Este verano se comentó en redes sociales la portada que el suplemento de Vocento, XLSemanal, dedicó al ministro de Interior de Italia, Matteo Salvini.
Horas de televisión, cientos de noticias, referencias, comentarios en redes sociales… El 25N es el día de las violencias machistas y justo ahora, el debate por la igualdad está recobrando fuerza y más espacio en los medios de comunicación. Pero eso no significa que la profesión esté exenta de machismo. Tanto desde la perspectiva laboral como en el tratamiento de la información se detectan errores continuos. ¿Cuáles son los puntos débiles de la relación entre periodismo y género?
Defiende la función social del periodismo, señala a los poderosos que condicionan, vigila a quien pone en peligro la libertad de la información, y defiende una profesión comprometida con la igualdad. Desde septiembre de 2016, Ana Pardo de Vera es la directora del diario Publico.es, un cargo directivo que pocas mujeres ocupan en los medios de comunicación españoles. Ella, junto con tres directoras más, será una de las ponentes del acto que los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC organizan en Madrid para analizar el techo de cristal en la profesión. Hablamos con Pardo de Vera sobre la evolución del periodismo, sus intereses, modelos de negocio y feminismo.
Las cifras hablan por sí solas. En lo que llevamos de año, una mujer ha sido asesinada por su pareja cada cinco días, un 47% más que en el mismo periodo del año pasado. Solo en el mes de febrero ya se tenían las peores cifras de asesinadas por violencia de género desde 2008, y se prevé que los datos doblen los del año pasado. Junto con las 28 mujeres asesinadas de 2017, también se deben contemplar como víctimas 13 huérfanos. El presupuesto del Gobierno para la lucha contra la violencia de género y políticas de igualdad representa un 0,01% del gasto total, es decir, unos 28 millones de euros. Desde el año 2004, cuando se aprobó la Ley de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, se contabilizan más de 800 mujeres asesinadas y más de 161 huérfanos.
Hace unos días se hizo referencia en IweTel, el principal foro electrónico sobre bibliotecas y documentación que existe en lengua castellana, a un artículo en el que Daniel Gil Solés (2017) habla de la valoración de la profesión de bibliotecaria/o y de cómo el hecho de que esté ocupada mayoritariamente por mujeres podría influir negativamente en dicha valoración. Dos premisas peligrosamente juntas. Primero partimos de la idea de que la profesión de bibliotecario está mal valorada y, segundo, de tan ofensiva es mejor obviarla de momento.