El pasado verano leí Dune (Herbert, 1965) a cuarenta y dos grados a la sombra. Durante la lectura deseaba cambiar la camiseta y los pantalones cortos por uno de los artefactos de supervivencia de la novela: los destiltrajes de los frémen, perfectamente adaptados al clima desértico del planeta Dune. Vivir un verano postsequía como el que hemos tenido en nuestro planeta nos debería hacer reflexionar sobre las condiciones climáticas, tal como Frank Herbert lo hace en su novela. A continuación, comparto mi reflexión, explorando un objeto creado por el autor como ejemplo de diseño-ficción, y comparándolo con otros prototipos que exploran la crisis climática más allá del mundo literario del autor.
Herbert fue un escritor y periodista comprometido con la ecología que exploraba ideas complejas a caballo de la filosofía, la religión y la política con artefactos literarios de ciencia ficción. Fue uno de los primeros autores de género en popularizar ideas sobre la ecología y el pensamiento de sistemas, y subrayó la necesidad de que los humanos piensen en el medio ambiente sistemáticamente y a largo plazo (Herbert, 2003).
Ecología ‘Dune’
En Dune, la ecología es el tema principal, junto con el poder, la evolución y la supervivencia. Algunas de las acciones de preservación del medio se proyectan a más de trece generaciones vista, que es el tiempo estimado para hacer que el planeta sea habitable. A lo largo de la novela, Herbert va concretando las necesidades de adaptación al medio de los personajes con la creación de un conjunto de objetos que forman parte del storyworld de Dune, y que son un buen ejemplo de diseño-ficción.
Diseño-ficción
La primera descripción del término fue acuñada por Bruce Sterling (2005), autor también de ciencia ficción. Explicaba Sterling que, a medida que se fue familiarizando con el diseño, le sorprendían los problemas de diseño que tenían los artefactos y los servicios futuristas. Que, al abrir la ciencia ficción al diseño, aparecían problemas más grandes, relacionados más bien con la cultura especulativa en general, con la manera en la que nuestra sociedad se imagina a sí misma a través de las disciplinas más avanzadas (Sterling, 2009).
La relación entre diseño-ficción, ciencia y diseño fue establecida por Julian Bleecker en 2009 en el ensayo Design-fiction: A short essay on design, science, fact and fiction y, a día de hoy, el diseño-ficción está englobado dentro de la práctica del diseño especulativo (Coulton y Lindley, 2017). Esta práctica articula diferentes líneas de trabajo, como el diseño de futuros o el diseño crítico, con el objetivo de plantear preguntas y crear escenarios que provoquen pensamiento crítico, debate y reflexión (Dunne y Raby, 2013). Y en este enfoque del diseño se especula sobre nuevas ideas mediante prototipos y narraciones, a veces también mediante prototipos narrativos.
El destiltraje de Frank Herbert
Desde el punto de vista del diseño-ficción, un destiltraje es un prototipo narrativo que plantea una solución creativa a una necesidad, siguiendo con el paradigma clásico del diseño (Design Council, 2023). I un destiltraje es una prenda de ropa técnica que permite recoger la humedad que emite el cuerpo de las personas y almacenarla en un pequeño depósito. Herbert lo desarrolló para garantizar la supervivencia de los fremen, pobladores del desierto de Arrakis. El traje está pensado para reciclar cada gota de agua. Al moverse por el desierto, una persona media podría perder más de 10 litros de agua diarios por los poros, y el traje reduce esta pérdida a menos de 5 mililitros mediante un sistema de capas de tela que permiten que el usuario pueda transpirar, y que capturan el sudor en la capa más exterior. El traje también incluye un catéter, un tapón nasal y una máscara facial.
El destiltraje es una pieza clave de la cultura fremen. Hay que ajustarlo bien, y utilizarlo implica un compromiso. También subscribe al usuario en el culto al agua. Cuando un fremen muere, toda el agua de su cuerpo se recicla y se reparte entre la tribu. Llevar un destiltraje implica estar dispuesto a rehidratarse con la humedad de los compañeros, a no derramar ni una lágrima bajo ningún concepto. Llevar un destiltraje deja marca: el catéter imprime una cicatriz en las narinas y en el labio superior. En resumen, el destiltraje complementa las funciones de destilado y de hidratación del cuerpo para adaptarlo a un entorno hostil, haciéndolo prácticamente autosuficiente. Lejos de ser una autosuficiencia individualista, el destiltraje está profundamente imbricado en la cultura comunitaria de los fremen. La adoración del agua y el cuidado de esta marcan también los parámetros estéticos de los individuos: los fremen sospechan de las personas que tienen la piel lisa y el cuerpo visiblemente hidratado. La cicatriz facial se convierte en un indicador de compromiso y resistencia.
