Número 94 (diciembre 2019)

Creatividad para un mundo mejor

Amalia Creus

Desde la cómoda burbuja en que nos instalan las sociedades liberales modernas más abastadas, la amenaza del cambio climático sonó, durante mucho tiempo, como un mantra suave, casi imperceptible. Hoy es como un grito que intenta hacernos despertar de la pesadilla de nuestra inminente autodestrucción. Pero revertir el cambio climático no es una tarea fácil. Requiere un cambio meridiano de hábitos y estilos de vida, así como la capacidad de comunicar y hacer visible el impacto que estos mismos tienen sobre nuestro planeta.

Ayudar a explicar mejor el cambio climático es justamente la finalidad del Uncertainty Handbook, libro publicado por la Universidad de Bristol que recoge consejos de expertos sobre cómo comunicar su impacto de manera más eficaz. Explicar con imágenes e historias (en lugar de tablas y gráficos numéricos), generar conversaciones en torno a la degradación ambiental en sus múltiples facetas, enfocarse en la dimensión humana y situada de sus consecuencias, son algunos de los consejos que recoge esta obra.

 

Por otra parte, las iniciativas que nos muestran cómo poner estos consejos en práctica, con sensibilidad y compromiso, son, afortunadamente, cada vez más numerosas. En efecto, aumentan las voces que defienden que la comunicación, el arte y la creatividad podrían ser tan importantes para la implicación social contra el cambio climático como la tecnología o la política. Entre otras cosas, porque la comunicación, igual que el arte y la creatividad, tienen el poder ayudarnos a ver y a sentir cosas que, como ocurre con los procesos de destrucción progresiva del planeta, no siempre son visibles o nos tocan de cerca. Veamos algunos ejemplos.

 

 imagen del artículo de Amalia Creus

 

 

 

 

 

 

 

Climate Wisconsin, stories from a state of change es un interesante proyecto audiovisual que hace visible las experiencias de personas afectadas por desastres y crisis ambientales en Estados Unidos. Relatos en primera persona, contados desde el terreno, que muestran la cara más descarnada de eso que Rob Nixon, profesor e investigador de la Universidad de Princeton, llamó «violencia lenta», refiriéndose a los procesos y las acciones destructivas que ocurren gradualmente, casi sin que nos demos cuenta.

 

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Otro ejemplo destacable es el trabajo de la comunidad online Do the Green Thing, que recurre a la creatividad, con un toque de humor, para cambiar el mundo. En su web se pueden encontrar y descargar gratuitamente pósteres creados por artistas y diseñadores de todo el mundo, además de interesantes artículos de opinión sobre cómo implicarnos en la construcción de un mundo más sostenible. (Son especialmente recomendables «Why Santa must die», «Why your dog can – and should – go vegan» o «Man-made disaster: How patriarchy is ruining the planet»). 

 

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O también el trabajo de Quo Artis, organización internacional sin fines de lucro dedicada a promover el diálogo entre las artes, la ciencia y la tecnología para la mejora social. Entre los muchos proyectos que impulsa está Glaciator, una instalación en la Antártida creada por el artista Joaquín Forca, compuesta por robots solares que compactan y cristalizan la nieve convirtiéndola en hielo para revertir el proceso de derretimiento de los glaciares.

 

Proyectos como estos –entre muchos otros– nos muestran el potencial del arte, la creatividad y la comunicación para generar un conocimiento real y sensible sobre lo que nos está pasando; además, nos ayudan a visualizar las consecuencias de nuestros modos de habitar el mundo. Es urgente prestarles atención y actuar en consecuencia.

 

Cita recomendada:

CREUS, Amalia. Creatividad para un mundo mejor. COMeIN [en línea], diciembre 2019, no. 94. DOI: https://doi.org/10.7238/c.n94.1986

 

creatividad;  lifestyle comunicación y educación;  arte; 
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