Con el comienzo del milenio, hablar de «nativos digitales» se volvió algo muy común para muchos. Con este concepto, Marc Prensky (escritor y orador estadounidense experto en educación) hacía referencia a una nueva generación de estudiantes que comenzaban a llegar a las universidades y que no se adaptaban bien al sistema educativo. El diccionario de Oxford retoma la idea de Prensky y define a los nativos digitales como quienes han crecido en la era de las tecnologías digitales.
Desde entonces, la idea de «nativos digitales» ha ido aumentando progresivamente, tanto en su concepto como en su uso. Prensky (2001) sostenía que los nativos digitales, al haber crecido rodeados de distintas herramientas virtuales, pensaban, aprendían y se comportaban de manera diferente a los llamados «inmigrantes digitales». Sin embargo, el concepto de nativos digitales se ha extendido a la idea de que los jóvenes son expertos en el uso de las tecnologías digitales y saben la forma correcta de usarlas.
En nuestro tiempo, la noción ha dado una vuelta de tuerca más. Ya se habla de los nativos de las redes sociales, y de los nativos de la inteligencia artificial, como los auténticos nativos digitales. Los nuevos nativos digitales han jubilado a los nativos digitales de Prensky, como si un nativo de Kentucky pudiera dejar de ser nativo de Kentucky.
Se argumenta que los verdaderos nativos digitales (esto ya empieza a sonar a Ocho apellidos digitales), nacieron con la proliferación de los smartphones, que permitió nuevos niveles de interacción y socialización en la esfera digital. Se dice que los verdaderos nativos digitales han crecido en contextos realmente inmersivos en las tecnologías digitales, a diferencia de los nativos digitales de Prensky.
Está claro que, en el inicio de la década del 2000, las posibilidades de las tecnologías eran bastante limitadas. A los nativos digitales de las redes sociales, los jubilaron los nativos digitales de los smartphones, y a estos los jubilarán los nativos digitales de la IA; y después llegará otra tecnología que también jubilará a estos últimos. Serían ya tres, cuatro o cinco generaciones de jubilados de su natividad digital. Se habla de nativos digitales, pero en realidad se refiere a los usos que hacen los más jóvenes de las tecnologías digitales, y de su rol en la adopción de nuevas tecnologías (por eso se deja de ser nativo digital).
Adicionalmente, las habilidades digitales no son innatas. Así como nacer rodeado de libros per se no da una buena comprensión lectora, nacer rodeado de tecnología por sí mismo no da habilidades digitales. Dependiendo de las circunstancias personales, las experiencias con las tecnologías digitales pueden ser diferentes a la de las personas de su generación. Además, existen muchas formas diferentes de utilizar las tecnologías digitales, conviven diferentes intereses y estos cambian a lo largo de la vida.
Nativos digitales, inmigrantes digitales y refugiados digitales
Ante la avalancha de herramientas digitales y su constante actualización, innovación debería ser la palabra del siglo. La más buscada, la más admirada, la más perseguida. Incluso si las personas están acostumbradas a las tecnologías digitales desde una edad temprana, cada individuo elige las tecnologías que decide adoptar en cada etapa de su vida. Y puede que no tenga los mismos intereses o necesidades si tiene 18, 48 o 78 años. Se dice que los jóvenes son expertos digitales porque escriben rápido en el móvil, pero puede que no sepan usar la firma digital y puede que necesiten ayuda la primera vez que la quieran utilizar. Igual que los inmigrantes digitales.
Por otra parte, los valores de la sociedad van cambiando. A diferencia de hace unos años, cuando saltamos de cabeza a la piscina de las redes sociales, ahora se les mira con más recelo. Las apps de citas han caído en picado en las bolsas. Algunos lo asocian a la bajada de suscriptores y, principalmente, la bajada de usuarios jóvenes. Los jóvenes han dado un paso atrás en la digitalización, y han preferido seguir los juegos tradicionales de ligar en entornos presenciales. Los jóvenes son también los que más descartan (en la medida de lo posible) trabajos cien por cien remotos, y llenan las oficinas de las empresas con modelos híbridos que permiten combinar teletrabajo y trabajo presencial a demanda. Se han impuesto la desintoxicación digital y la disidencia tecnológica.
Esta dicotomía entre nativos digitales e inmigrantes digitales refuerza positivamente las habilidades digitales de los primeros y negativamente las de los segundos, y contribuye a estereotipar a las personas mayores como usuarios no expertos y poco interesados en las tecnologías digitales, lo cual refuerza su discriminación en la sociedad. Ahora se habla también de refugiados digitales, para referirse, sobre todo, a esas personas mayores que fueron forzadas a abandonar su mundo analógico para mudarse al mundo de las relaciones digitales y quizás todavía guardan cierta nostalgia del mundo analógico. Evidentemente, los jóvenes no pueden sentir nostalgia por las llamadas a teléfono fijo, porque no lo han conocido. En cambio, sí que buscan un balance entre las posibilidades digitales y las posibilidades del mundo presencial.
Algunos refugiados digitales (usuarios mayores) podrían haber desarrollado habilidades para escribir a dos manos en el smartphone rápidamente, y pueden ser mucho más hábiles usando una hoja de cálculo que muchos jóvenes. Si bien es cierto que algunos usos pueden estar relacionados con la edad, los usuarios mayores no son un grupo de usuarios homogéneo. Y también es cierto que los nativos digitales de los smartphones suelen ser expertos en redes sociales, pero suelen tener pocas habilidades con el manejo de documentos y en el uso de herramienta de ofimática.
¿Cuándo vamos a tener que decir a los nativos de los smartphones y las redes sociales que ya no son los verdaderos nativos digitales?
Para saber más:
DAVIS, Bryan (2023). «Embedded Insurance for All: Reaching Digital Natives, Digital Immigrants and Digital Refugees». Linkedin [en línea]. Disponible en: https://www.linkedin.com/pulse/embedded-insurance-all-reaching-digital-natives-davis-chfc-cpcu/
HEISKANEN, Aarni (2023). «Digital natives don’t usi email». Linkedin [en línea]. Disponible en: https://www.linkedin.com/pulse/digital-natives-dont-use-email-aarni-heiskanen-0if3f/
IQBAL, Mansoor (2023). «Tinder Revenue and Usage Statistics (2023)». Business of Apps [en línea]. Disponible en: https://www.businessofapps.com/data/tinder-statistics/
HEISKANEN, Aarni (2023). «Digital natives don’t use email». Linkedin [en línea]. Disponible en: https://www.linkedin.com/pulse/our-coming-ai-natives-marc-prensky-empowering-all-young-people/
PRENSKY, Marc (2001). «Digital Natives, Digital Immigrants». On the Horizon, vol. 9. n.º 5 [en línea]. Disponible en: https://www.marcprensky.com/writing/prensky%20-%20Digital%20Natives,%20Digital%20Immigrants%20-%20Part1.pdf
PRENSKY, Marc (2023). «Our Coming “AI Natives”». PRENSKY, Marc (2023). «Our Coming “AI Natives”». Linkedin [en línea]. Disponible en: https://www.linkedin.com/pulse/our-coming-ai-natives-marc-prensky-empowering-all-young-people/
Citación recomendada
ROSALES, Andrea. «Ocho apellidos digitales: ¿quiénes son los verdaderos nativos digitales?». COMeIN [en línea], enero 2024, no. 138. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/c.n139.2402
Profesora de Comunicación de la UOC