Número 136 (octubre de 2023)

Democracia, tecnología y control: una relación compleja

Sara Suárez-Gonzalo

En nuestro reciente artículo «¿Ciudadanía vigilada o monitorización ciudadana?» (Suárez-Gonzalo y Feenstra, 2023), analizamos dos aproximaciones a la relación entre tecnología y democracia que beben de tradiciones democráticas distintas y persiguen objetivos diferentes: la vigilancia y la monitorización.

Desde finales de los años noventa del pasado siglo, la digitalización y la datificación de la sociedad han cambiado la forma de relacionarnos, de trabajar, de consumir y también de participar en nuestras comunidades sociales y políticas. Estos cambios han dado lugar, a su vez, al surgimiento de corrientes de pensamiento y de acción que interpretan de maneras dispares los objetivos que debe perseguir el uso de las nuevas tecnologías en relación con el ejercicio del control y el poder en los sistemas democráticos.

 

Desde el punto de vista académico, esto se ha traducido en un interés creciente por estudiar los efectos de las distintas aproximaciones sobre la naturaleza, los fundamentos de la democracia y los procesos de toma de decisiones políticas. Nuestro artículo «¿Ciudadanía vigilada o monitorización ciudadana? Dos aproximaciones opuestas a la relación entre tecnología y democracia», coautorado con Ramón A. Feenstra (Departamento de Filosofía y Sociología de la Universitat Jaume I de Castelló) y recientemente publicado en Athenea Digital, nace de este interés.

 

En él, presentamos una discusión teórica sobre dos corrientes principales que, a pesar de verse impulsadas por las mismas posibilidades tecnológicas actuales, son opuestas en su interpretación sobre la relación entre tecnología y democracia, beben de tradiciones democráticas distintas y persiguen objetivos diferentes. Las llamamos la democracia vigilada y la democracia monitorizada.

 

Análisis de las dos corrientes: democracia vigilada y democracia monitorizada

 

La primera de ellas, la democracia vigilada –término antes utilizado en inglés (surveillance-democracy) por Nick Couldry para referirse a una idea distinta a la que presentamos en este artículo–, remarca el potencial tecnológico de procesamiento de datos para guiar o sustituir la toma de decisiones políticas o empresariales sobre cuestiones sensibles para la vida de la ciudadanía. Se apoya en nuevas y viejas teorías elitistas de la democracia. Por el contrario, la democracia monitorizada –término introducido en la literatura académica por John Keane– está ligada a las corrientes que buscan reforzar la participación ciudadana y descentralizar el poder en la toma de decisiones políticas. Esta se centra en el potencial transformador de las tecnologías digitales para ampliar la monitorización ciudadana del poder, el control popular y la rendición de cuentas.

 

En el texto analizamos estas dos corrientes prestando atención tanto a su dimensión procedimental como a su dimensión sustantiva. La dimensión procedimental se refiere a las características y limitaciones de los procesos y los métodos de uso de la tecnología propios de la democracia vigilada y la democracia monitorizada. La dimensión sustantiva concierne a los principios y fundamentos teóricos de cada corriente.

 

A grandes rasgos, este trabajo aporta dos conclusiones principales. Una sobre la democracia vigilada y otra sobre la democracia monitorizada.

 

La primera es que, tomadas en serio, las propuestas que se enmarcan en la democracia vigilada son difícilmente realizables, atendiendo a la lógica y posibilidades reales de las tecnologías de procesamiento de datos masivos. En todo caso, se ha demostrado que los intentos por implementarlas dan lugar a nuevas formas de discriminación, desigualdad y exclusión social graves. Además, son indeseables desde un punto de vista democrático, puesto que ponen en riesgo su premisa fundamental, la soberanía popular.

 

Y la segunda conclusión es que las propuestas ligadas a la democracia monitorizada requieren un desarrollo técnico e institucional que haga efectivos los procesos de filtración de información sensible, ofrezca protección a los informantes y evite desigualdades de acceso (mediante la provisión de recursos, mecanismos, protocolos y marcos éticos y jurídicos), además de tener en cuenta los límites y riesgos de la implementación de las tecnologías en los procesos de participación política, para evitar caer en riesgos similares a los de la otra postura. Aunque su implementación implica una mayor capacidad de influencia y participación ciudadana, de indudable interés democrático, no agota todas las opciones de participación política que pueden impulsarse mediante las tecnologías.

 

A la luz de este análisis, el artículo se cierra con el planteamiento de algunas propuestas para avanzar hacia un desarrollo tecnológico justo y que contribuya a afianzar y profundizar los sistemas democráticos.

 

Para saber más:

SUÁREZ-GONZALO, Sara; FEENSTRA, Ramón A. (2023). «¿Ciudadanía vigilada o monitorización ciudadana? Dos aproximaciones opuestas a la relación entre tecnología y democracia». Athenea Digital, vol. 23, n.º 2. DOI: https://doi.org/10.5565/rev/athenea.3432

 

Citación recomendada

SUÁREZ-GONZALO, Sara. «Democracia, tecnología y control: una relación compleja». COMeIN [en línea], octubre 2023, no. 136. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/c.n136.2367

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