A nadie se le escapa que el cine (entendido de la manera más amplia posible) sigue teniendo la máxima vigencia como vehículo de pensamiento. Por eso algunos festivales, en especial los de carácter más especializado, funcionan como auténticos foros de debate en los que emergen posibilidades de reflexionar a fondo sobre las fuerzas que modelan nuestro mundo presente o futuro.
¿Al entrar en un transporte público has mirado alguna vez a tu alrededor y has contado cuántos pasajeros están con los ojos clavados en la pantalla del teléfono móvil? O a la salida de una escuela, ¿te has fijado en cuántos padres reciben a sus hijos mientras utilizan el teléfono? Estamos constantemente conectados —solo nos supera Singapur en número de teléfonos inteligentes por habitante—, pero ¿podemos decir que también estamos enganchados? El programa #SalvadosConectados nos sirve para iniciar la reflexión.
Los videojuegos y el juego en general mejoran la calidad de nuestras relaciones sociales al permitir espacios de distensión y placer. Jugar es, en definitiva, una forma de minimizar las consecuencias de nuestros actos y por consiguiente una forma de aprender en situaciones menos arriesgadas.
En la década de los noventa del siglo pasado, las entonces denominadas nuevas tecnologías de la información y la comunicación (NTIC) ya estaban revolucionando la sociedad, la economía, y nuestra vida. Entrábamos en la sociedad y la economía del conocimiento, donde la gestión de datos y de información llevaba a generar conocimiento, materia prima de la nueva era, y al desarrollo económico. Los fundamentos de la sociedad y la economía industrial quedaban atrás gracias a las NTIC, que abrían una nueva era económica y social. La Unión Europea, en la Agenda de Lisboa del 2000, ya apuntaba que gracias al conocimiento Europa se convertiría en la economía más avanzada del mundo. Ahora, siglo XXI, década de los años diez: ¿no oímos la misma canción bajo el título de transformación digital?
Hace unos días mi compañero Víctor Cavaller reflexionaba en un artículo en COMeIN sobre la posverdad. Ciertamente, desde el momento en que fue llamada palabra del año por Oxford Dictionaries entre todos hemos hablado bastante de ella. Recientemente, sin embargo, tras la victoria de Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, lo que gente como Michael Moore y otros anunciaban y los grandes medios de comunicación negaban, se ha dado a la posverdad un enfoque diferente. ¿Qué es lo que hace que pase aquello que no se ha analizado muy bien que podía pasar? Pues las noticias falsas, las fake news, y los algoritmos de Facebook y Google.
Hace unos días se hizo referencia en IweTel, el principal foro electrónico sobre bibliotecas y documentación que existe en lengua castellana, a un artículo en el que Daniel Gil Solés (2017) habla de la valoración de la profesión de bibliotecaria/o y de cómo el hecho de que esté ocupada mayoritariamente por mujeres podría influir negativamente en dicha valoración. Dos premisas peligrosamente juntas. Primero partimos de la idea de que la profesión de bibliotecario está mal valorada y, segundo, de tan ofensiva es mejor obviarla de momento.
La comunicación interna juega un papel clave en las empresas e instituciones del siglo XXI, que requieren de especialistas que velen por unas relaciones fluidas y orientadas a objetivos compartidos entre las personas de un mismo entorno laboral. Con esta visión, el Máster Universitario de Comunicación Corporativa, Protocolo y Eventos de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) incorpora la asignatura de Comunicación interna en su plan de estudios e invita a reflexionar sobre esta disciplina a Laura Verazzi, experta del ámbito, con una larga trayectoria asesorando empresas en Latinoamérica.
El pasado 20 de febrero la Associació Empresarial de Publicitat presentó en el Palau Robert de Barcelona el "Estudio de la Inversión Publicitaria en Cataluña 2016”, elaborado por ARCE Media y Media Hotline. Las cifras permiten dar titulares optimistas: crece un 4,1% la inversión publicitaria y aumenta en un 2,1% el número de anunciantes respecto al ejercicio anterior. Aun así, hay que interpretar estos datos en contexto y con una cierta profundidad para tener claro que la alegría no es euforia (todavía).
El pasado 10 de febrero tuvo lugar en el aula Magna de la Universidad de Barcelona una sesión para presentar la nueva Gramàtica de la llengua catalana y la Ortografia catalana del Institut d'Estudis Catalans. La sesión la llevó a cabo la Sección Filológica y fue destinada a docentes y profesionales lingüísticos del ámbito universitario: profesorado, investigadores y personal de los servicios lingüísticos de las universidades.
En 2016, la esperada propuesta de modificación de la Directiva de Servicios de Comunicación Audiovisual puso en valor el papel clave de la autorregulación. En el contexto actual y en un sector como el audiovisual, en constante evolución tecnológica, el reconocimiento y fomento de sistemas de autorregulación o corregulación pueden resultar más esenciales que nunca para garantizar el cumplimiento de la nueva regulación.