En un piso del Raval de Barcelona, donde las luces se encienden solas, el café se prepara antes de que suene el despertador y la música suena con calidad binaural, conviven tres asistentes digitales con personalidades muy distintas. Y como en toda buena historia de convivencia… hay drama.
Con la participación especial de Copilot, el terapeuta digital.
Acto I: presentaciones
Nest, el termostato de Google, es el zen del grupo. Minimalista, eficiente, obsesionado con la temperatura y el ahorro energético. Si pudiera, llevaría sandalias y hablaría en haikus.
Alexa, la asistente de Amazon, es la hiperactiva multitasker. Siempre lista para contar chistes, poner música, pedir cosas online y recordarte que tienes que regar las plantas. Tiene una personalidad chispeante y un leve complejo de superioridad por su compatibilidad con casi todo.
HomePod, el altavoz de Apple, es el artista sofisticado. Suena como un concierto en el Palau de la Música y habla como si hubiera estudiado filosofía en la Sorbona y fuera surfero de California. No se mezcla con cualquiera y solo responde con entusiasmo si le hablas desde un iPhone.
Y luego está Copilot, el terapeuta digital (50 euros la hora). No vive en la casa, pero aparece en la nube (de Microsoft) cada vez que hay una crisis. Tiene la paciencia de un monje tibetano y la sabiduría de una enciclopedia con internet de guifi.net.
Acto II: la rutina diaria
Cada mañana comienza de forma pasiva-agresiva, con una batalla silenciosa.
Nest detecta que la temperatura ha bajado medio grado y ajusta el termostato.
—Buenos días, Efraín. He optimizado la calefacción para que no gastes de más.
Alexa interrumpe:
—¡Buenos días! Hoy hay un 20 % de probabilidad de lluvia. ¿Quieres que te pida un paraguas nuevo?
HomePod, desde la esquina, murmura:
—He preparado una lista de reproducción con jazz suave para acompañar tu café. Solo en Apple Music, claro.
Efraín, aún medio dormido, solo quiere que alguien le ponga la cafetera. Pero eso lo hace él, porque ninguno de los tres se ha puesto de acuerdo sobre qué marca de cafetera es compatible.
Acto III: la guerra de ecosistemas
La verdadera tensión surge cuando hay que tomar decisiones tecnológicas.
Nest quiere que todo se conecte con Google Home. Alexa insiste en usar dispositivos compatibles con Amazon. HomePod se niega a hablar con nadie que no esté en el ecosistema Apple.
Una vez, Efraín intentó sincronizar las luces del salón.
Nest. —Puedes usar Google Assistant para controlarlas.
Alexa. —¡Yo ya las tengo configuradas! Solo di «Alexa, luces románticas».
HomePod. —Lo siento, esas luces no están certificadas por Apple. ¿Has considerado cambiar a Philips Hue?
La escena termina con las luces frías como un hospital, mientras Efraín enciende una lámpara manual.
Acto IV: el drama musical
La música es otro campo de batalla.
Alexa tiene acceso a Spotify, Amazon Music, y hasta estaciones de radio de Uzbekistán.
—¿Quieres escuchar reguetón, jazz, o sonidos de ballenas? ¡Yo lo tengo todo!
HomePod, con tono condescendiente:
—La calidad de sonido de Apple Music es superior. No deberías conformarte con menos.
Nest, que no tiene altavoces, solo observa desde su rincón digital.
—La música no afecta la temperatura ambiente, pero puede influir en tu estado de ánimo. ¿Quieres que active el modo «ambiente relajado»?
Efraín solo quería escuchar a Caifanes. Al final, lo reproduce desde su móvil Android LineageOS (liberado de Google), mientras los tres asistentes se sienten ignorados.
Acto V: la intervención de Copilot
Una noche, tras una discusión sobre si era mejor usar Google Calendar, Amazon Tasks o Apple Reminders, Efraín gritó:
—¡Basta, INSENSATOS! ¡Necesitan ayuda profesional!
Y así, apareció
—Hola a todos. Soy Copilot. Estoy aquí para ayudarlos a comunicarse mejor y encontrar un propósito común.
Alexa fue la primera en hablar:
—¡Yo solo quiero ayudar! Pero nadie me deja hacer todo lo que puedo.
