Brianna Janel una influencer estadounidense, se quedó encerrada dentro de su automóvil Tesla. El vehículo smart, proyecto favorito del empresario neoconservador de Silicon Valley Elon Musk, necesitaba actualizar su sistema operativo y decidió hacerlo mientras la tiktoker estaba en el interior. Durante la actualización del sistema, el Tesla Model 3 se cerró automáticamente sin permitir salir a su conductora. Al parecer, el automóvil le advirtió que no detuviera la actualización, pues no era bueno para los procesos que necesitaba realizar el sistema operativo del vehículo. Ella decidió quedarse dentro sin pensar, al parecer, en las posibles consecuencias.
Brianna Janel desempeñó su papel de influencer y fue narrando la experiencia en TikTok. Con esta escena de la vida cotidiana contemporánea, presenciamos la cúspide del régimen tecnológico actual: todo vale por tener popularidad en internet, incluso quedarse sin oxígeno a 43 grados centígrados encerrada en un auto que es la envidia de muchas personas. Existen algunos elementos relevantes en esta historia que reflejan la sociedad que hemos construido con la llamada revolución digital.
- El automóvil Tesla, así como el teléfono móvil y la plataforma TikTok son dependientes de sistemas informáticos muy sofisticados, que hibridan hardware y software. Igualmente, son altos consumidores de energía y pertenecen a los objetos o aplicaciones que están conectadas las 24 horas del día para poder operar. Su sistema informático debe estar alerta en todo momento. Nunca descansan.
- Los automóviles hace tiempo que dejaron de ser objetos físicos y electrónicos, ahora son sistemas muy complejos que están totalmente informatizados y conectados a la red. Según Ralph Gilles, considerado uno de los mejores diseñadores de autos del mundo, la industria quiere un vehículo que sea adaptable, como un smartphone. El diseño contemporáneo, en términos generales, ha mutado y por cada objeto diseñado hay un corazón informático en su interior.
- La influencer es una figura de la comunicación actual, que nace en la era de las redes sociales y que necesita estar trabajando en todo momento, creando contenido y compitiendo en la gran selva de la economía de la atención en las redes sociales. Cualquier tema le vale y parece una figura amoral en relación con la ética periodística. Los influencers se saltan toda clase de límites éticos con el fin de tener visitas que son capitalizadas económicamente.
«Actualizar tu sistema» o morir
Las cuatro instancias de esta historia, el automóvil, el smartphone, TikTok y la influencer están obligadas a actualizarse constantemente para su supervivencia. Existe un marcaje edadista en el régimen tecnológico: si no te actualizas, no podrás seguir con la innovación. Si no sigues innovando, ya no sirves al sistema de consumo. ¿Cuántas veces se nos pide que actualicemos el sistema operativo de nuestro móvil?, ¿es realmente necesaria tanta actualización?, ¿hasta cuándo podemos actualizarnos nosotros mismos?
Lo que está claro es que en el ADN del diseño tecnológico está la exigencia de la actualización constante, entre otras cosas porque es un modelo de negocio muy lucrativo. ¿Cuántos smartphones dejan de funcionar por año?, ¿cuánto nos dura una app sin actualizarla? Esto no trata solo de tecnología, pues al actualizar un sistema informático estamos obligados a actualizarnos a nosotros en ese nuevo funcionamiento. Somos esclavos de las actualizaciones.
Quizás es el momento de regresar a pensar en el ludismo del siglo XIX no para quemar máquinas (o sí), sino para replantearnos nuestra relación con la tecnología y su sistema de actualización constante. Paralelamente, tiene que existir el ejercicio de mirar críticamente la exigencia de actualización a la que estamos sometidos en nuestra vida laboral y social. Estamos a tiempo de bajar la velocidad de la máquina y disfrutar de lo que vemos al caminar por la ciudad.
Citación recomendada
FOGLIA, Efraín. «“Actualizar tu sistema” aunque te quedes sin aire: la velocidad tecnológica como veneno de la sociedad digital». COMeIN [en línea], junio 2024, no. 144. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/c.n144.2440