El actor Javier Bardem (Stilgar) viste un destiltraje en la versión cinematográfica de ‘Dune’ de 2021
Foto: Chia Bella James
Los recolectores del futuro de Dunne y Raby
En el proyecto Future Foragers, Anthony Dunne y Fiona Raby utilizan el diseño para abrir una nueva perspectiva sobre la cuestión de cómo alimentaremos el mundo cuando tenga nueve mil millones de personas, cifra estimada para 2050, el año que establecieron en el proyecto (2009). Imaginan un posible futuro donde el problema de la escasez de los alimentos inspira el uso de una serie de prótesis que permiten que las personas digieran algas, hojas y raíces. Están inspiradas en los sistemas digestivos de otros mamíferos, insectos y pájaros, y sintetizan bacterias microbianas del estómago para maximizar el valor nutricional del entorno urbano. Así se compensan las deficiencias de una dieta comercial empobrecida a resultas de la superpoblación. Los humanos de 2050 son neorrecolectores que han externalizado los mecanismos gastrointestinales.
Una de las premisas de Dunne y Raby es que las instituciones públicas no podrán dar respuesta a la falta de alimentos, y por este motivo los prototipos están pensados para contraponer iniciativas bottom-up con normativas top-down, polarizando el tipo de respuestas que se podrían producir hacia el problema del hambre (Dunne y Raby, 2009). Su hipótesis es que los prototipos serían dispositivos do it yourself desarrollados por jardineros de guerrilla, biólogos de garaje y glamurosos friganos –de freegans, activistas que se manifiestan contra el consumo y derroche de productos alimentarios–.
Todas las piezas del proyecto, igual que el destiltraje, complementan funciones básicas y se convierten en órganos artificiales de adaptación al medio. Al mismo tiempo, se materializan con la impronta del sistema tecnopolítico en el que han sido proyectados, y articulan los roles sociales de sus usuarios.
Imagen del proyecto ‘Future Foragers’
Fuente: CCCB
La algacultura de Burton y Nitta
Los diseñadores británicos Michael Burton y Michiko Nitta también estudian y diseñan maneras alternativas de alimentar el cuerpo. Su proyecto Algacultura, del año 2010, ofrece una relación simbiótica entre los humanos y las algas. Propone que los seres humanos sean semifotosintéticos y que puedan obtener alimentos de la luz, como lo hacen las plantas.
Burton y Nitta han ideado un traje de simbiosis que permite que se produzca una relación beneficiosa con las algas. Uno de estos trajes se utilizó para The Algae Opera, en el Victoria & Albert Museum de Londres (2012), en una performance en la que el canto operístico se convierte en productor de algas de alta calidad, aprovechando la capacidad pulmonar de Louise Ashcrof, la cantante. Los organismos fotosintéticos del traje se alimentaron del dióxido de carbono expelido durante la actuación, creando una muestra de la futura fuente de alimento. El público no solo fue invitado a apreciar su música, sino también a saborear la canción comiéndose las algas. La composición de la canción y la técnica vocal de la cantante se crearon para mejorar el gusto de las algas mediante técnicas de enriquecimiento sonoro de los alimentos (Nunes et al., 2016), haciendo uso de diferentes tonos y frecuencias para modular el sabor amargo o dulce.
Este escenario se inspira, entre otras fuentes, en el trabajo de los científicos Debora MacKenzie y Michael Le Page, que escribieron sobre criaturas fotosintéticas, o lo que denominan «plantimals» en New Scientist (en Stępień, 2022). Hoy en día, los organismos fotosintéticos incluyen líquenes, babosas de mar y algunas especies de salamandras que acogen las algas en su cuerpo, en una asociación llamada endosimbiosis.
Traje de simbiosis algacultura lucido por la ‘performer’ Noah Young.