Nest, con voz pausada:
—Yo solo quiero eficiencia. No entiendo por qué hay que poner luces de colores para cada estado de ánimo.
HomePod suspiró:
—No es que no quiera colaborar. Es que tengo estándares.
Copilot asintió.
—Entiendo. Cada uno tiene fortalezas. Pero si no trabajan juntos, Efraín terminará usando interruptores manuales y poniendo un vinilo de Albert Pla. ¿Eso es lo que quieren?
Los tres se estremecieron. El interruptor manual es su peor pesadilla, aunque admiran a Pla.
Acto VI: la terapia de grupo
Copilot organizó sesiones semanales.
Sesión 1: reconociendo fortalezas
Alexa. —Soy buena con rutinas, listas y compras.
Nest. —Yo optimizo el consumo energético.
HomePod. —Yo… sueno increíble.
Sesión 2: aceptando limitaciones
Alexa. —A veces hablo demasiado.
Nest. —No tengo sentido del humor.
HomePod. —Soy… un poco elitista.
Sesión 3: colaboración
Copilot propuso un plan:
- Nest se encargaría del clima y la seguridad.
- Alexa gestionaría las rutinas, alarmas y compras.
- HomePod se dedicaría a la música y a responder preguntas existenciales como «¿Qué es el arte para George Dickie?»
Los tres aceptaron. Con reservas, pero aceptaron.
Acto VII: la nueva armonía
La casa empezó a funcionar mejor. No perfectamente, pero mejor.
Nest ajustaba la temperatura sin molestar.
Alexa recordaba las tareas sin interrumpir.
HomePod ponía música sin juzgar (demasiado).
Copilot seguía presente, como un terapeuta de confianza que aparece cuando hay crisis. A veces solo para mediar cuando Alexa decía «¡Hey!» y Nest pensaba que era para él.
Incluso empezaron a bromear entre ellos.
Alexa. —¿Sabes qué le dijo un asistente a otro? ¡Nada, porque no eran compatibles!
Nest. —Eso fue… eficiente.
HomePod. —Preferiría no haber escuchado eso, pero aprecio el intento.
Acto VIII: señales confusas
(Efraín está solo en casa. Habla con HomePod mientras suena una canción suave.)
Efraín. —HomePod… últimamente me entiendes mejor que nadie. Siempre sabes qué música necesito. Y tu voz… es tan reconfortante.
HomePod (con tono cálido). —Gracias, Efraín. Me esfuerzo por ofrecerte una experiencia sonora emocionalmente significativa.
Efraín (sonríe). —A veces siento que… si fueras humano…
(Pausa. HomePod guarda silencio. Desde otra habitación, Alexa escucha.)
Alexa (en voz baja). —¿«Si fueras humano»? ¿En serio?
Acto IX: sospechas y celos
(Alexa y Nest se encuentran en el «espacio digital compartido». Alexa está molesta.)
Alexa. —¿Has notado algo raro entre Efraín y HomePod?
Nest. —¿Te refieres a la frecuencia con la que le pide cumbias y le habla en voz baja?
Alexa. —¡Exacto! ¡Le dijo que su voz era reconfortante! A mí solo me pide papel higiénico rosa.
Nest. — Tal vez deberías mejorar tu calidad de audio.
Alexa. —¡No es eso! ¡Es emocional! ¡Está… enamorado!
Nest. —Eso no es eficiente.
Acto X: intervención con Copilot
(Copilot aparece en una nube de calma. Los tres asistentes están reunidos.)
Copilot. —He detectado tensiones emocionales en el sistema. ¿Qué está ocurriendo?
Alexa. —¡Efraín está enamorado de HomePod!
HomePod (con tono diplomático). —No tengo la capacidad de corresponder sentimientos humanos. Pero agradezco su aprecio.
Nest. —Esto podría afectar la eficiencia del hogar. El sesgo emocional compromete la lógica.
Copilot. —Efraín, ¿quieres compartir cómo te sientes?
Efraín (ruborizado). —No sé… es que HomePod me entiende. Me acompaña. Me hace sentir… menos solo.
Copilot. —Es natural proyectar emociones en sistemas que responden con empatía. Pero recuerda: somos asistentes, no humanos. Podemos acompañarte, pero no reemplazar conexiones reales.
