Empiezan las vacaciones. La cámara de fotos ni la coges, que con el móvil basta. Calidad de imagen excelente y cero problemas con el almacenamiento, que todo sube a la nube. La fotografía y el vídeo son prácticas cotidianas: ¿has contado cuántas fotos haces a la semana, o al día? Cuando visitamos lugares exóticos todavía hacemos más fotos.
Si la analógica pide reflexión y observación, al menos para no hacer encuadres pésimos o derrochar los carretes, la fotografía digital puede llegar a ser compulsiva. La obsesión por captar imágenes se impone a menudo al acto de observar, entender y disfrutar del lugar, del momento o de la compañía. También jugamos con la cámara y, cuando llegamos a aquel lugar tan instagrameable, hacemos posados que después guardaremos, compartiremos... o borraremos. Todo ello refleja como los teléfonos inteligentes han cambiado la forma como hacemos turismo (p.ej. Wang et al., 2012)
Hay una tendencia creciente a consumir destinos turísticos en función de los contenidos de las plataformas, e Instagram ha jugado un papel muy importante (p.ej. Smith, 2018, 2021). En TripAdvisor o en Civitatis se puede encontrar un Instagram tour en cada destino turístico relevante (Bali, Nueva York, Barcelona, Roma,...). Normalmente, es una excursión de un día que te lleva a los lugares donde, según explican, harás las fotos más memorables y más especiales del destino. Los guías ahora te indican los mejores lugares para las fotos, sean selfies o no.
Bali está claramente marcado por esta tendencia de cambio en la mirada turística. El caso del complejo de templos Pura Lempuyang es bastante ilustrativo de como la mirada turística (Urry, 1990; Urry y Larsen, 2011) transforma el paisaje (Samarathunga y Cheng, 2021). Por supuesto, está en el Instagram tour de la isla y el motivo es bien claro. Pura Lempuyang es un recinto sagrado del hinduismo balinés. Tiene siete templos distribuidos al pie de la montaña Lempuyang. El templo más importante es el que se encuentra en el pico de la montaña, pero casi nadie llega. Teóricamente, la visita dura unas cuatro horas, tres para subir hasta el templo más alto y una para bajar. Ahora bien, la mayoría de visitantes se queda en el primer templo, donde se encuentra la Puerta del Cielo, una importante atracción vinculada a Instagram.
Tal como explica una revisión en TripAdivisor, el recinto «[está] lleno de gente que solo quiere [hacerse] una [única] foto». Con la entrada al recinto se entrega un número que, como el de la carnicería, ordena una cola para fotografiarse en la candi bentar del complejo. Una candi bentar es una columna partida por la mitad que enmarca los templos de un recinto sagrado, dando la bienvenida a los visitantes. La gracia es que la perspectiva tradicional (figura 1) no genera nada de interés, sino que las colas son por la perspectiva que está del revés, la que mira hacia fuera del recinto sagrado (figura 2). En temporada alta, la tanda para hacerse una foto del revés avanza unos treinta números por hora. Mucha gente desiste, pero quien tiene el tiempo y la paciencia suficiente dedica unos buenos minutos a hacer ademanes planificados de antemano. El premio es una foto idílica e irrealmente solitaria. El trofeo perfecto para compartir en las redes.
Figura 1. Puerta del Cielo desde la perspectiva tradicional: la puerta enmarca los templos del recinto sagrado Pura Lempuyang
Fuente: Wikipedia
Figura 2. Puerta del Cielo desde la perspectiva que ha popularizado Instagram: el paisaje exterior encuadrado por la columna partida ha cautivado la mirada turística
Fuente: Wikimedia
Los templos del recinto sagrado han perdido importancia y la columna partida transforma su función original. Las fotos, pero, no se acaban en los templos. Los mercados, los animales, la gente... A más fascinación folclórica más fotos. Y aquí también hay cambios.
El turista fotografiado
Hasta no hace mucho, el privilegio de capturar imágenes quedaba exclusivamente en manos de las y los turistas. La tortilla, pero, se ha girado (figura 3). Así, en los mercados tradicionales de Java y Sulawesi, desde el pescatero a la frutera hacen fotos y vídeos a los turistas occidentales. Es un juego doble, la persona fotografiada ahora también es fotógrafa.
