Educación mediática, educomunicación, media literacy… Son varios los términos, incluso las tradiciones y los enfoques, que se encuentran detrás de este concepto. Una enseñanza que resulta fundamental para desarrollar conocimientos y habilidades necesarios para prevenir riesgos, pero también para aprovechar las posibilidades que brindan los medios. Un prisma desde el que se proyectan diferentes haces que iluminan nuevas prácticas y tendencias, en un contexto en el que las tecnologías de la información y la comunicación constituyen una parte esencial de nuestra vida cotidiana.
Si buscamos los antecedentes de la educación mediática, deberíamos remitirnos a muchas décadas atrás. En este tiempo, no solo ha cambiado la forma de ver y relacionarse con los medios, sino también el propio ecosistema mediático. Ello exige una capacidad de evolución tanto de los conocimientos que de este entorno se tienen y de sus dinámicas como de las propias competencias que se requieren para poder emplearlos de manera crítica y constructiva.
En esta evolución no han faltado perspectivas o enfoques que han trabajado en torno al estudio y la fundamentación de la educación mediática, focalizándose, en algunos casos, en el componente instrumental o, en otros, en el crítico-reflexivo. No es el objetivo de estas líneas ofrecer una disertación conceptual, sino valorar los retos y las oportunidades que puede brindar en el contexto actual a la ciudadanía.
En este sentido, la Unesco, que ha contribuido al reconocimiento institucional de la educación mediática para la mejora de los pueblos, señala la necesidad de aunar dos tradiciones como son la alfabetización mediática e informacional. Así, resulta especialmente significativo rescatar sus palabras al hablar sobre los beneficios y efectos que esto puede comportar: «El empoderamiento de las personas a través de la alfabetización mediática e informacional (MIL) es uno de los requisitos más importantes para fomentar el acceso equitativo a la información y al conocimiento, y para promover medios de comunicación y sistemas de información libres, independientes y pluralistas».
En el contexto actual, las formas de acceder a la información se han multiplicado (pues junto a los espacios y actores convencionales irrumpen otros nuevos), al mismo tiempo que los usuarios se convierten también en productores de contenido que pueden compartir no solo con su círculo más cercano, sino también al participar activamente en la comunicación pública. Los mismos servicios de mensajería y comunicación que hoy empleamos para hablar con nuestros amigos y conocidos son a su vez los canales por los que nos informamos y comentamos los últimos acontecimientos sociales. Su consulta y empleo se han incorporado a nuestras rutinas diarias y se convierten en espacios de autoexpresión y sociabilización, de consumo informativo y de ocio, sin olvidar las posibilidades instrumentales y para la realización de gestiones y trámites de naturaleza muy variada. La propia enumeración de estas dimensiones, caras de un mismo prisma, nos devuelve a la complejidad y la trascendencia de esta alfabetización para poder desenvolvernos de forma óptima y aprovechar todas las posibilidades que nos brinda este nuevo entorno.
De manera específica, si se piensa en la necesidad del ciudadano de disponer de información adecuada para poder participar y adoptar decisiones fundamentadas, se hace evidente la necesidad de destacar las amenazas y las nuevas posibilidades que el contexto digital están brindando. Desde el enfoque de los peligros, uno de los que más interés despierta en los últimos tiempos no tanto por la novedad, sino por la dimensión es el fenómeno de la desinformación, ampliamente conocido como fake news. La Comisión Europea, entre los ejes de actuación fijados en la comunicación dirigida al Parlamento Europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social Europeo y al Comité de las Regiones para combatir esta desinformación, incluye «el fomento de la educación y de la alfabetización mediática» y señala: «El desarrollo de competencias fundamentales y digitales a lo largo de toda la vida, sobre todo en el caso de las personas jóvenes, resulta esencial para fortalecer la resiliencia de nuestras sociedades a la desinformación».
Junto a ello, aspectos como la proliferación del discurso del odio que intimida y discrimina pueden ser otras de las claves que condicionen que no se dé una participación o ciudadanía activa libre. En este sentido, programas institucionales que persiguen combatir este tipo de discurso también pueden incluir entre sus medidas el fomento de la alfabetización mediática o digital. Así se observa, por ejemplo, en alguno de los talleres organizados en el marco del programa BCNvsOdi del Ayuntamiento de Barcelona.
En el lado opuesto, el contexto mediático actual también ofrece nuevas posibilidades para la intervención, la inclusión y la transformación social. Precisamente, algunas de las recientes movilizaciones sociales se han organizado como multitudes inteligentes que hacen uso de las TIC para organizarse, pero asimismo en pro de la inteligencia colectiva. En este sentido, entre los proyectos que desarrollamos desde el Grupo de Investigación en Medios, Aprendizajes y Entretenimiento (GAME), se incluye el titulado Educación Social Digital (ESDIGITAL). En él (financiado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, PGC2018-095123-B-100), poniendo el foco en los jóvenes y entendiendo que el entorno en línea permite, además, desarrollar el compromiso ético y político, buscamos profundizar en el aprovechamiento de estos medios digitales para promover la igualdad en términos de participación desde una educación social digital.
Para saber más:
Comisión Europea (2018). Comunicación de la Comisión al Parlamento Europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social Europeo y al Comité de las Regiones. La lucha contra la desinformación en línea: un enfoque europeo. https://ec.europa.eu/transparency/regdoc/rep/1/2018/ES/COM-2018-236-F1-ES-MAIN-PART-1.PDF
UNESCO (s.f.). «Alfabetización mediática e informacional». Comunicación e Información. www.unesco.org/new/es/communication-and-information/media-development/media-literacy/mil-as-composite-concept/
Cita recomendada
MARTÍNEZ, Sílvia. En el prisma de una educación mediática actual. COMeIN [en línea], enero 2020, no. 95. DOI: https://doi.org/10.7238/c.n95.2004
Profesora de Comunicación de la UOC
@smtez