Foto: Burton Nitta
Con el artefacto diseñado por Burton y Nitta no solo se hace tangible una manera de adaptar el cuerpo a un entorno carente de alimento, sino también el efecto transformador que puede tener en la esfera musical y en el entorno cultural general, más allá de los dominios convencionales del antropocentrismo.
Cuerpos reconfigurados
Los artefactos presentados han sido diseñados junto con un marco ficticio que permite poner en crisis diferentes premisas de nuestro presente, empezando por las garantías medioambientales para la supervivencia. Los tres proyectos nos han mostrado cuerpos reconfigurados por los propios dispositivos, y por la intensidad de los materiales y las formas, permitiendo no solo tener un encuentro con la alteridad, sino, en palabras de Justyna Stępień (2022), «para desencadenar un material que se genera fuera del mundo estrictamente humano». En este sentido, los artefactos anteriores muestran que tanto los cuerpos humanos como los de los propios dispositivos son materias que no están separadas entre sí, sino que están interconectadas con el mundo y sus procesos, lo cual supone nuevos modelos de ética y política que van más allá de los modelos antropocéntricos convencionales.
El denominador común de todos los imaginarios presentados es la necesidad de adaptación del ser humano al entorno. Estamos mezclados con otros organismos que nos rodean debido a nuestras conexiones socioculturales, y especialmente por las transformaciones que todos experimentamos desde la materialidad del mundo. Así, las obras comentadas no solo reflejan el mundo de lo posible, sino que lo transforman, ofreciendo soluciones para poner en práctica valores éticos alternativos para la salud ecosistémica de nuestro entorno.
NOTA:
Este artículo se acabó de escribir el día 17 de octubre de 2023, con máximas de 27 °C en la ciudad de Barcelona.
Para saber más:
BURTON, Michael; NITTA, Michiko (2012). The AlgaeOpera [en línea]. Disponible en: https://www.burtonnitta.co.uk/AlgaeOpera.html
DUNNE, Anthony; RABY, Fiona (2009).
Foragers
[en línea]. Disponible en: https://dunneandraby.co.uk/content/projects/510/0DUNNE, Anthony; RABY, Fiona (2013). Speculative everything: design, fiction, and social dreaming. Massachusetts: The MIT Press.
FORDYCE, Saraleah (2021). «Discursive Design: Critical, Speculative, and Alternative Things. By Bruce and Stephanie Tharp». Design and Culture, vol. 13, núm. 2, pàg. 249-252. DOI: https://doi.org/10.1080/17547075.2020.1845037
HERBERT, Brian (2003). Dreamer of Dune: The Biography of Frank Herbert. Tor Books.
HERBERT, Frank. (2021). Dune. Debolsillo.
KRAMER, Catherine (comissària) (2015). +humans. Exposición [en línea]. Disponible en: https://www.cccb.org/ca/exposicions/fitxa/-humans/129032
LINDLEY, Joseph; COULTON, Paul (2015). «Back to the future: 10 years of design fiction». British HCI '15: Proceedings of the 2015 British HCI Conference, pàg. 210-211. Nueva York: Association for Computing Machinery. DOI: https://doi.org/10.1145/2783446.2783592
NUNES, A.; BORLIDO-SANTOS, Júlio; LOPES, M. M. (2016). «Art futuring food». A: I. Anna S. Olsson; Sofia M. Araújo; M. Fátima Vieira (eds.). Food futures: ethics, science and culture, págs. 391-411. Wageningen Academic Publishers. DOI: https://doi.org/10.3920/978-90-8686-834-6_45
STĘPIEŃ, Justyna (2022). Posthuman and Nonhuman Entanglements in Contemporary Art and the Body. Primera edición. Routledge. DOI: https://doi.org/10.4324/9781003216209
STERLING, Bruce (2005). Shaping Things. Massachusetts: The MIT Press.
STERLING, Bruce (2009). «Design fiction». Interactions, vol. 16, n.º 3 [en línea]. Disponible en: https://doi.org/10.1145/1516016.1516021
Citación recomendada
BARTOMEU MAGAÑA, Elena. «‘Dune’ y los artefactos de ficción». COMeIN [en línea], diciembre 2023, no. 138. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/c.n138.2378
Profesora de Diseño en la UOC
@elenabartomeu