosistema de formación en diseño». COMeIN [en línea], octubre 2023, no. 136. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/c.n136.2361