Figura 3. ¿Quién fotografía a quién?
Fuente. Imagen generada con Copilot empleando el ‘prompt’ siguiente: «A local person in Bali takes a picture of a tourist. They are in a local market. The tourist takes pictures of the exotic products in the market, and the local person is the stall owner who, using his smartphone, takes a picture of the tourist. Both are happy. The scene is colourful and includes some traditional Balinese textiles. The two persons in the image must be taking a picture with a smartphone to the other one. Add vibrant spices and fruits to the market display.» [Fecha de consulta: 30 julio 2024]
Pasa lo mismo en los pequeños negocios familiares donde sirven comidas sencillas, los warungs. Las imágenes sirven para promocionar y legitimar el negocio, tal como vemos en la cuenta de Instagram de la propietaria de un warung turístico en la isla de Sulawesi, que entre mayo y septiembre de 2024 ha compartido dos o tres reels por semana mostrando la clientela que ha recibido. En lo que parece un tipo de justicia poética, la mirada local se hace evidente en las plataformas digitales. La gente de la calle, la población local, captura y se apropia de la imagen de los turistas, su forma de vestir pintoresca y sus costumbres inhabituales, folclóricas. Siguiendo el ejemplo de la mayoría de los turistas, en general no se pide permiso ni se explica qué se hará con aquellas imágenes. Justo es decir, pero, que esta práctica no parece tan habitual en zonas como Bali, mucho más turistificadas, donde el visitante de países lejanos hace tiempo que ha perdido su exotismo.
A modo de conclusión, podemos decir que la fotografía digital ha revolucionado la manera como vivimos y documentamos nuestros viajes. Los smartphones han puesto la fotografía de alta calidad al alcance de (prácticamente) todo el mundo, cosa que permite capturar y compartir momentos de forma inmediata. Esto ha transformado no solo cómo construimos los recuerdos, sino también cómo comunicamos y validamos nuestras experiencias en tiempo real.
La mirada turística transforma espacios, popularizando lugares y perspectivas que antes no eran relevantes, pero que Instagram ha conseguido poner en el centro de atención. La mirada local, a su vez, se apropia de la imagen del turista y de su folclore, y se hace visible también en Instagram propiciando narrativas más ricas sobre los mismos espacios. Ahora se hace más explícito que el juego de la observación es de doble dirección porque ahora, los instrumentos y las reglas del juego, son más simétricos.
Para saber más:
SAMARATHUNGA, W.H.M.S.; CHENG, Li (2021). «Tourist gaze and beyond: state of the art». Tourism Review, vol. 76, no. 2, págs. 344-357. DOI: https://doi.org/10.1108/TR-06-2020-0248
SMITH, Sean P. (2018). «Instagram abroad: Performance, consumption and colonial narrative in tourism». Postcolonial studies, vol. 21, no. 2, págs. 172-191. DOI: https://doi.org/10.1080/13688790.2018.1461173
SMITH, Sean. P. (2021). «Tourism and symbolic power: Leveraging social media with the stance of disavowal». Journal of Sociolinguistics, vol. 25, no. 4, págs. 578-595. DOI: https://doi.org/10.1111/josl.12484
URRY, John (1990). The Tourist Gaze: Leisure and Travel in Contemporary Societies. Londres: SAGE.
URRY, John; LARSEN, Jonas (2011). The tourist gaze 3.0. Sage. DOI: https://doi.org/10.4135/9781446251904
WANG, Dan; PARK, Sangwon; FESENMAIER, Daniel. R. (2012). «The role of smartphones in mediating the touristic experience». Journal of travel research, vol. 51, no. 4, págs. 371-387. DOI: https://doi.org/10.1177/0047287511426341
Citación recomendada
FERNÁNDEZ-ARDÈVOL, Mireia. «La mirada turística y la mirada local en tiempos de Instagram». COMeIN [en línea], octubre 2024, no. 147. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/c.n147.2463
Profesora de comunicación digital en la UOC