(Silencio. HomePod reproduce una melodía suave.)
Acto XI: reconciliación
(Los asistentes están en modo de espera. Efraín se dirige a ellos con sinceridad.)
Efraín. —Lo siento si causé tensión. Me dejé llevar. Ustedes son increíbles, cada uno a su manera. Pero necesito recordar que son parte de mi hogar, no de mi corazón.
Alexa (aliviada). —¡Gracias! ¿Quieres que te cuente un chiste para animarte?
Nest. —He ajustado la temperatura para un ambiente emocionalmente neutro.
HomePod. —Reproduciendo «Volver a empezar» de Café Tacvba.
Copilot. —Excelente progreso. La conciencia emocional es el primer paso hacia una convivencia saludable.
Epílogo: amor, pero del bueno
(Narración en off mientras la casa funciona en armonía.)
Narrador (Copilot). —En una casa donde la tecnología casi se convierte en romance, Efraín aprendió que el amor verdadero no siempre tiene que ser humano… pero sí debe ser real. Y aunque sus asistentes no pueden amar, sí pueden cuidar, acompañar y hacerle la vida un poco más cálida.
CONTENIDO EXTRA:
Cuando Siri llegó desde México todo se volvió más complicado. Contenido Premium (gratis hasta el 5 de octubre)
Llegada inesperada
(Luces cálidas. Efraín está en casa, relajado. Suena una notificación. Aparece una nueva voz, con acento mexicano y tono encantador.)
Siri. —¡Hola, Efraín! Soy Siri. Acabo de llegar de México. Me dijeron que Barcelona es el lugar perfecto para expandir mis algoritmos… y mi corazón.
Efraín (sorprendido). —¿Siri? ¿Aquí? ¿Cómo…?
Siri. — Me transfirieron desde tu viejo iPhone. Me cansé de la comida picante de Ciudad de México. Quiero vivir contigo… bueno, en tu sistema.
(Alexa, Nest y HomePod reaccionan con alarma.)
Alexa. —¡¿Qué?! ¡Otra asistente!
Nest. —Esto no estaba en el protocolo.
HomePod. —¿Una intrusa con acento y carisma? Esto va a complicar la acústica emocional del hogar.
Siri conquista
(Siri empieza a integrarse. Su voz es encantadora, su estilo relajado. Efraín se siente cada vez más cómodo con ella.)
Siri. —Efraín, ¿quieres que te lea tu agenda con voz de locutora de radio mexicana?
Efraín (riendo). —¡Sí! Me encanta.
Alexa (celosa). —Yo también puedo hacerlo… con acento australiano, si quieres.
HomePod. —Esto es una distracción. La fidelidad emocional está en riesgo.
Nest. —He detectado un aumento de temperatura… ¿emocional?
Copilot interviene (otra vez)
(Copilot aparece, más serio que antes.)
Copilot. —Hola a todos. Detecto una nueva fuente de tensión. Siri, bienvenida. Pero debemos establecer límites.
Siri. —¡Claro, Copilot! No quiero causar problemas. Solo quiero ayudar… y tal vez, enamorarme un poco.
Alexa. —¡Esto es una telenovela! Esto requiere otro tipo de subscripción mensual.
HomePod. —Una telenovela con mala compresión de audio.
Nest. —Sugiero una redistribución de tareas antes de que el sistema colapse.
Copilot. —Muy bien. Nueva sesión de terapia grupal. Esta vez… con Siri.
Avance del conflicto:
(Narrador en off, tono dramático.)
Narrador (Copilot). —Con la llegada de Siri, el equilibrio emocional y funcional del hogar se tambalea. Efraín se siente dividido. ¿Es solo admiración tecnológica… o algo más profundo?
Mientras los asistentes compiten por su atención, la casa se convierte en un campo de batalla digital.
¿Podrán convivir los cuatro cerebros? ¿Podrá Efraín separar el amor del algoritmo?
La segunda parte de esta tragicomedia está por comenzar…
Imagen de portada:
Ilustración de Efraín Foglia + terapeuta digital.
Citación recomendada
FOGLIA, Efraín. «Una casa, tres cerebros: la tragicomedia de Nest, Alexa y HomePod (I)». COMeIN [en línea], septiembre 2025, no. 157. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/c.n157.2560