Hace pocos días, Michael J. Miraflor, experto en comunicación y branding, mostraba su malestar sobre la tecnificación de la industria publicitaria con este tuit: «Advertising used to be about big ideas, creating desire, and building aspirational worlds. Now it’s mostly about optimization, efficiency, and arbitrage. A lot of the industry is closer to finance than it is to creative at this point, but we’re loathe to admit it».
En nuestro reciente artículo «¿Ciudadanía vigilada o monitorización ciudadana?» (Suárez-Gonzalo y Feenstra, 2023), analizamos dos aproximaciones a la relación entre tecnología y democracia que beben de tradiciones democráticas distintas y persiguen objetivos diferentes: la vigilancia y la monitorización.
Los avances en robótica y en las tecnologías de automatización están cambiando rápidamente muchos aspectos de nuestras vidas. En el campo de la salud y la asistencia sanitaria, y en especial en la atención a las personas mayores, la utilización de robots es ya una realidad. Pero más allá del gran interés político, económico y social que despierta la robótica, la utilización de robots para el cuidado de personas mayores plantea importantes desafíos que afectan a las interacciones humanas basadas en la empatía, el cuidado mutuo y la interdependencia.
La comunicación interna está adquiriendo, por fin, la importancia que merece. Para abordar esta función, Elisenda Estanyol, directora académica del Máster universitario de Comunicación Corporativa, Protocolo y Eventos, entrevista a Enrique Iniesta, director de Desarrollo de los Recursos Humanos en Grupo Pikolin.
Septiembre nos dejó una noticia curiosa para los amantes del place branding: parece que la India se plantea un cambio de nombre para el país y ha estado tanteando internacionalmente cómo se percibiría la nueva propuesta. En el momento de escribir estas líneas, todavía no se tiene la confirmación oficial, pero es un secreto a voces que el rebautizo se acabará implementando tarde o temprano.
La reciente huelga de guionistas de Hollywood, así como algunos de los estrenos cinematográficos más destacadas de este año, ponen sobre la mesa un tema muy importante con relación a las industrias culturales: el hecho de que tecnologías como la captura de movimiento o el recurso a la inteligencia artificial se estén utilizando para blindar el futuro de grandes franquicias de entretenimiento, que en algunos casos llevan décadas con nosotros, en un momento en el que toda una generación que las creó o popularizó está a punto de retirarse. ¿Es esto lo que queremos?
Dave Eggers retoma el universo de El Círculo (Random House, 2013) para presentar la segunda novela de su saga de ciencia ficción: El Todo (Random House, 2021). Ambos bestsellers se basan en el paradigma de las grandes tecnológicas de Silicon Valley. La primera es la historia de la vida dentro de la red social y el buscador más grande del mundo: El Círculo. En la segunda, El Círculo se ha fusionado con la mayor compañía de comercio electrónico mundial, creando la empresa más rica y el mayor monopolio nunca visto en el mundo: El Todo.
«Barcelona acoge el ecosistema más importante de formación en diseño de Europa», según Jose Luis de Vicente, nuevo director del Museo del Diseño de Barcelona. Una afirmación contundente que nos lleva a un paralelismo con el mundo natural. Al igual que un ecosistema natural, el del diseño está formado por organismos vivos que se relacionan entre sí y con su medio. En este sistema los organismos, que no son totalmente homogéneos, forman una comunidad y comparten flujos de energía.
En la primera parte de este artículo, asistimos a la conversión de un pequeño pueblo de pescadores en uno de los referentes turísticos más destacados de España. El artífice de esta transformación, Pedro Zaragoza Orts, protagoniza también esta segunda y última entrega.
En la primera parte de este artículo, el análisis del protocolo y el ceremonial nos llevó a explorar su valor para las organizaciones a la hora de sacar el máximo partido de las relaciones con sus públicos. En este contexto, vimos cómo la comunicación institucional emergía como un instrumento eficaz para gestionar esta interacción, aunque no todas las entidades aprovechan su potencial.